Reportajes. Gonzalo Arango
altas manifestaciones de la cultura. La mejor muestra y la que se conquistó todos los premios, correspondió al grupo de ceramistas de Medellín, que cada año retiene su preeminencia en el género, en competencia con grandes creadores de otras ciudades. El equipo medellinense es dirigido por Rodrigo Callejas (primer premio por sus Cráteres de Venus, la Luna y Marte), y Argemiro Gómez, autor de un búho metafísico cuya belleza volaba más alto que el águila, forjadores de esta generación de ceramistas antioqueños que ya conquistaron para su arte una jerarquía.
EL REALISMO SOCIALISTA DE NEREO
Nereo, artista de la cámara, hace con sus fotos arte social. En ellas hay en primer plano una realidad que denuncia y da testimonio. Hace con el lente un arte dramático. Su lirismo enternecedor descubre al fondo de sus imágenes la injusticia social, la brutalidad, la miseria. Nereo olvida la naturaleza como paisaje romántico, para enfocar al hombre dentro de una “situación”, para enmarcarlo en el paisaje humano. La fotografía de Nereo tiene un sentido, es intencional, y es “política” en cuanto es combativa, y es revolucionaria porque nos presenta una sociedad podrida, de clases sociales oprimidas, de seres humanos víctimas de un orden económico injusto y humillante. Su exposición era conmovedora hasta la protesta, hasta la indignación. La cámara de Nereo es combatiente y está al servicio de la revolución nacional. Sus fotos, en un país con sensibilidad, podrían producir un golpe de Estado. Del lente de Nereo a la mirilla de un fusil, no hay sino un punto de vista para disparar al próximo blanco cuando estalle la revolución.
DOLMETSCH O LA ESTÉTICA DEL EROTISMO
Dolmetsch es la antinomia de Nereo. Si este encarna el realismo, Dolmetsch es el apologista del cuerpo humano. Su cámara “crea” la belleza del cuerpo en su espléndida desnudez, como un milagro de la naturaleza. Sus fotografías son poemas, himnos de adoración, el erotismo elevado a su expresión más alta y más lírica. Para lograr el milagro de convertir la desnudez en erotismo, Dolmetsch toma por modelos mujeres negras, donde lo sensual, por virtud de su mágico lente de artista, se torna estético. En este fotógrafo me ha admirado siempre una búsqueda incesante y maravillosa de las posibilidades de su arte. La realidad de esos cuerpos negros que USA de modelos: parecen desvanecerse más allá de sí mismos hacia imágenes de sueños, fantasías, un universo abstracto poblado de visiones surrealistas.
Dolmetsch no solo es un fotógrafo, sino también un poeta, y además un metafísico de la imagen.
LAS DANZAS DE PAUL TAYLOR
Los conjuntos de danzas fueron los espectáculos más atractivos del Festival, no solamente por su calidad estética, sino por la atracción que ejercían sobre las multitudes, lo que más o menos nos recuerda que todo pueblo vivo quiere bailar y cantar.
El triunfo de las danzas modernas de Paul Taylor fue apoteósico por su belleza plástica, el ritmo, el esplendor de sus trajes. El Municipal se colmó dos noches de “gala”. Hicieron una final presentación en Los Cristales ante cuarenta mil personas. Era un espectáculo impresionante de comunicación entre los artistas norteamericanos y el pueblo. Por desgracia, el comunista de San Pedro saboteó el hermoso conjunto gringo con un aguacero en que cayeron hasta barbas castristas, rayos, astronautas rusos…
Nos dijeron: “Si usted ama la danza con su corazón y con su alma; si ama la juventud y la libertad al mismo tiempo, el orden y la claridad, vaya a ver el grupo de danzas de Paul Taylor”.
Recibimos el consejo, ¡fuimos, vimos y nos maravillamos!
SONIA SANOJA, UN ÁNGEL QUE SE ARRASTRA
Una artista extraordinaria de la danza contemporánea. Más para la contemplación que para el deslumbramiento. Más para el éxtasis que para el delirio. De una sobriedad, de un rigor, donde la pureza no excluía la pasión. Su cuerpo era un poema matemático en movimiento. Se ajustaba filosóficamente a la poesía del ritmo interior. Sonia danzaba como quien ha inventado el reino del movimiento, su reino. Su danza me evocaba ritos religiosos bajo las estrellas, tal su pureza, su religiosidad. No se parecía a nadie, ni a nada de lo que antes vi moverse en un escenario. Era la inventora de un lenguaje nuevo para comunicar su alma al mundo. De la cabeza a los pies era un ángel terrestre. La tierra era el cielo de su vuelo. Se arrastraba como un ángel cuyas alas son su cuerpo. Fiel a la gravedad, fiel a la belleza del barro que es, del barro que pisa para emprender el vuelo hacia sí misma. Sonia no presume en sus danzas de ser un ángel, su vuelo es terrestre, y por eso se arrastra, para recordarnos, para revelarnos que somos carne que gira en la órbita del espíritu, que la danza es un lenguaje de salvación, que el movimiento no es huida, ni evasión, sino identificación de ser.
Sola con su cuerpo, la artista venezolana realizó una danza sin música (con música de silencio), que quitaba la respiración, el tiempo se detuvo, la eternidad se hizo movimiento puro, finalidad sin fin. Esta danza nos arrastró a un éxtasis en que la más alta manifestación del espíritu era un cuerpo que se arrastraba en el polvo; un cuerpo en busca de su alma, siendo alma.
“Sobre una tierra sola –dice Sonia– necesito inventar un sortilegio para salir de mí misma, necesito inventar un sortilegio para acercarme al mundo, y me entrego íntegra al ritmo vertiginoso”.
Mercedes Pardo, con sus decorados discretos y muy funcionales, defendía los movimientos de la bailarina, le abría el sésamo de espacios infinitos para que ella, entre sombras y luces mágicas, realizara el milagro de su arte. Puro, inolvidable, bello, místico, glorificador el arte de Sonia Sanoja. Que la bendiga esta tierra que tanto ama, y en la que tanto se arrastra.
LOS RUSOS SE TOMARON A CALI
Los rusos del Ballet de Ucrania nos conquistaron con sus danzas folclóricas. Unos verdaderos magos. Ahora sí queda desvirtuada la teoría de los Opus Dei políticos, de que los rusos tienen cola y huelen a azufre. Sencillamente eran unos artistas geniales. Las bailarinas eran bellas como cualquier burguesa caleña. Qué ritmo prodigioso en escena. Ciento veinte bailarines en el gigantesco escenario del Gimnasio Olímpico, y no se notaban.
El vestuario fabuloso como de Las mil y una noches, cosa de leyenda. El ritmo dinámico, viril, frenético en el grupo de los bailarines y sus danzas guerreras. En las bailarinas era la ensoñación, la poesía, la exactitud en sus idilios campesinos o en sus danzas de tejedoras.
Por tres noches consecutivas colmaron las graderías del Gimnasio Olímpico con un éxito delirante. Todo Cali se derramó a fraternizar con los rusos en la belleza de su arte, donde todos somos comunistas.
El director artístico de las danzas de Ucrania, Pavlo Virsky (artista del pueblo de la Unión Soviética, por supuesto), declaró: “Somos dichosos cuando vemos que los bailes por nosotros creados alegran a la gente, les hacen sonreír, cuando vemos que los ojos brillan llenos de agradecimiento, y en un arrebato de buenos sentimientos nos aplauden, expresando su aprobación a nuestro arte. Nosotros tratamos de mostrar con la mayor sinceridad y de cantar la gran fuerza, belleza e inagotable optimismo de nuestro pueblo ucraniano, amante de la libertad”.
Todo eso lo sentimos en Cali, y su mensaje de belleza y de libertad expresado en su arte popular nos hizo felices. ¡Gracias, queridos camaradas!
LOS PREMIOS
Salón panamericano de pintura. Primer premio, treinta mil pesos, al venezolano Jesús Rafael Soto. Segundo premio, quince mil pesos, a María Teresa Negreiros. Mención honorífica al nadaísta Pedro Alcántara Herrán.
Salón de escultura. Desierto.
Salón de cerámica. Primer premio, tres mil pesos, a Rodrigo Callejas. Segundo premio, mil quinientos pesos, a Roxana Mejía Vallejo.
Teatro. Primer premio, desierto (cinco mil pesos). Segundo premio, dos mil quinientos pesos, a Carlos Duplat (los cinco mil del primer premio se destinarán al montaje del segundo premio).
Cuento.