Ronaldo: Un genio de 21 años. Wensley Clarkson
Ronaldo era consciente de que se había topado con el mejor marcador del mundo, el holandés Ulrich Van Goddel, del Feyernoord. “Era duro de roer, espero no tener que volver a enfrentarme a él”.
En tan sólo dos años, Ronaldo había pasado de ser un jugador desconocido de los equipos de segunda brasileños, a convertirse en el joven más caro en la historia del fútbol mundial.
Tras la decepción por no haber podido jugar en el Mundial de Fútbol de 1994, Ronaldo tuvo la oportunidad de brillar con luz propia cuando le convocaron para participar en la Copa Umbro en Inglaterra, en el verano de 1995. Hasta ese momento, Ronaldo sólo había jugado con la selección en tres ocasiones y había marcado un solo gol.
En Inglaterra, criticó de forma más abierta no haber podido jugar en el Mundial de Fútbol. “Claro que me sentí disgustado. Todos queremos jugar. Nunca he llegado a entender los motivos por los que el entrenador decidió no sacarme”.
En el campo de entrenamiento del Aston Villa, Bodymoor Heath, una multitud de curiosos acudió a ver los entrenamientos de Brasil previos al partido. Ronaldo dio un taconazo al balón, lo pasó entre las piernas de su marcador, le rodeó, disparó el balón con fuerza y éste ardió entre las manos del portero. Aplausos.
El 11 de junio de 1995, Inglaterra perdió 3-1 contra Brasil, y Ronaldo marcó un gol en su debut en el estadio de Wembley. Los cientos de periodistas que le observaban le consideraban ya un jugador a ser tenido muy en cuenta. De nuevo, Martins y Pitta se frotaron las manos con regocijo, ante lo que ya era casi una realidad: el valor de su “propiedad” se acababa de duplicar.
La primera mitad de la temporada 95-96 de Ronaldo en el PSV no fue muy fructífera. Su promedio de goles descendió considerablemente tras una serie de lesiones. En Eindhoven, su última conquista rubia, Vivianne, y su madre, Sonia, seguían a su entera disposición.
A finales de 1995, se difundió el rumor de que el Arsenal, equipo inglés de la Premier League, iba a la caza de Ronaldo, después de que el entonces gerente del equipo, Bruce Rioch, fuese visto en Holanda a la busca y captura de talentos.
Por aquel entonces, la prioridad del Arsenal era conseguir a Ronaldo, puesto que los directivos del equipo necesitaban desesperadamente un jugador que pudiese hacer revivir las esperanzas y corazones de su frustrada afición, que eran bien conscientes de que el equipo tenía unos 26 millones de dólares disponibles para nuevos fichajes.
Se suponía que Ronaldo, que tenía entonces 19 años, y su club, el PSV, debían ser los encargados de dar la primera opción al Inter de Milán cuando el jugador decidiese fichar por otro equipo. Los rumores del Arsenal fueron considerados una especie de ejercicio de calentamiento de los agentes de Ronaldo, deseosos de mantener alerta al PSV.
En Navidades, Ronaldo volvió a su casa de Río para pasar unas largas vacaciones y se mostró muy relajado con sus amigos y familiares. La vida en Holanda, relativamente sencilla, le iba como anillo al dedo. Por primera vez en dos años, parecía que la presión se iba evaporando y Ronaldo empezaba a disfrutar de su fútbol y a aprender su oficio.
Sin embargo, esta situación fue efímera.
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