Hernán Cortés. La verdadera historia. Antonio Codero

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      Más allá de la conquista

       Hernán Cortés

       La verdadera historia

      Más allá de la conquista

       Hernán Cortés

       La verdadera historia

      ANTONIO CORDERO

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      Colección: Historia Incógnita

      Título: Más allá de la conquista. Hernán Cortés. La verdadera historia

      Autores: © Antonio Cordero

      Copyright de la presente edición: © 2021 Ediciones Nowtilus, S. L.

      Camino de los vinateros, 40, local 90, 28030 Madrid

       www.nowtilus.com

      Elaboración de textos: Santos Rodríguez

      Diseño y realización de cubierta: Efímero Estudio (www.efimeroestudio.com)

      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

      ISBN edición digital: 978-84-1305-241-0

      Fecha de edición: noviembre 2021

      A Alejandra

       Agradecimientos

      Gracias:

      A los míos, quienes llegaron y se fueron antes, favoreciendo se filtrara en mí el espíritu de la historia. No tienen la culpa de mis obsesiones, pero sí son responsables de algunos de mis afectos.

      A mis padres y hermanos, por estar.

      Al escritor e historiador Christian Duverger que, entusiasta, leyó el manuscrito haciendo precisiones importantes.

      Al Doctor Alejandro Carrillo Castro, entendido del tema y entendedor de la necesidad de recuperar la verdad de nuestros personajes históricos. De paso, se atrevió a prologar la primera edición.

      A Daniel Borbolla, promotor cultural que «empujó» y coordinó la publicación de este escrito.

      Al historiador e investigador Carlos Sola Ayape, experto en las relaciones de nuestros países, por lo que entiende mejor que nadie que la cuestión de México mucho tiene que ver con la España de donde él proviene. Además le quité mucho del poco tiempo que tenía.

      A Ramón Cifuentes y Santos Rodríguez, editores de oficio, por lo que saben librar tormentas.

      Al reconocido filólogo y catedrático español Lidio Nieto, un claro ejemplo de que se pueden combinar las virtudes del vino con la literatura (él lo entiende). Cuando le pedí una opinión de mi escrito, me ofreció una asesoría profesional y detallada. Yo agradecí el gesto, pero no quise aceptar de manera contundente su propuesta por no «molestarlo», evidenciando de alguna manera una mexicanísima característica a la que contestó: «revisaremos el texto. Por favor, dímelo claramente. Recuerda que soy castellano y me gusta la franqueza y la sinceridad. Sin rodeos». Firmeza que agradezco profundamente. El libro no sería el mismo sin la levadura lidiana.

      A los que leyeron y revisaron estas líneas. Desde el afecto parcial de mi hermana Pilar, al interés de muchos y desdén de otros. A todos, gracias.

      A mis amigos, a quienes les importa un bledo el tema, pero juntos encontramos un motivo más para regocijarnos en la crítica de mis pasiones.

      A mi querido Germán Ortega Chávez, maestro y amigo que con sabiduría conjuga humor y conocimiento.

      Al historiador Pedro Fernández Noriega, por su comentario tan preciso.

      Mi gratitud (por las ilustraciones en la primera edición) está siempre con los artistas que enriquecen todo con su talento. Ustedes son «los notarios del tiempo», dan fe de lo que sucede, de manera hermosa. Gracias a Rafael Cauduro, Víctor Contreras, Antonio Luquín, Ismael Ramos, Narcissus Quagliata y Marco Zamudio. Son personas normales que hacen cosas extraordinarias, lo que ya los descalifica como lo primero. A mi tío José por su aprobación post mortem del uso de sus magníficos dibujos de caballos.

      Finalmente, dedico este libro a mi esposa Alejandra, mi pirámide (en la que a menudo me sacrificaría) y mi catedral, y a mis hijos Marco, Jerónimo y Pedro, haciendo votos para que sean ciudadanos del mundo conscientes de su mexicanidad.

      Cortés no sabía que la gloria de los grandes hombres es como la semilla de los grandes árboles; tiene un periodo en que es flor y se abre lozana, pero dura poco; después, convertida ya en semilla, necesita pasar largo tiempo sepultada en el olvido, para levantarse sobre la tierra, espléndida y vigorosa, desafiando el huracán de la calumnia y las tempestades de la envidia.

       Vicente Riva Palacio,

       «México a través de los siglos»

      Índice

      Agradecimientos

      Prólogo

      Prefacio a la presente edición

      Introducción

       Capítulo IV. Por qué Cortés

       Capítulo V. La Malinche

       Capítulo VI. El mito del Cortés violento. Un mundo cruel

       Capítulo VII. El drama de Moctezuma y su circunstancia

       La profecía

       Capítulo VIII. Razones para no prevalecer

       Capítulo IX. Evangelización

       Capítulo X. Cortés, el hombre

       Capítulo XI. Causas contradictorias del mexicano

       Capítulo XII. Viacrucis de la figura cortesiana, causas de su desprestigio

       Capítulo XIII. Desconocimiento público. Consecuencias

       Capítulo XIV. Conquistados, todos

      Concluyendo

      Corolario

      Glosario de personajes

       Aguilar, Jerónimo de Sevilla, 1489 – Nueva España, 1531

       Aldrete, Julián Valladolid, 1490 – Ciudad de México, 1525

       Alva Cortés Ixtlilxóchitl (Flor de rostro ennegrecido), Fernando de Texcoco, 1568 – Ciudad de México, 1648

       Alvarado Tezozomoc, Fernando Tenochtitlán, ca. 1520 – ibídem, 1610

       Alvarado y Contreras, Pedro de Castilla, 1485 – Nueva España, 1541

       Ahuizótl (Espinas de


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