Sociología de las organizaciones - Una visión latinoamericana. Tirso Suárez Núñez
(ONG y Clubes)
Fuente: propia; (1) La mayor parte de los organismos son públicos. (2) Las empresas públicas son escasas, en México serian Pemex y CFE aun considerando su nuevo estatuto jurídico: Empresas Productivas del Estado. (3) La mayor parte de las empresas mercantiles son privadas. (*) Las Iglesias en la antigüedad, por el poder que acumulaban, se confundían con el Gobierno, pero en la modernidad tienen más rasgos de organización, aun así, su gran tamaño y poder espiritual las vuelve muy complejas y difíciles de tipificar, incluso algunas llegan a poseer empresas mercantiles.
Pocos de los seis posibles tipos de organización del Cuadro 1-1 están claramente asociados con una “especie” de organización conocida, por ejemplo, fundaciones y sindicatos son típicamente organismos de propiedad privada, mientras que las cooperativas son empresas de propiedad social; otras no tienen esa clara asociación con un tipo de propiedad, tal como se indica en la columna observaciones del cuadro antes citado. No obstante, la tipología anterior deja al descubierto las bases de la diversidad organizacional y anticipa como cada tipo de organización demanda formas diferentes de estructuración y gestión.
Por ejemplo, en cuanto a participación de la gente: la universidad es muy diferente de la empresa mercantil, esta última es autócrata es decir los propietarios mandan, mientras que la primera es más abierta a la participación de sus miembros en su gobierno y gestión. Las cooperativas son democráticas en su conducción y gobierno, cada miembro es un voto en la asamblea, su máximo órgano, mientras que, las empresas mercantiles son plutocráticas, pues los votos dependen de la propiedad, a mayor propiedad más votos. En cuanto a estructura, las empresas creativas-culturales, como se verá en el capitulo 8, tienen una parte con estructuras flexible donde los creadores trabajan con libertad y una parte rígida y burocrática donde están los administradores sujetos a reglas y normas. La orquesta sinfónica o la compañía de opera son ejemplos.
La prisión, los hospitales psiquiátricos y los campos de concentración de migrantes, contrastan con la empresa mercantil en cuanto el acceso a ella, en la en las primeras, el ingreso y permanencia es contra la voluntad de las personas, mientras que en la empresa mercantil los empleados y consumidores son más libres de interactuar con ella. A las organizaciones en las que la gente permanece contra su voluntad, se les denomina instituciones totales, término acuñado por el sociólogo canadiense Irving Goffman (Clegg, Courpasson y Philips, 2006) para referirse a ciertas organizaciones que cuentan con poder concentrado que al rodear completamente a la persona le impiden escapar, señalando que las instituciones totales son sólo un caso extremo de lo que sucede en las organizaciones normales en materia de poder e influencia.
Otra forma de vislumbrar la diversidad es la indicada por Scott y Davis (2007) y sus tres modelos alternativos para concebir, armar y conducir a las organizaciones, a saber: i) sistemas racionales, ii) sistemas naturales, o iii) sistemas abiertos:
i)Sistemas racionales: la conducta de la organización y sus participantes es vista como acciones coordinadas y ejecutadas por agentes conscientes de los objetivos de la organización y dotados de normas y políticas de actuación fruto de un proceso de formalización constante. El lenguaje empleado está cargado con términos tales como información, conocimiento, eficiencia, optimización, etc. proyectando la idea del cálculo racional como base de las decisiones y acciones dirigidas al logro de objetivos claros, que una vez tomadas son implementadas bajo la guía de una jerarquía y procedimientos establecidos. La metáfora que subyace a este modelo es la máquina.
ii)Sistemas naturales: en este modelo se acepta que las organizaciones poseen múltiples objetivos, porque no solo son medios para cumplir un fin externo, algunos de sus integrantes tienen los suyos propios, por ejemplo, la supervivencia de la organización llega a ser un fin en sí mismo. Es el caso de las empresas familiares que declaran formalmente que su fin es servir a un mercado y a sus consumidores con bienes de calidad, pero de manera implícita pretenden de manera prioritaria aumentar el patrimonio familiar para legar una buena herencia a sus descendientes. Bajo esta visión, resulta natural que, al momento de tomar decisiones, los objetivos entren en conflicto y este sea manejado usando el poder, al margen de las estructuras formales. Las estructuras informales llegan a ser cruciales pues brindan capacidad de reacción y ajuste a la organización y a quienes la controlan. Los partidarios del sistema natural argumentan que, ante las múltiples contingencias, es poco probable que los planeadores anticipen una estructura organizacional y reglas formales capaces de encauzar todas las posibles opciones de conducta de los integrantes, llevando a estos últimos, a improvisar, algunas veces incluso, para bien de la organización. En suma, el modelo natural, complementa al racional al incluir en su visión la posibilidad de múltiples objetivos, operando con apoyo de una mezcla de estructuras formales e informales. La metáfora que subyace en este modelo es el organismo biológico.
iii)Sistemas abiertos, este modelo incluye a los anteriores agregando la complejidad propia de los sistemas sociales, es decir, asume que las organizaciones cuentan con unidades de inteligencia y con la capacidad de aprender para interactuar con su medio ambiente y no solo para adaptarse como en el modelo natural, sino mutar o transformar sus estructuras para aprovechar el intercambio, romper la dependencia e incluso dominar a su entorno haciendo borrosa la frontera. Las unidades componentes o subsistemas de la organización, pueden estar “flojamente acopladas” es decir trabajar con cuasi-autonomía y cambiar y combinarse en la medida que la complejidad del ambiente lo demande. Las universidades y sus facultades, las divisiones de una gran empresa y las agencias de publicidad que realizan trabajos creativos, son algunos ejemplos de este modelo. Aquí no hay metáfora, pues es un reflejo muy próximo de la realidad de las organizaciones como sistemas sociales.
Sin contar con los casos extremos de prisiones o maquiladoras que presuponen el uso modelo sistema racional, todo parece indicar que no hay prescripciones para aplicar a un tipo de modelo de los antes mencionados. Una elección razonable puede ser función: i) de la naturaleza del bien o servicio que se esté manejando; ii) del mercado en el que se compita, iii) del tiempo, iv) de la tecnología; v) del tamaño de la organización, etc. Incluso la elección puede responder de la voluntad de los directivos o propietarios de optar por un modelo por considerarlo más humano. También es posible que más de un modelo estén en funciones en una organización compleja como una universidad, donde el modelo racional este aplicado en las licenciaturas con grandes volúmenes de alumnos, el modelo natural en el posgrado y un modelo de sistemas abiertos en las áreas de investigación.
La sociología de la empresa
Aun cuando parece un simple sub-conjunto de la sociología de las organizaciones, la sociología de la empresa, al concentrarse en este poderoso grupo de entidades, la lleva a poner en riesgo su independencia y convertirse en una sociología para la empresa, es decir, estar al servicio de la dirección; en gran medida esa es la crítica hecha a los trabajos de Elton Mayo en la Western Electric de Chicago, Estados Unidos en la década de los 20s del siglo pasado (Fraisse,1973; Ibarra y Montaño, 1984; Perrow,1991), considerado como el pionero de la sociología de la empresa, en el capítulo 4 se abundara sobre este tema. Dalton (1959), por el contrario, es el ejemplo de un trabajo independiente de un sociólogo que buscaba describir que es lo que en realidad hacía un director o gerente: decidir, mandar, calcular o negociar y descubre y describe como se mueve entre lo formal y lo informal, entre lo racional y lo social, etc.
Sainsaulieu (1997), por su parte, en su obra cumbre sobre la sociología de la empresa, pugna por un desarrollo social de la misma que a la postre sea su ventaja competitiva, argumentando que la calidad de una sociedad de producción como la empresa, que genere coordinación, solidaridad y creatividad entre sus actores, constituye una riqueza propia, que no se roba, ni se copia, ni se exporta. El desarrollo social de la empresa implica hacer frente a cuatro problemas que surgen en su interior y en relación con su entorno: i) la autonomía de los grupos de trabajo, ii) la cultura de empresa, iii) el cambio