Sanación de los chakras y conciencia del karma. Swami Keith S.
consecuencias del equipaje kármico y del apego que éste produce se pueden encontrar, hasta cierto grado, en todas las culturas y entre todas las personas del mundo, independientemente de su complejidad tecnológica o de su herencia cultural. Por su naturaleza misma, las culturas respaldan el apego kármico como parte de su sistema de valores, normas y tabúes aun cuando los investigadores hayan reconocido que las culturas patriarcales (como las de Europa y África del Norte) tienden a ser más represivas que las matriarcales. De hecho, incluso en aquellas culturas que son más permisivas, como la judía y la hopi, existen reglamentos y/o leyes que bloquean la libre irradiación de la energía descalificada. Estos reglamentos suelen abrir una brecha entre la voluntad del individuo y la voluntad colectiva de la agrupación. Si bien los reglamentos se consideran necesarios para el bien común, es importante reconocer que el libre flujo de la energía descalificada no es igual que el libre flujo de la energía calificada. Quizá sea necesario que se confine la energía calificada y las acciones que emergen de la mente individual y del ego. Sin embargo, la confinación de la energía descalificada, no obstante la justificación, siempre tendrá efectos negativos en la persona, en las agrupaciones y en las instituciones a la cual pertenece el individuo. Como último análisis, la supresión o sublimación de la energía descalificada, más que crear una sociedad mejor estructurada y ordenada, producirá todo lo contrario. Formará una cultura que quebranta las relaciones y las instituciones y que siembra las semillas de futuros descontentos y desacuerdos.
Efectivamente, los efectos producidos por la excesiva acumulación de energía calificada dentro del campo humano de energía y las negativas influencias culturales que resultan de ellas, hacen necesaria la creación de un nuevo paradigma así como de una nueva cultura para los individuos, las relaciones y las instituciones. Sólo entonces las personas encontrarán la alegría y la tranquilidad que buscan en sí mismas, y las relaciones afectivas basadas en la mutua confianza e intimidad. Cuando el suficiente número de personas haya superado los efectos de su equipaje kármico, surgirá una nueva cultura basada en la cooperación, la responsabilidad compartida y la autoconciencia. Ésta sustituirá al orden mundano que sostiene a las absurdas culturas que resultan ser autolimitantes y contrarias a la intimidad y al dharma compartidos.
Lo que aprenderás
El propósito de este volumen es liberarte de la influencia del equipaje kármico y del apego que éste ha producido. Conforme avances, sabrás cómo los apegos originados por el equipaje kármico han influido en tu personalidad (tu mente individual y tu ego) y en tus relaciones y, además, cómo se han infiltrado en tu sistema de creencias, cómo han desestabilizado tu libre voluntad y cómo han predeterminado el curso de tu vida emocional, mental y espiritual.
Una vez que sepas de qué manera ha influido en ti el equipaje kármico en forma de energía calificada densa y pesada —y de qué manera lo has compensado desarrollando patrones conductuales, emocionales, mentales y espirituales— aprenderás algunas sencillas habilidades que te ayudarán a localizar, identificar y soltar el equipaje kármico y el apego que ha creado.
Sanación de los chakras y conciencia del karma es algo más que un libro. Es un programa secuencial diseñado para fortalecer tus fronteras, activar tus chakras dentro del espacio corpóreo individual, activar los centros menores de energía que se encuentran en tus manos y pies, activar los chakras por encima y por debajo del espacio corpóreo individual, aumentar el flujo del prana a través de tus meridianos, activar tus chakras esplénicos, activar el aprana (el cual se utilizará para soltar el equipaje kármico y las personalidades negativas) y reunir y restablecer tus cuerpos de energía y tus vehículos energéticos, si es que éstos han sido expulsados. Durante este proceso, aprenderás a mantenerte concentrado en la mente superior y a seguir tu dharma realizando una actividad adecuada de manera que elYo pueda entrar en tu conciencia y puedas experimentar la inocente placidez a la cual tienes derecho por nacimiento.
Conforme estudies este volumen y comiences a superar los efectos del equipaje kármico y del apego, descubrirás que el compartir tu conciencia expandida y tu fortaleza y confianza interior con tu pareja, tu familia y amigos, se convertirá en una de tus mayores alegrías. A medida que tu vida se vuelva más placentera y sigas valerosamente tu dharma, descubrirás que el universo te respaldará en todo lo que hagas y que el placer, la alegría, la intimidad y la placidez se convertirán en un modo de vida para ti y para aquéllos con quienes compartes tu sabiduría personal.
Capítulo dos
…El sosiego es el maestro del desasosiego. Por tanto, el profeta que viaja todo el día, no pierde de vista su equipaje. Aun cuando hay cosas hermosas qué ver, él permanece desapegado y en calma.
—Tao Te Ching, 26.
Conocerte a ti mismo
Aunque puedes no estar consciente de eso, tú y el Yo —la individualidad de la cual todo emerge— son uno solo. Durante el proceso de desprendimiento del equipaje kármico, crecerá tu conciencia de esta relación única hasta que la unión con el Yo se convierta en tu experiencia constante. Hasta entonces, es importante tener una idea de lo que es el Yo, de cómo funciona y de cómo sería la unión con éste.
Mucho se ha escrito acerca delYo en las obras yogísticas, tántricas, taoístas y jainistas. Antes de comenzar, toma nota: el Yo no es un objeto de conocimiento y no posee cualidades explicativas; por lo tanto, resulta imposible definirlo con precisión. Además, así como el espíritu, el intelecto, el alma y la mente inferior, lo mismo que las funciones y los aspectos de la mente emergen delYo, ninguno de estos campos de actividad posee la capacidad para concebir o comprender elYo, pues éste es su raíz u origen. La paradoja que esto representa puede compararse con el problema que enfrentan los personajes de un sueño, quienes intentan en vano imaginar a su creador (el que sueña), a quien le deben su existencia y en cuya conciencia existen y actúan.
Por supuesto, el yoga, el tantra y las grandes religiones orientales aceptan el hecho, a priori, de que te encuentras en unión con el Yo (seas o no consciente de ello) y de que el Yo es la raíz de tu espíritu, de tu alma, de tu intelecto, de tu cuerpo y de todo aquello que existe en el universo fenoménico. Pero el Yo no coincide precisamente con el Yo que tú te imaginas o, por lo menos, con el Yo con el que te identificas en tu vida diaria. Sería más acertado decir que el Yo es la base de lo que eres ahora y de lo que eras antes de que te volvieras independiente y te identificaras con el Yo individual, la parte de ti que está compuesta por la mente y el ego propios. Si no sabes exactamente a qué me refiero, no eres el único, pues la mayoría de los profetas, visionarios, teólogos y psicólogos han pasado por el mismo problema que tú con respecto al Yo. La verdad es que resulta imposible conocer al Yo haciendo uso de nuestra mente y nuestro ego.
Sólo podrás conocer alYo teniendo una experiencia directa con él, lo que significa trascender nuestra propia mente y nuestro propio ego, al menos temporalmente.
Sin embargo, hasta que tengas una experiencia directa con elYo, podrás satisfacer tu curiosidad intelectual (y eso puede resultar muy útil) sabiendo cómo emergió del Yo el universo fenoménico, incluyendo tu propioYo y los diversos aspectos de tu ser, y cómo elYo sigue influyendo en todo lo que existe en el mundo y en la dimensión del universo fenoménico.
La naturaleza funcional del Yo
El Yo corresponde al espíritu santo en el vocabulario cristiano. En el yoga, éste se conoce como atman. En sánscrito, atman significa “lo que no se puede duplicar”. ElYo o atman es funcionalmente lo mismo que la singularidad encontrada en el núcleo de cada ser humano, así como el campo universal del cual emergió el universo dualista. ElYo es la fuente y la base del tiempoespacio y de la conciencia, la energía y la materia que lo llenan en todos los mundos y dimensiones. El Yo está vivo y consciente. Es la fuente de la vida humana así como el manantial de la placidez, la alegría, el amor y el placer que la animan.
La singularidad conocida como el Yo es funcionalmente igual que la conciencia universal o Brahman. Al igual que el Brahman, ésta existe fuera del tiempo líneosecuencial en lo que se conoce como eternidad o tiempo eterno. Efectivamente, el Yo no se encuentra limitado por el tiempoespacio, tal y como lo experimentamos a través de los cinco sentidos o de cualquier aspecto fenoménico