Demografía zombi. Andreu Domingo

Demografía zombi - Andreu Domingo


Скачать книгу
o negativo, y una estructura por edad envejecida) de economías emergentes en plena transición (que ya han experimentado el descenso de su mortalidad y fecundidad pero que siguen creciendo, con una estructura cambiante pero aún no excesivamente envejecida), y países en vías de desarrollo o pretransicionales (con una mortalidad que es relativamente alta aunque haya mejorado y una fecundidad aún elevada, que produce un crecimiento notable, y una pirámide joven), cada uno de ellos presentando una panoplia de riesgos específicos correspondientes a la fase de la transición demográfica en la que están. Los distintos contextos demográficos identificados encuentran en la migración su nexo de unión, empezando por los flujos de origen rural dirigidos a las ciudades y siguiendo por los de carácter internacional.

      Las migraciones

      De esa percepción tremendamente negativa a la que surge a partir de 2012, para acabar apareciendo como solución en el último informe de 2014, hay un abismo. ¿Qué ha sucedido para que se diera esa mutación? A corto plazo, se está respondiendo a los efectos inmediatos de la crisis. Por un lado, al aumento de la presión migratoria que la Primavera árabe plantea y la evidencia de la incapacidad de la Unión Europea de dar una respuesta a esa demanda, que pone en peligro los acuerdos de Schengen. Del otro, a la constatación de que la emigración aparece ya no solo como la respuesta satisfactoria a la ineficiencia del sistema productivo de los países en vías de desarrollo para absorber una población joven «excesiva», sino que son los países desarrollados, con generaciones jóvenes «vacías», como España, Grecia, Portugal o Italia, especialmente afectados por el desempleo provocado por las medidas de ajuste estructural impuestas a raíz de la crisis económica, los que vuelven a ser emisores netos de población. A largo plazo, el ineludible envejecimiento de la población vuelve a plantear la necesidad —cuando haya pasado la crisis— de hacerse con mano de obra. Ese futurible se muestra ya como una tendencia presente cuando se considera la mano de obra altamente cualificada, planteándose de hecho una fuerte competencia entre diferentes zonas del mundo desarrollado y la creciente demanda que se prevé por parte de las economías emergentes (consideradas en el momento actual como posibles exportadoras de talento).

      Como veremos en el capítulo cuarto dedicado a las migraciones, se plantea una de las contradicciones más agudas de la política migratoria comunitaria, que formalmente adoptará esta línea: por un lado, se admite la necesidad de inmigración (según la perspectiva del mercado laboral), pero, por el otro, se sigue restringiendo esa carencia a los inmigrantes con mayores niveles de instrucción, sin que la experiencia reciente de la inmigración llegada a la ue corrobore esa exclusividad. Todo lo contrario. Del mismo modo, se sigue subrayando la dificultad de adoptar ese punto de vista, que se pretende emanado de las exigencias del mercado laboral, y la gestión, en términos de opinión pública, que en épocas de crisis tiende a reclamar políticas cada vez más restrictivas y proteccionistas. Leámoslo desde otra perspectiva: incluso en un contexto de desproporcionado desempleo, provocado por la mala gestión económica, los acólitos de la doctrina neoliberal siguen defendiendo a ultranza la entrada de mano de obra que supuestamente el mercado autorregulado se encargará de manejar. Eso sí, asumiendo que los costes del empobrecimiento de los autóctonos y los generados por el asentamiento de los inmigrados recaerán sobre sus propias espaldas, en ningún caso sobre las empresas que acabarán beneficiándose de la presión a la baja ejercida sobre los salarios de unos y otros.


Скачать книгу