La voz. Inés Bustos Sánchez
Inés Bustos Sánchez
Coordinadora
PRIMERA PARTE
1
Voz, cuerpo y comunicación
por Inés Bustos Sánchez
Introducción
Es indudable que el estado de salud de la voz depende, en gran medida, de que la laringe lleve a cabo un delicado trabajo muscular a través de músculos intrínsecos y otros exteriores a ella.
También es conocido que existe una interdependencia funcional entre la laringe con otros órganos o sistemas; esto ocurre, por ejemplo, con la laringe y el sistema respiratorio, el cual aporta la corriente de aire espirado que, al pasar por el espacio que delimitan las cuerdas vocales, se «sonoriza» y hace posible la producción de la voz hablada o cantada. En este momento, las cuerdas o pliegues vocales se movilizan activamente hacia la línea media del espacio glótico.
Pero más allá de estas conexiones funcionales entre laringe y aparato respiratorio, en la producción de la voz interviene, desde el punto de vista musculoesquelético, todo el organismo. Es necesario un adecuado tono muscular general, ya que la tensión localizada en diferentes zonas del cuerpo –y que varían de una persona a otra de acuerdo con su «historia personal»– afecta a la postura que adoptamos, a la forma en que respiramos y a la manera en que utilizamos nuestra laringe para emitir la voz.
Esta emisión puede llevarse a cabo con excesiva presión de aire, que obligará a las cuerdas vocales a trabajar de manera tensa. En otros casos puede haber, por ejemplo, un fuelle espiratorio deficitario como consecuencia de la inhibición de la movilidad del diafragma, músculo inspiratorio por excelencia.
Pero estos «síntomas» son el reflejo de una manera particular de manejar el cuerpo, una forma particular de adaptar el cuerpo al espacio, a la vida que nos toca vivir, a las circunstancias cotidianas, a nuestras emociones, a nuestros sentimientos reprimidos o no manifestados, etc.
En definitiva, somos una unidad; nuestro cuerpo reacciona psíquica, emocional y muscularmente ante determinados estímulos como un todo.
De la misma manera, nuestro estilo comunicativo está mediatizado por la forma en que percibimos el entorno y nos percibimos a nosotros mismos.
Podemos tener una actitud comunicativa que vaya desde la abertura y confianza máximas hasta la retracción e inhibición extremas, pasando por toda la gama intermedia. Ello depende de las circunstancias en que nos movamos, de nuestro temperamento, de las personas con quienes nos relacionemos, de las circunstancias, de nuestro estado anímico, etc. (figura 1.1).
Con estas premisas, podemos afirmar que existe una plena interrelación entre el comportamiento del cuerpo y el estilo comunicativo de la persona.
Figura 1.1. Cuadro cíclico de la relación entre voz-cuerpo y comunicación, que implica, a su vez, una transversalidad con el mundo emocional de la persona.
Si queremos cambiar nuestra forma de «reaccionar», primero tenemos que ser conscientes de los mecanismos de tensión que «activamos» en las diferentes circunstancias comunicativas.
De esta manera, primero hay que ver dónde se instalan nuestros conflictos en forma de tensión muscular, ver las consecuencias que ocasionan y, a partir de aquí, la manera de reencontrar un camino diferente hacia un mejor tono físico y mental. Es evidente que la voz forma parte de este proceso de búsqueda y reencuentro.
Si se observa la postura y actitud corporal de una persona, podremos seguramente interpretar aspectos de su personalidad, de su estado anímico e, incluso, de la forma en que probablemente se enfrenta a determinadas situaciones de su vida cotidiana.
El cuerpo es como el «registro» de los acontecimientos que han impactado a una persona a lo largo de su vida: accidentes óseos, enfermedades de sus órganos internos, trastornos funcionales crónicos, impactos emocionales, traumas de la infancia, sentimientos reprimidos y que se «enquistan» en los músculos, etc.
No es de extrañar que podamos «leer» la historia de un individuo si observamos atentamente su cuerpo, la manera en que se desplaza y cómo camina. Tampoco es de extrañar que podamos interpretar, a través de la actitud corporal, sus actitudes psicológicas (de confianza en sí mismo, de inhibición, agresiva, etc.), su estilo comunicativo o qué órganos internos ven limitado su espacio vital según la postura corporal que adopte.
La figura 1.2 representa una síntesis de lo que acabamos de expresar.
Figura 1.2. La «lectura» del cuerpo permite captar gran información acerca de la historia vital de una persona.
Hacia un objetivo en la educación o reeducación vocal
En las personas que llevan a cabo un proceso de educación o reeducación vocal adaptado a sus necesidades comunicativas debe detectarse qué patrones de tensión ponen de manifiesto un mal uso del cuerpo; esto se traducirá por la utilización de puntos de apoyo erróneos que afectarán a la emisión de la voz y que habrán pasado a sustituir de manera compensatoria a otros fisiológicamente más saludables.
Puntos de apoyo erróneos (suponen la inhibición de los apoyos adecuados) | Puntos óptimos de apoyo vocal |
• Emisión apoyada en la musculature laríngea y del cuello. | • Utilización eutónica de la musculatura laríngea y del cuello. |
• Emisión apoyada en la musculature de cintura escapular y parte mediaanterior del tórax. Inhibición de la zona inferior del tronco. | • Utilización elástica de la caja torácica adecuándola a las necesidades comunicativas (voz coloquial, cantada, de proyección). |
• Rigidez de la musculatura diafrag mático abdominal; apoyo en parte superior del tronco, o en zona lumbar (hiperlordosis). | • Alineación y transición sacrolumbar óptima, que permite el libre flujo respiratorio hasta la base de la pelvis en su apoyo a la emisión. |
• Hiperextensión de rodillas: modifica apoyo en los pies y desplaza la pelvis. Se rompe la conexión pelvis-pies. | • Rodillas flexibles, como amortiguadores del peso de la parte superior del cuerpo. Actúan como eslabón de la conexión pelvis-pies. |
• Pies con apoyos desplazados al talón, zona lateral, zona anterior. Se rompe el soporte equilibrado de todo el pe so corporal. Descompensación de la cadena posterior del cuerpo. | • Los pies actúan como trípodes, repartiendo y soportando equilibradamente el peso corporal. La musculature posterior puede estar libre de exceso de tensión. |
De esta manera, llevar a cabo un proceso de educación o reeducación vocal supondrá en mayor o menor grado: