La voz. Inés Bustos Sánchez
uso de la voz a través de micrófono.Utilización de silencios y pausas en el discurso.Ritmo verbal lento que invita a la reflexión; adaptación del léxico y contenido a un público heterogéneo.
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1 El término «eutonía» significa «tono correcto», es decir, adecuado, para realizar una acción muscular con la energía suficiente.
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El sustrato anatómico y
funcional de la voz profesional
por Ana Rosa Scivetti
El proceso fonatorio
Tal como se indica en otros capítulos de este libro, todo profesional de la voz debe conocer su sistema fonatorio y las funciones que realiza mientras trabaja. Pero no se trata sólo de un conocimiento teórico, sino que debe aprender a percibir las sensaciones internas despertadas por la fonación, pues sobre ellas confeccionará su esquema corporal vocal. El dominio de este esquema es el que le permitirá mantener la voz completamente libre y adecuada en cualquier condición ambiental en que se encuentre.
La educación de la voz con fines profesionales requiere al menos un conocimiento elemental del órgano vocal y sus posibles alteraciones para poder regular mediante la práctica la intensidad, la proyección, la resonancia que ella necesita y conseguir precisión y flexibilidad en los movimientos respiratorios, articulatorios y de expresión que se quieran efectuar.
La fonación consiste básicamente en la emisión de un sonido que luego es articulado en palabras y proyectado hacia el exterior. Para esto se combinan sinérgicamente acciones respiratorias, de resonancia y deglutorias.
La fonación se efectúa por la acción de los músculos que se encuentran dentro de la laringe, los cuales tienen como función variar el grado de tensión de las cuerdas vocales y participar en los movimientos vibratorios de abertura y cierre durante la espiración para producir el sonido vocal. Estos músculos se clasifican en tres grupos: tensores cordales, aductores cordales y abductor cordal.
Los tensores (cricotiroideo y tiroaritenoideo) tienen por función variar el grado de tensión de las cuerdas vocales.
Los aductores (ariaritenoideo, cricoaritenoideo lateral y tiroaritenoideo) están inervados por el recurrente o laríngeo inferior y participan en el movimiento de cierre de las cuerdas vocales.
El abductor cordal (cricoaritenoideo posterior) es el que interviene en el movimiento de apertura de las cuerdas vocales.
Los músculos mueven también los diferentes cartílagos laríngeos: tres pares –aritenoideos, corniculados, cuneiforme– y tres impares: tiroides, cricoides, epiglótico (figura 2.1).
Cambiando las posiciones, estos cartílagos hacen que las cuerdas vocales, que son dos labios horizontales ubicados en la parte superior de la tráquea y en la pared interior de la laringe, se aproximen o se separen entre sí. Entonces el movimiento de los cartílagos resulta de la contracción de los músculos laríngeos intrínsecos que, a su vez, producen las distintas características de masa, longitud y tensión que alteran los pliegues vocales.
Figura 2.1. Estructura oseocartilaginosa de la laringe, que sustenta las funciones respiratoria, deglutoria y fonatoria de este órgano.
El paso de la columna aérea por la glotis y la variación del grado de tensión y de modificación de los pliegues vocales serán los responsables de la emisión de tonos graves, agudos o medios que se emitan.
Los pliegues vocales conocidos como cuerdas vocales se insertan, por delante, en la cara interna del cartílago tiroides (posición fija) y, por detrás, en la apófisis vocal de los cartílagos aritenoides (posición móvil). Cuando se pretende emitir un sonido se aproximan en aducción o se separan entre sí (abducción).
Al encontrarse unidos y tensos son separados por la presión subglótica ejercida por el aire espirado que consigue hacer vibrar la mucosa cordal y generar una onda a nivel glótico a la que se asigna el nombre de tono fundamental (FO). Este tono fundamental posee modalidades fonatorias (ataque, cuerpo y filatura) y propiedades fonoacústicas (intensidad, frecuencia, timbre y duración) (Piccolli-Derman) (figura 2.2).
Figura 2.2. Imagen de la laringe que se refleja en la exploración médica: A, cuerdas vocales en posición fonatoria; B, cuerdas vocales en posición respiratoria.
Podemos decir finalmente que la producción de la voz depende de la relación equilibrada entre las fuerzas ejercidas por los músculos intrínsecos de la laringe que, en acción conjunta con otros sistemas como el auditivo, el vestibular, el sistema nervioso central (SNC) y el periférico, ponen en movimiento las cuerdas vocales.
La fuerza o presión ejercida por el aire al ser espirado desde los pulmones y la puesta en movimiento