Viaje al centro de tu ser. Ramón Vila Ventayol

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no existen. Hay personas que viven su vida con miedo a la muerte o a tener una enfermedad que no existe o a no enfrentar una situación por orgullo o que no cumplen sus sueños por miedo al fracaso o porque piensan que no son suficientemente buenos o simplemente se pierden de conocer lugares por miedo a volar o ser asaltados o cualquier tipo de situaciones que solo existen en su mente. Desgraciadamente, eso es lo que han pensado durante años y es solo una fantasía, así que poder ser consciente de esto y poder identificar qué es real y qué no, es otro gran avance para poder conocer y controlar nuestros pensamientos, y poder dejar, así, de pensar cuando así lo queramos.

      Una buena noticia es que la mente también tiene la capacidad de razonar y resolver problemas, y esa es su función más importante. Nosotros tenemos que desintoxicar poco a poco nuestra mente de aquellos patrones de conducta que fueron insertados en nosotros a lo largo de nuestra vida, hacerlos conscientes, desfragmentarlos, dejar de identificarnos con ellos y, finalmente, eliminarlos. Es por eso que resulta muy importante conocer cómo funciona nuestra mente, nuestros pensamientos y así podremos controlarlos ya que es un paso muy importante para aprender a meditar.

      RESUMEN

      1 La meditación nos ayuda a conocernos y a aprender a reaccionar y a ver la vida de otra forma.

      2 No siempre lo que pensamos es lo real, lo correcto o lo lógico, así que cuéntaselo a alguien o escríbelo para ver tu problema desde otra perspectiva.

      3 Tenemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos e identificar cuando estamos tristes y negativos, y en ese momento intentar cambiar nuestra perspectiva o simplemente evitar tomar decisiones.

      4 Si vas a realizar la actividad mental de buscar las consecuencias de cada acción siempre ponlo en la balanza y busca las consecuencias positivas, además de las negativas.

      5 Conocer nuestra mente y nuestra forma de generar pensamientos nos ayuda a controlarlos y poder dejar de pensar cuando así lo queramos.

      REFLEXIÓN

      La mente está influenciada por muchas cosas que pasan en nuestro día y eso genera pensamientos buenos o malos. Cuando tengas pensamientos negativos hacia alguien o algo, intenta detenerte y ver por qué sientes eso. Y jamás tomes decisiones o escribas mensajes o hagas llamadas cuando estés molesto, tu mente generalmente está ofuscada y confundida por la molestia, y seguramente tus sentimientos están alterados, así que lo mejor es detenerte, guardar silencio por unos momentos, respirar e intentar realizar una actividad que te guste: oír música, ver un programa de televisión, leer un libro o dormir. Aislarse cuando uno está enojado o molesto o cuando se tiene un gran problema que nubla la mente es algo muy válido y muchas veces es lo mejor que podemos hacer.

      CAPÍTULO IV

      ¿MENTE EN BLANCO O CONTROL MENTAL?

      En el capítulo anterior hablé de cómo generamos pensamientos en nuestra mente, de dónde vienen y qué podríamos hacer con ellos para que no nos afecten. También mencioné que es posible «dejar de pensar», lo cual no significa que la mente se quede sin pensamientos, pero sí puedes decidir cuáles. La parte más importante de este proceso es tener control sobre los pensamientos y no que ellos nos dominen a nosotros. Al poder controlar lo que pensamos podremos lograr lo que llaman una «mente en blanco».

      La mente en blanco es una mente controlada, una mente con pensamientos controlados, que es muy diferente a una mente sin pensamientos. Es prácticamente imposible dejar de pensar; si decidimos y nos esforzamos en dejar de pensar jamás lo lograremos y nos vamos a frustrar. Es más fácil si nos concentramos y controlamos nuestro pensamiento y decidimos pensar en NADA.

      Voy a ser reiterativo en este punto: es más fácil para la mente pensar en nada que dejar de pensar, ya que eso es un proceso natural de la mente y no podemos detenerlo. Sería como tratar de detener los latidos de nuestro corazón a voluntad o si intentamos detener nuestra respiración, solo podremos hacerlo por unos minutos cuando mucho. Si controlamos nuestros pensamientos y decidimos pensar en un vacío, o en un espacio de cierto color, o en un desierto, o en lo que prefieras y decides solo contemplar lo que hay o no hay a tu alrededor sin juzgar, estarás logrando controlar lo que piensas, tener tu mente en blanco, es decir, libre de pensamientos tóxicos.

      Es muy importante que entiendas cómo trabaja tu mente y tus pensamientos, y qué es lo que queremos lograr antes de sentarnos con las piernas cruzadas, los ojos cerrados y las manos en las piernas a «intentar» meditar como en las películas; será inútil si no sabes qué es lo que tienes que hacer, pensar o dejar de pensar.

      La «mente en blanco» es el fin último para una persona en un proceso avanzado de meditación y cuanto más lo practiques, más fácil será entrar directamente a este control mental cuando tú lo requieras y donde sea. Al principio, necesitarás un lugar silencioso, tal vez música para relajarte, y algunos momentos de frustración antes de lograr siquiera treinta segundos de paz mental, pero con el tiempo y la práctica serás más rápido y los resultados serán más evidentes.

      En tus primeras sesiones de meditación será complicado alcanzar la mente en blanco; muchos piensan que deben sentarse a meditar sus problemas para encontrar soluciones, es cierto y real, sí encontraremos las soluciones meditando, solo que, no pensando en ellos, simplemente es aquietar la mente de todo el ruido y el estrés, y en la calma y el silencio internos encontraremos las respuestas.

      Voy a explicar, según algunos textos, cómo funciona la mente a la hora de resolver los problemas. Podemos decir que un problema es un obstáculo que se interpone de una u otra forma ante nosotros, es decir, se interpone entre nuestra mente y nuestra realidad causando estrés y, muchas veces, paralizando nuestro cuerpo a reaccionar, impidiéndonos ver lo que hay detrás. Lo cierto es que no hay un consenso sobre lo que es exactamente un problema, ya que visto desde otra perspectiva o desde otro ser humano el problema no sería tal, por lo tanto, la solución no puede venir jamás del exterior, debe ser simplemente un trabajo interno para calmar la mente y dejar de verlo como un problema.

      Se considera, habitualmente, que cualquier persona pasa por tres fases a la hora de solucionar un problema: preparación, producción y enjuiciamiento.

      En la fase de preparación es cuando se hace un análisis e interpretación de los datos que tenemos. Muchas veces si el problema es muy complejo se subdivide en problemas más elementales o fáciles de resolver para facilitar la tarea.

      En la fase de producción intervienen distintos aspectos como la memoria que se utiliza para rescatar los recursos que estén a nuestro alcance para llegar a una solución eventual.

      En la última fase de enjuiciamiento, la mente evalúa la solución generada anteriormente comparándola con nuestra experiencia para, finalmente, darla como buena o no.

      Comprender esto como una regla o como algo que siempre funciona es complejo, ya que cada uno de nosotros es diferente y también es necesario conocernos, en esto también intervienen cambios bioquímicos y físicos de cada uno, así como psicológicos entre los que se encuentran los pensamientos, emociones y experiencias personales, así que la solución en cada uno puede ser distinta ante el mismo tipo de problema.

      A este proceso se pueden unir otros aspectos externos como hablar con personas que pasaron por algo similar para entender cómo ellos solucionaron su problema, leer libros con historias similares que nos inspiren a realizar un cambio, que, aunque nunca serán la solución, pueden ayudar a remover pensamientos estancados o a recordar que siempre hemos salido triunfantes, que nada es permanente y que todo tiene solución menos la muerte.

      Habiendo analizado de una manera más científica todo lo que hace nuestra mente al solucionar un problema, parece prácticamente imposible de lograr si, además, vivimos en un ambiente hostil, lleno de ruido y estímulos agresivos, lo que nos causa estrés y bloqueos mentales, y nos hace buscar actividades evasivas y hábitos destructivos, y nos aleja cada día más de encontrar una solución verdadera a nuestro problema.

      Es por eso que la meditación te da un espacio en silencio dentro de ti para lograr calmar tu mente. Una vez en calma, tu mente te guiará hasta ese momento, experiencia que te ayudará a cambiar tu forma de ver el problema y a encontrar la solución. Es por


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