Taller de redacción de artículos para estudiantes universitarios. Nelson Andrés Molina Roa
El presente libro es para leer a lápiz, ese antiguo instrumento bastante usado antes de existir las TIC. Por supuesto, en la actual era del conocimiento, también se leerá mientras se observa una pantalla de computador, el teléfono o algún otro dispositivo que permita hacer consultas bibliográficas y realizar los ejercicios.
Este es un libro de texto pensado para estudiantes: contiene talleres, el lenguaje intenta ser sencillo y evita discusiones trascendentales innecesarias. Estas características no le restan profundidad; por el contrario, la obra trata diversos temas que conciernen hoy día a estudiantes, a docentes investigadores y al público interesado en temas académicos: la investigación cualitativa, la investigación formativa, la era del conocimiento, el razonamiento lógico, la información en la web para la investigación y el uso del computador para la escritura de artículos académicos. Su propósito es, en esencia, convertirse en el taller de trabajo de un estudiante que, en medio de su proceso formativo, ha decidido realizar una investigación de tipo cualitativo y quiere saber cómo presentar su informe mediante un artículo académico.
Este libro guía al estudiante durante: el proceso de generación de la idea de investigación, su planteamiento, la selección de la tradición metodológica cualitativa acorde a su propuesta, la manera de recolectar y analizar los datos empíricos, la búsqueda de información conceptual en la web, la preparación y uso de Word y Wolfram Alpha para el proceso de redacción y citación bibliográfica, hasta llegar al uso de tesauros y del razonamiento lógico para efectos de la organización lógica del texto y la construcción de cada una de las partes del artículo.
La obra no es una metodología de la investigación, tampoco un curso de redacción y ortografía. Es una propuesta de configuración del pensamiento hacia la construcción de un artículo de investigación cualitativa, en el marco de la investigación formativa en la era del conocimiento. Agradezco al Altísimo haberme permitido crearlo, a mis hijos David y Ana María por su inspiración, y a mis estudiantes, amigos y colegas por las experiencias y conocimientos compartidos que ayudaron a imaginarlo.
Estoy seguro de que el texto será útil a varias generaciones.
Pero, ¿cómo escriben los nativos digitales?
En diciembre de 2011, en una carta que publicó en el periódico El Tiempo, el profesor de Comunicación Social de la Universidad Javeriana, Camilo Jiménez, expresó a la opinión pública la razón por la cual renunciaba a su cátedra Evaluación de Textos de No Ficción, perteneciente a la línea Producción Editorial y Multimedial, cuyo eje temático es la producción de textos. El siguiente aparte da una idea del tema de su reflexión:
Dejo la cátedra porque no me pude comunicar con los nativos digitales. No entiendo sus nuevos intereses. […] Quizá la lectura sea ahora salir al mar de internet a pescar fragmentos, citas y vínculos. Y, en consecuencia, la escritura esté mudando a esas frases sueltas, grises, sin vida, siempre con errores. Por eso, los nuevos párrafos que se están escribiendo parecen zombis (Jiménez, 2011, párr. 14).
La carta de Jiménez, que en su momento causó un pequeño escándalo nacional, puso de manifiesto el sentir de muchos colegas dedicados a acompañar a los estudiantes en procesos escriturales cuando apenas se empezaban a vislumbrar las consecuencias de las TIC: “no son capaces de leer una página de corrido”, “no pueden escribir un solo párrafo de un ensayo sin pegarlo1 de internet”, “no les interesa aprender a escribir”, “sufren de falta de creatividad y de ánimo”, “dependen de la Wiki”; son algunas de las frases que expresan los profesores refiriéndose a los nativos digitales. Sobre el tema, fuera del aula, obtuve afirmaciones de los estudiantes como las siguientes:
Profesor: ¿Por qué plagiaron el resumen de El perfume?
Estudiantes: porque ya vimos la película.
Profesor: pero si las películas tergiversan la historia, omiten detalles importantes y desdibujan a los personajes.
Estudiantes: profe, la verdad, si los detalles fueran realmente importantes no los podrían quitar. Además, un buen actor muestra con la cara el carácter del personaje la emoción que está sintiendo, sin que tengamos que leer páginas de descripciones sobre él.
Profesor: bueno, pero así hayan visto la película, el resumen es personal, sobre lo que sintieron. Eso no puede ser copiado.
Estudiantes: (entre risas) estamos de acuerdo con lo que dicen los comentaristas del libro. No tenemos nada nuevo que decir y nos identificamos plenamente.
Además de la astucia de los nativos digitales para salir del paso, las respuestas de los estudiantes revelaron algo que los profesores de escritura no están teniendo en cuenta a la hora de preparar clases: los trabajos que estaban pidiendo ya se encontraban escritos y era fácil encontrarlos. Si se busca, por ejemplo, El perfume de Patrick Süskind (2012) en internet, se encuentra, junto a la copia digital, análisis semióticos, estilísticos, culturales, médicos, psicológicos, criminalísticos, de género, resumen de la trama, contexto de la obra, análisis de los personajes, críticas literarias, la película, videos explicativos, entrevistas con el autor, etc. Me pregunté entonces: ¿por qué le pedimos como docentes a los nativos digitales que ignoren estas opciones que habitan su mundo y están a la mano para que escriban algo como a nosotros nos gusta?, ¿qué queremos que encuentren con la escritura?, ¿queremos que forjen su opinión?, ¿para qué?, ¿para arrojarla a la basura junto con otros trabajos cuando estemos limpiando el escritorio al final del semestre? ¿Acaso queremos con la escritura desarrollar procesos sociocognitivos y de aprendizaje fundamentales?, ¿cuáles? Si el hombre ha olvidado cómo cazar, encender fuego y hasta factorizar, y aún sobrevive, ¿qué tan grave es que escriba párrafos insípidos?
Después de mucho reflexionar, llegué a la conclusión de que los docentes dedicados a la lectura y la escritura estábamos pensando en la escritura lineal, en papel, sin tener en cuenta que los nativos digitales escriben en computadores (incluso nosotros lo hacemos), y que necesitábamos replantear nuestro oficio. Inferí que la intromisión del computador en el proceso de escritura tendría que haber afectado de alguna manera los géneros discursivos escritos, los procesos mentales, las reglas de comunicación y la cultura. Intentar responder estas cuestiones me llevó, en cuanto a la teoría, a indagar en estudios y conceptos ligados a la escritura en la web y el hipertexto y, en la práctica, a experimentar con el procesador de textos Word, buscadores, gestores bibliográficos y bases de datos, entre otras TIC.
Finalmente, diseñé, en el primer semestre de 2011, la asignatura Seminario de Investigación para estudiantes de últimos semestres de Contaduría Pública y Administración de Empresas en la Universidad de La Salle con la intención de que fuera un taller de escritura académica dirigido a nativos digitales. Me centré en el artículo académico ya que, entre otras bondades, y a diferencia de la monografía o la tesis, es un género moderno, ágil y acorde con la evolución de las TIC. El artículo académico se presentaba como la oportunidad ideal para conjugar algunos de los temas que me inquietaban: búsqueda y uso de información aplicada a la investigación y a la elaboración de textos académicos, procesos de lectoescritura mediados por el computador, revisión bibliográfica y redacción de informes.
Mi interés y primeras experiencias en el tema, antes que dentro del ambiente académico, iniciaron en el ámbito empírico, técnico y profesional de la Bibliotecología y las Ciencias de la Información en el Sistema de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Colombia donde laboré durante casi una década. Gracias a las bibliotecas fui testigo del cambio de paradigma respecto a los modos de hacer investigación y presentar los informes: durante los años noventa los investigadores recorrían por varias horas los estantes en busca de libros y revistas, por ejemplo,