Taller de redacción de artículos para estudiantes universitarios. Nelson Andrés Molina Roa
con su computador portátil a buscar apenas un par de libros que complementaran la bibliografía que ya habían adelantado a partir de textos en línea y que habían preparado en un artículo de 20 páginas.
Precisamente, durante los últimos años que ejercí como bibliotecario en la Universidad Nacional me fue encomendada la labor, como parte del Programa de Alfabetización Informacional del Sistema de Bibliotecas, de instruir a investigadores —consumados— en el uso de bases de datos bibliográficas, buscadores en línea, gestores bibliográficos, editores en línea y demás TIC que empezaban a llegar a la biblioteca. Allí consolidé procedimientos de uso y estrategias didácticas para los cursos. También observé cómo, poco a poco, dichas TIC interferían cada vez más en los procesos investigativo-académicos, sobre todo, relacionados con la búsqueda de información y con el proceso de lectura y producción de textos académicos. Adquirida ya cierta experiencia como docente, primero en la Universidad Nacional, luego en la Universidad de La Salle, fui más osado al incluir en mis didácticas algunas clases en salas de sistemas con el fin de enseñar a los estudiantes a consultar buscadores y bases de datos, a descargar bibliografías desde programas gestores de bibliografía y a usar algunas TIC. Más adelante, en 2012, publiqué los apuntes de clase Técnicas deductivas e inductivas de búsqueda de información en la web, y luego, en 2013, el capítulo de libro Procesos de lectoescritura mediados por el procesador de textos Word y otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Ambos alimentan este libro.
Debo decir finalmente que, aunque este texto parte de la experiencia, la teoría y la experimentación, es fruto sobre todo del acompañamiento continuo a cientos de estudiantes e investigadores durante su proceso de elaboración de artículos académicos. La experiencia de abordar con mis asesorados diversos temas que van desde la veterinaria, pasando por las artes, hasta llegar a las ciencias administrativas y contables, lejos de hacerme experto en temas concretos me ha permitido consolidar una teoría general de la forma para escribir artículos, aplicable a todas las disciplinas.
El autor
1 En la jerga académica colombiana, una acepción del verbo “pegar” es tomar un fragmento de texto de la web para ponerlo en un documento en proceso como si fuera propio, lo cual, sin la correcta citación, se considera plagio.
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS
El proceso de investigación formativa de índole cualitativa en la era del conocimiento
El paradigma interpretativo y la investigación cualitativa en clave de artículo
La investigación en estricto sentido, según la tradición científica positivista, se caracteriza por ser sistemática y rigurosa, por seguir procedimientos científicos y realizar productos válidos y comprobados por la comunidad científica, esto es, productos analíticos, sistemáticos, legales, especializados, comunicables, verificables, metódicos y rigurosos (Cerda, 2007). En este sentido, tanto el método científico como los factores mencionados son la base epistemológica a partir de la cual se ha configurado el paradigma occidental de la ciencia. En la medida en que la ciencia y la investigación son productos sociales y están inevitablemente influenciados por la cultura (Merton, 1977), la comunidad científica ha debido sujetarse a unas reglas intersubjetivas de interacción, a intereses políticos y económicos, y a “un peculiar complejo de presuposiciones tácitas y de limitaciones institucionales” (p. 339) que a lo largo de los siglos han venido configurando una suerte de sistemas de valores, relaciones sociales, procedimientos, requisitos, protocolos y supuestos que han determinado cómo deben hacerse los procesos de inicio, desarrollo, validación y divulgación del conocimiento y la producción científica. En este marco de circunstancias se consolidaron las revistas y el artículo (paper) como principales medios de divulgación de la investigación científica.
Sin embargo, casi desde su nacimiento, tanto el positivismo como el cientificismo y sus métodos fueron puestos en tela de juicio constantemente y, desde mediados del siglo XIX, contradichos, absorbidos, hibridados y colonizados por diversas corrientes de pensamiento hasta tal punto que se podría afirmar que hoy día cohabitan en las ciencias, por lo menos, los paradigmas positivista, materialista-histórico (ya consolidados) e interpretativo (en proceso de consolidación) junto con sus respectivos presupuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos (Vasilachis, 1992, 2006, 2007; Denzin y Lincoln, 1994). Paradójicamente, antes que contradecir el sistema de relaciones de la comunidad científica y al artículo como principal medio de divulgación de los avances científicos, los paradigmas alternos han adoptado los mismos procederes heredados. Esto es congruente en la medida en que, aunque es necesario aplicar coherente y separadamente los presupuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos dentro de cada paradigma, por lo menos el interpretativo no intenta, siguiendo con el ejemplo del paradigma positivista, contraponerse ni negar al positivista-cuantitativo; más bien, pretende ofrecer una alternativa epistemológica de investigación, “una forma alternativa de acceder al conocimiento de la realidad social” (Vasilachis, 2006, p. 21). En ese sentido, la definición de paradigma como “los marcos teóricos-metodológicos utilizados por el investigador para interpretar los fenómenos sociales en el contexto de una determinada sociedad” (Vasilachis, 2006, p. 46) permite comprender el concepto de “estrategia de investigación” como “aquellas habilidades, presunciones y prácticas que los investigadores emplean para ir desde su paradigma al mundo empírico”, es decir, para poner en acción, en práctica, las teorías que sustentan su paradigma (Denzin y Lincoln, 1994; Vasilachis, 2006, p. 20).
Así las cosas, las “estrategias cualitativas de investigación” hacen las veces de estrategias de investigación propia del paradigma interpretativo y se diferencian del modelo positivista en que son subjetivas y contextuales antes que generalizables y objetivas, prefieren lo profundo a lo superficial y lo intenso a lo extenso, consideran que el investigador es transformado durante el proceso investigativo y que sus emociones, conocimiento y experiencia afectan los resultados porque renuncia a corroborar teorías prediseñadas, porque intenta tomar en cuenta los diversos puntos de vista de los involucrados y por el uso de métodos específicos de recolección y análisis de materiales empíricos. La investigación cualitativa es un concepto comprensivo que hace referencia más que a diversos enfoques, orientaciones y colecciones de técnicas de investigación a una manera de pensar e indagar sobre la realidad a la cual se accede cuando
se sabe poco acerca de un tema, cuando el contexto de investigación es comprendido deficientemente, cuando los límites del campo de acción están mal definidos, cuando el fenómeno no es cuantificable, cuando la naturaleza del problema no está clara o cuando el investigador supone que la situación ha sido concebida de manera restrictiva y el tema requiere ser reexaminado. (Vasilachis, 2006, p. 31)
La investigación cualitativa se refiere a diversas filosofías, concepciones, tradiciones disciplinarias e intelectuales acerca de la realidad, cómo conocerla y de cuánto de ella puede ser conocido. Siguiendo a Creswell (1998, citado por Vasilachis, 2006, p. 24), se podría definir la investigación cualitativa como un proceso interpretativo de indagación, complejo, holístico, cuyo objetivo es estudiar situaciones humanas, naturales y sociales a través del análisis de datos ofrecidos por informantes y del análisis de palabras y contextos discursivos. Para lograrlo, ha desarrollado variadas tradiciones metodológicas: la biografía, la fenomenología, la teoría fundamentada en los datos, la etnografía, los estudios de caso, los estudios culturales, los estudios de género, la hermenéutica, la etnometodología, el análisis de la conversación, el discurso, y la narración, entre otros. Si bien es cierto que existen marcadas diferencias entre dichas tradiciones que hace difícil unificarlas bajo un mismo criterio, es posible determinar puntos de encuentro entre este variado mosaico de perspectivas denominado investigación cualitativa. De lo anterior se desprende que, en esencia, la investigación cualitativa es un acto interpretativo multimetódico y naturalista que explica, define, clarifica, expone, parafrasea, descifra, construye, resume; esto es, describe, comprende