Taller de redacción de artículos para estudiantes universitarios. Nelson Andrés Molina Roa
metodológicamente plural, reflexiva y basada en lo relacional que, debido a su intento de acercarse al otro, implica seriedad en la tarea de investigación, exigencia, dedicación y compromiso ético.
En cuanto al diseño metodológico de la investigación, este debería, en principio, dar cuenta de cada uno de los pasos del proceso de investigación: tanto de la selección como de la recolección de datos, la transcripción, los análisis, las decisiones tomadas, las justificaciones del muestreo, la codificación y la relación entre conceptos, la adaptación, modificación y creación de teorías. Esto, a sabiendas de que a la hora de realizar el diseño se debe tener en cuenta cuál es la situación y el contexto de los investigadores y las personas a las que se quiere analizar. Atendiendo a los presupuestos y características del paradigma interpretativo-cualitativo, el investigador no puede conformarse con una sola estrategia y un tipo de datos; su deber como investigador cualitativo es: a) volver una y otra vez al campo para afinar la pregunta, b) reconsiderar el diseño cuando sea necesario, c) recolectar nuevos datos, d) implementar nuevas estrategias de recolección de análisis, e) revisar y, si fuera necesario, modificar interpretaciones. En ese sentido, los componentes a los cuales se vuelve una y otra vez son el campo, la situación, los actores sociales, el corpus y las notas de campo.
Los diversos componentes y procedimientos de la investigación cualitativa pueden resumirse escuetamente en las categorías básicas de diseño de investigación, que se relacionan directamente con la pregunta de investigación, eje del diseño y del proceso investigativo (tabla 1).
Tabla 1. Categorías básicas del diseño de investigación cualitativa
Pregunta de investigación | ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué? En determinados casos, estas preguntas se refieren al tema que será explorado. La pregunta de investigación se contextualiza y justifica por medio del planteamiento del problema, en el cual se exponen las circunstancias que llevaron a determinar la pertinencia de estudiar el fenómeno en cuestión. |
Propósitos | Se refieren al “por qué” y al “para qué” de la indagación. Pueden ser de carácter descriptivo, teórico, político, práctico, personal o surgir de una demanda externa. En la propuesta escrita se presentan dentro de la introducción, junto a la delimitación del tema, el planteamiento del problema, la tradición investigativa, el tipo de datos a analizar y la definición de las unidades de análisis. |
Método | Tiene que ver con los procedimientos utilizados para responder a las preguntas de investigación y, así, producir conocimiento. Independientemente de la tradición epistemológica de la que se parta, la metodología debe definir: a) las unidades de análisis, b) el tipo de muestra, c) la accesibilidad al terreno y los problemas éticos, d) las técnicas de recolección de información, e) el tipo de análisis, f) el software de apoyo, g) la posición del investigador y h) las limitaciones del estudio. |
Contexto conceptual | Es “el sistema de conceptos, creencias, teorías, expectativas, supuestos que respaldan la investigación” y la ubican dentro de una corriente y debate epistemológicos. El contexto conceptual nace de la experiencia vital del investigador y su recolección de datos sumados al estado del arte que realice, ya sea de temas disciplinares, de los antecedentes investigativos relativos a su proyecto, o ya sea de los fundamentos epistemológicos de la tradición elegida. |
Criterios de calidad | La medición de la calidad de una investigación cualitativa depende de diversos factores, incluidos los parámetros clásicos de validez interna y externa, y los constructos —que veremos más adelante—, que se relacionan con la credibilidad, el compromiso con el trabajo de campo, la obtención de datos ricos, la triangulación, el control de los miembros, las auditorías externas e internas al equipo de investigación, la transferibilidad, la seguridad, la posibilidad de confirmación y el empoderamiento. |
Datos | Recolectados intencionalmente en situaciones naturales con el fin de examinar en detalle el tema. |
Procedimientos de análisis e interpretación | Se prefiere la observación antes que el experimento y la entrevista abierta más que la estructurada; el examen debe ser detallado, intensivo y microscópico. Se deben hacer sucesivas reinterpretaciones durante la investigación. |
Informe de resultados | Finalmente, el diseño mencionado (al cual se le agregan un abstract, un cronograma y la bibliografía) se argumenta de manera escrita. Se evalúa principalmente la relevancia, la viabilidad y el compromiso del escrito en relación con el ámbito del conocimiento y su contexto social. Típicamente, este informe se presenta a modo de artículo, capítulo de libro o libro. |
Fuente: elaborado a partir de Mendizábal (2006) y Vasilachis (2013).
Acorde con los tres paradigmas, los diseños de investigación pueden ser estructurados (lineales e inmodificables), combinados (el orden de algunos elementos puede ser alterado) o flexibles (Mendizábal, 2006); siendo el último el más coherente con la investigación cualitativa. Como se ha mencionado anteriormente, la importancia que se da en la investigación cualitativa a los participantes, los procesos, las estructuras, los significados y la perspectiva del individuo —sumadas a la naturaleza flexible y emergente de los datos que surgen del análisis naturalista de las palabras y del comportamiento de los entrevistados— obliga al diseño investigativo a ser igualmente flexible y aludir a la estructura subyacente de los elementos que gobiernan el funcionamiento de la investigación. Dicha estructura anticipa, para una mejor comprensión del fenómeno social a investigar, la organización del informe de resultados a partir del orden intrínseco que tienen los elementos en el contexto real. Dentro del proceso investigativo podrían presentarse situaciones nuevas y cambios en las preguntas de investigación, los objetivos o la metodología; aunque se debe conservar una idea o lógica de totalidad integradora que comunique entre sí los conceptos y los datos, los primeros pueden ser superados o modificados a medida que la etapa de exploración y la naturaleza de los datos lo requieran. En este orden de ideas, el diseño conjuga coherentemente justificación, propósitos, teoría, preguntas de investigación, método y criterios de verificación de la calidad.
La investigación formativa: hacia la democratización del conocimiento y del artículo
La investigación, en sentido estricto, surgió con los eruditos humanistas del Renacimiento, quienes, por regla general, dentro de los colegios de nobles y las universidades medievales se encargaron de formular, cuestionar y sistematizar experiencias acerca de la enseñanza desde una perspectiva pedagógica de carácter filosófico. Ocupados de problemas específicos de la enseñanza de las altas ciencias, recogidas en la recién fundada didáctica, los renacentistas se preguntaban acerca de la naturaleza del conocimiento y la mejor manera para comunicarlo; del mejor método para la enseñanza según las diversas ciencias, edades y condiciones; y acerca de si es posible fundar un método general que permita enseñar todo a todos, pregunta mayor de la didáctica magna formulada por J. Amos Comenio (Comenio, 1922; Saldarriaga, 2006; Schara, 2006). Del mismo modo que lo hacen diversas agrupaciones sociales, la comunidad científica fue creando un lenguaje y unas reglas propias, explícitas e implícitas, cuya particularidad está dada por los temas que la ciencia aborda, los mensajes que quiere transmitir y los géneros trabajados (libro y artículo como principales medios de expresión). Cualquier persona que emprendiera una investigación con fines prácticos o teóricos debería conocer este lenguaje y estas reglas para ser aceptada por la comunidad y alcanzar en ella un estatus (Bonilla, Hurtado y Jaramillo, 2009, p. 89). Por supuesto, en la medida en que fueron complejizándose las temáticas tratadas y el lenguaje se fue especializando, el artículo fue afianzándose como género de élite, propio de investigadores en propiedad, que veían —y ven— con malos ojos los escritos académicos no positivistas o no provenientes de las élites intelectuales. Dicha situación ha venido cambiando, entre otras razones, gracias a la aparición de paradigmas diferentes al positivista, de las tecnologías masivas de la comunicación y de la investigación formativa, que ofrece a estudiantes e investigadores en formación la posibilidad de llevar a cabo procesos investigativos y escribir artículos.
En la investigación formativa,
aunque sigue las mismas pautas metodológicas y se orienta por los mismos valores académicos de la investigación en sentido estricto, no existe un reconocimiento por parte de la comunidad académica de la novedad de los conocimientos producidos y admite niveles diferentes de exigencia. (Cerda, 2007, p. 63)