Crear. Bernardo Guerrero Jiménez
Nuestra formación como sociólogos ignoraba la dimensión étnica de nuestra realidad. Por lo mismo, introducirnos en estos temas fue un proceso complejo y motivante a la vez. Nuestras conexiones con universidades y ONG de los países andinos fueron vitales para esta comprensión. Diálogos con Juan Van Kessel, Xavier Albó, Hans van der Berg, Grimaldo Rengifo, Horacio Larraín, Eduardo Grillo, Jorge Hidalgo, Lautaro Núñez, Gilles Riviére, entre otros, fueron vitales. Por cierto, las lecturas de los clásicos del mundo andino como Tom Zuidema, John Murra, Karen Spalding, José Matos Mar, Henry Pease, Luis Millones, entre tantos otros.
Entre ellos Xavier Albó, Héctor González y Erik Laan
La conexión holandesa
Gracias a las gestiones de Van Kessel, el Ciren/Crear tuvo una relación especial con ese país, sobre todo con sus universidades y agencias para el desarrollo. Nos detenemos en nuestra relación con las universidades que nos ayudó a mantener una línea de investigación y de publicaciones más que relevantes. Así es como en el año 1985, ambas instituciones publican el libro El movimiento pentecostal en la sociedad chilena de J. Tennekes, un texto clásico que da cuenta del crecimiento de este movimiento religioso en América Latina y sobre todo en Chile. Profesores de esa universidad nos visitan y con ello organizamos talleres de discusiones tanto teóricas como metodológicas. Es así, por ejemplo, que el 5 de junio de 1987 se realizó el taller de religiosidad popular “Encuentros y desencuentros entre el culto pentecostal y el culto mariano”. Aparte de los investigadores del Crear, participaron André Droogers, Franz Kaamsteg, Javier Vilca, José Desmond.
A estas relaciones, se le sumarán la presencia de estudiantes becarios de ese país, estudiantes de antropología cultural y sociología no occidental, sobre todo de la Universidad Libre de Ámsterdam. Estos efectuaron importantes aportes al estudio de la realidad regional, sobre todo de la cultura andina. Muchos de ellos publicaron en los Cuadernos de Investigación Social, entre ellos Eric Laan, María de Bruyn, Jaap Lemereis, y otros.
Horacio Larraín
El Wus y la Clacso
El Servicio Universitario Mundial conocido por su sigla en inglés como Wus, realizó una extraordinaria labor en lo que se refiere a profesionales que buscaban reinsertarse en Chile.
El Ciren/Crear recibió a dos profesionales que desarrollaron líneas de investigación al interior de nuestra institución. Uno de ellos fue Gastón Guzmán, que venía de Francia y que se insertó en el mundo andino, en la localidad de Chiapa. El otro, el ingeniero civil Aníbal Matamala, que se integró al equipo de investigadores que estudiaron temas mineros y de pesca (Matamala, 1989). En temas del borde costero Arturo Neira, desempeñó en los años 90 una interesante labor tanto en Pisagua como en el sector sur de Iquique.
Por su parte, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) nos apoyó en la formación de investigadores jóvenes, entre ellos al sociólogo Julián González, que se dedicó al estudio de los jóvenes aymaras (1987).
Los derechos humanos
El Ciren/Crear realizó trabajo en coordinación con la Comisión de Derechos Humanos de Iquique. Destacada labor jugaron abogados como Germán Valenzuela, Carlos Vila, Dora Silva, Ernesto Montoya, entre otros. Se efectuaron seminarios y conversatorios sobre este tema, además de la publicación de varias cartillas de difusión. Destaca la importante labor de la radio Iquique FM dirigida por Fernando Muñoz Marinkovic.
El trabajo con las comunidades andinas
Al trabajar con las comunidades alto-andinas de la provincia de Iquique, nos guió la idea de la reetnificación de las mismas. Una idea que, con el paso de los años, es ambiciosa, pero que en la década de los 80 parecía posible de realizar. Para ello diseñamos dos micro-medios: el Boletín Aymara y el Vizcachín2. Ambos con públicos diferentes, pero a su vez complementarios. El primero dirigido al mundo adulto, el segundo a los niños y niñas del sistema escolar. Se trabajó con las comunidades del sector de Cariquima, en los ayllus de Villablanca, Quebe, Chijo, en el Isluga en las comunidades de Mauque y Enquelga. Fue un trabajo participativo entre los investigadores del Ciren/Crear, y los comuneros y profesores amigos de esas escuelas3.
Vizcachín
Es un material de lectoescritura dirigido a niños y niñas entre los 5 y los 12 años de edad. Se inició con la realización de un concurso de cuentos, en la que los abuelos y abuelas les contaban un cuento a sus nietos y nietas. Se seleccionaron 42 cuentos, leyendas y fábulas.
Gracias a conversaciones con comuneros y dirigentes andinos, se eligieron los cuentos para la confección de los materiales. Con la asesoría de una educadora de párvulos, Edda Barnao Domínguez, se efectuaron actividades para que los niños y niñas “dialogaran” con la flora y fauna, etcétera. Con la ayuda de un dibujante y previo varios chequeos para ser lo más fiel posible a la visión andina de su territorio4, se imprimieron los materiales. Se trabajó luego con los profesores de ciertas escuelas del altiplano, y se siguió el proceso de validación, tanto con la comunidad como con la familia. Los profesores eran amigos de la ONG, y por eso colaboraron en el proceso.
Se editaron doce cartillas, cada una basada en un cuento, y con actividades pedagógicas derivadas del cuento.
A nivel de los obstáculos, por ejemplo, en las escuelas de Yala-Yala, Lirima y Villablanca, se recibieron durante el año 1987 órdenes expresas de no trabajar con este material. El encargado de esta experiencia, Juan Podestá, escribe cuando sintetiza esta experiencia:
... es que no han recibido críticas desde un punto de vista técnico-pedagógico que niegue su valor didáctico, y por el contrario, todas las críticas apuntan decididamente a la intencionalidad cultural y política del Vizcachín. La crítica más frecuente que se escucha por parte de los organismos oficiales se podría sintetizar con esta frase: Es imposible educar a los indios usando elementos de su propia cultura. La respuesta que ellos mismos se dan es que el universo cultural, simbólico, cognitivo, conceptual y didáctico de los aymaras, es muy reducido para ser usado en tareas de educación formal. Obviamente que en la visión de las autoridades de educación existe no solo un etnocentrismo cultural, sino también una clara intención etnocida (Podestá, 1988: 21).
El mismo Podestá, más allá de toda sistematización clásica, se pregunta acerca de ¿en qué medida el Vizcachín, como acción educativa en base a la tradición oral andina, se inserta en la lógica del conocimiento de los andinos? Por ahora no estamos en condiciones de responder a esta pregunta.
Producto de este trabajo con la tradición oral Podestá, junto a dos campesinos aymaras, Julián Amaro y Rucio Flores, publica el primer libro que contiene cuentos andinos de la región de Tarapacá (1989).
El Boletín Aymara (BA)
El equipo de trabajo estuvo compuesto por un diseñador encargado de la diagramación, gráfica y edición en la imprenta. Investigadores del Centro de Investigación de la Realidad del Norte han participado recopilando información, evaluándola y confeccionando los textos guías para la edición. En el segundo Boletín, se ha incluido la participación directa de campesinos para los textos en aymara y crítica de la gráfica, cuestión que ha resultado altamente significativa en la preparación de este material.
El procedimiento de trabajo ha sido: selección de la temática de acuerdo al programa del proyecto; búsqueda de los antecedentes necesarios; definición de sub-unidades temáticas y proposición