Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego
historia de vida del actor, en una propuesta comparativa que lo va referenciando en relación con la historia del país, pues resulta inevitable que el investigador sea el principal autor de esta historia cuando es precisamente él quien ordena el texto de acuerdo a cortes temporales o temáticos, titula, subtitula, forma, divide, recorta y le da a la versión final la apariencia que esta asume al presentarse.
Esta metodología se erige sobre dos referentes básicos: primero, existe el más riguroso respeto por la percepción que el actor tiene sobre sí mismo, sobre su forma de representarse y hacerse presente en el conflicto colombiano: se toma en consideración los aspectos que constituyen en esencia la historia de sus ideas políticas, pues es esta la que determina y legitima su existencia social y política; segundo, se toman en consideración los referentes teóricos esenciales que son característicos de los estudios e investigaciones que giran en torno a las historias de vida. Conforme a estos dos referentes, es necesario precisar algunos aspectos sobre la relación entre el investigador y su objeto de estudio:
Primero. El actor (ELN) está constituido por unidades de sentido, palabras y frases dichas por ellos, textos y discursos, prácticas sociales y acciones militares a través de los cuales se comunican y se representan.
Segundo. El autor se ha preocupado porque el actor, además de protagonizar el relato, narre y exprese en él su propio punto de vista, lo que no implica que como interlocutor no introduzca la reflexión crítica de este y convoque al cuestionamiento permanente.
Tercero. El relato se estructura sobre episodios y acontecimientos que de alguna manera tienen mayor relevancia para la propia representación del actor (por ejemplo, Simacota o Anori); sin embargo, el autor ha puesto interés en convocar a la memoria aquellos acontecimientos que el personaje desplaza, o se refiere a ellos en forma mínima, pues constituyen puntos de inflexión de su propia existencia (crisis internas, fusilamientos, y otros eventos).
Cuarto. El autor, tomando en consideración la lógica de la fuente documental, define las características del desarrollo cronológico del discurso, la profundidad de la argumentación, la importancia de los personajes, el sentido de sus acciones, entre otras múltiples posibilidades de la construcción del discurso histórico.
Quinto. El texto escrito obligó a estructurar algunas unidades narrativas que favorecen la comprensión del discurso histórico, su lectura y posibilidades interpretativas y analíticas; por esta razón, se tomaron en consideración al menos cinco elementos constructores: las secuencias, los hitos, las etapas, los motivos y las causalidades-determinantes, todos interactuando en la configuración global del discurso.
Las secuencias son divisiones al interior del texto que poseen un alto grado de variabilidad e impredecibilidad, en los que no siempre se distinguen claramente los puntos de partida y final. El concepto de secuencia nos resulta relevante y útil porque la evolución de la narración casi nunca sigue un orden lineal ni cronológico, sino que en ella abundan las superposiciones, las proyecciones y los cambios súbitos de énfasis. A pesar de esto, es necesario distinguirlos y ello es viable a través de los cortes que se van haciendo en la narración.
Los hitos son ciertos sucesos externos (la violencia, la dictadura de Rojas, el Frente Nacional) o internos (la toma de Simacota, asambleas y congresos de la guerrilla, las operaciones militares que expresan un cambio en la estrategia, etc.) presentados por el actor como cruciales en el desarrollo de su propia existencia. Los hitos pueden definirse como los momentos claves de la vida relatada, que poseen en el interior del relato capacidad explicativa o referencial, y para que un hito sea tal, es necesario que aparezca revestido de un carácter extraordinario y generador de nuevas circunstancias; es decir, se trata de hechos hasta cierto punto dramáticos a los cuales el personaje les otorga capacidad explicativa, explícita o implícitamente.
Las etapas son los fragmentos temporales con que es presentado el relato. Estas no siempre corresponden al esquema de clasificación cronológica usualmente utilizado. Suelen ser variables la cantidad de años y de texto que se les dedica. Cada etapa, como podrá verse en este trabajo, contiene o va asociado a un referente histórico o anclaje.
Los motivos son afirmaciones directas o indirectas, que tienden a explicar conductas de cada personaje o de otros del relato histórico; son supuestos del porqué de las conductas y de los actos y acciones desarrollados.
La causalidad-determinante es un encadenador que relaciona, une y explica tanto los sucesos como las etapas y los hitos. Existen diferentes órdenes de causalidad-determinante que en el relato se sobreponen y enuncian sin mayores rupturas de continuidad. Las causalidades-determinantes más recurrentes son las de tipo histórico, psicológico, natural y mítico:
• La causalidad de tipo histórico se produce cuando el autor, siguiendo la lógica argumental de los actores armados, hace énfasis en los acontecimientos referidos o en el contexto en que ellos se dieron. Así, los sucesos son producto de otros sucesos precedentes y dan origen, a su vez, a sucesos posteriores.
• La causalidad de tipo psicológico alude a rasgos de carácter de algunos de los personajes intervinientes. En este caso, las etapas quedan encadenadas de modo altamente personalizado, es decir, los hechos suceden más por efecto de cómo son los individuos que participan en ellos, que por aspectos sociales, estructurales o exteriores a las características de los involucrados. Los protagonistas materializan determinadas conductas por sus rasgos personales, de modo que la acción aparece como prefigurada en su interioridad y no como factores determinantes externos.
• La causalidad de tipo natural es, en algún sentido, la casi no causalidad: los hechos sucedieron porque tenían que suceder. El devenir se ve como natural, en el sentido en que corresponde no a una lógica de los hechos ni de las personas, sino de la naturaleza de la vida.
• La causalidad de tipo mítico alude, principalmente, a referencias que están fuera del dominio de lo estrictamente humano, en este terreno son frecuentes las alusiones religiosas y mágicas. En el estudio del ELN, como en el de toda organización de esta naturaleza, son importantes, entre otros, el mito generador, el mito del héroe, el mito paradisíaco, que expresan y explican la lógica de las representaciones simbólicas desde donde se justifica el compromiso, a través del cual se desarrolla la existencia histórica de la Organización11.
El uso de este tipo de metodología de investigación, posibilita la confrontación y contrastación de puntos de vista en los que se comienza a dilucidar la realidad del movimiento guerrillero, superando las lecturas politizadas y románticas que han caracterizado este tipo de estudios. Para ello, ha sido necesario agotar los más variados recursos documentales y las fuentes de informaciones más diversas, pero igualmente arriesgar periodizaciones que están en estrecha relación con la información proporcionada por las fuentes y con los estudios teóricos existentes al respeto.
La estructura de esta historia política del ELN busca respetar el proceso de desarrollo que ha tenido la Organización a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del presente (2018), en cincuenta años de historia, tomando en consideración, en lo esencial, los momentos que se comportan como hitos, en cuanto que han aportado a la construcción de los imaginarios elenos, a la configuración de una cultura política que define sus puntos de vista y las prácticas sociales, políticas y militares a través de las cuales adquieren identidad y se expresan como sujetos históricos y políticos.
Sobre la estructura de la obra
Siguiendo la propuesta metodológica, este trabajo consta de ocho partes:
En la primera parte, correspondiente a la introducción, se abordan en lo esencial, tres aspectos de reflexión que convocan la atención de este estudio. El primero tiene que ver con la investigación histórica en cuanto enfoque metodológico para la comprensión de los fenómenos de violencia y el conflicto armado, desde perspectivas de análisis que persisten en explorar el camino de especificidad de los casos y problemas que se abordan, sin renunciar a las posibilidades que estos ofrecen a la generalización y construcción de explicaciones universales; el segundo retoma la discusión sobre la naturaleza y caracterización del conflicto armado colombiano, en el marco de los distintos enfoques teóricos y