La clave de la concentración. Fernando F. Saccone
en sus actores? A fin de responder esta pregunta tomaré en cuenta otras dos sencillas definiciones de concentración:
1 Es la acción de concentrar cosas o personas que están dispersas o que se pueden dispersar.
2 Estado de las personas que fijan el pensamiento en algo, sin distraerse.
Si tan solo realizamos el ejercicio de revivir mentalmente el haka (para este fin puede sernos útil releer la descripción de las páginas 20 y 21 del presente libro), podremos tomar conciencia de que ambas definiciones encajan perfectamente con el transcurrir de la danza. En otras palabras, los hombres de negro se concentran mediante el haka fijando el pensamiento en su ejecución. Esto significa que a través de este ritual y durante su duración, sus protagonistas consiguen un estado de concentración absoluta que a simple vista parecería resultar en una especie de trance hipnótico. Tomemos en cuenta que el término “trance”, que significa transitar, transportarse o cruzar, hace referencia a las palabras entrada, umbral, conducto, portal y canal. La capacidad para entrar en trance está relacionada con un mecanismo psicofisiológico por medio del cual las personas se abandonan a ciertas condiciones externas o internas (en este caso a través de esta ceremonia) para ingresar en un estado de consciencia diferente en el que quedan suspendidas algunas funciones mentales habituales. La hipnosis es un cambio de estado de consciencia que puede ser inducido por una persona que hace de hipnotizador (hipnosis heteroinducida) o generado por uno mismo (hipnosis autoinducida o autohipnosis), por intermedio de ciertas instrucciones o pasos preliminares. El requisito imprescindible en ambas está en que el o los sujetos deben focalizar su atención sobre un estímulo exterior (por ejemplo: imagen, música), o sobre una sensación interior (por ejemplo: recreación mental de algo, ritmo respiratorio, estado de rigidez o relajación de todo el cuerpo o de una de sus partes). Podemos decir que el haka comprende las dos clases de hipnosis, ya que su líder hace las veces de hipnotizador (hipnosis heteroinducida), aunque es claro que los demás protagonistas también la generan por sí mismos (hipnosis autoinducida).
El Haka y lo ancestral
Mediante esta ceremonia que hace las veces de trance que los traslada a un estado de concentración pura, los hombres de negro resignifican (dan o encuentran un nuevo significado) al presente en función del pasado, inducidos por el líder de la danza, que actúa a modo de hipnotizador (veintidós guerreros predispuestos a ser guiados en el ritual por su líder…). En otras palabras, por intermedio del haka dan un nuevo sentido a una experiencia actual en función de algo ocurrido en el pasado. El haka como acto previo a la contienda deportiva, no representa solamente a aquellos jugadores contemporáneos sino a todos sus antecesores y a todo el poderío de la evolución. Es que el haka encarna un repaso del origen del ser humano y su evolución hasta la actualidad, en una representación del pasado y su transición hasta el presente, resignificando los orígenes del hombre, aludiendo al contacto con la fuerza de la naturaleza y a los dioses que la crearon.
En relación con la fuerza animal, los golpes en el pecho de la danza maorí que se describe (Guerreros que golpean fuertemente sus pechos tal como si fuesen tambores…), son representaciones claras de nuestros hermanos primitivos y de sus antecesores primates que así acostumbraban demostrar fuerza y poderío a sus contrapartes para amedrentarlos y, de acuerdo al sonido que nacía de su pecho, exhibían salud y fuerza para que no se entrometan con él ni sus hembras. A su vez, y hacia sus contrincantes, es una forma de medir al macho alfa ya que, de acuerdo al sonido que captan, infieren si pueden retarlos.
Y los golpes con sus puños en el campo de juego (Guerreros que se reclinan sobre el campo para proseguir golpeando el territorio con sus puños…) los asemejan a un simio, que marca el territorio. La particular disposición sobre el campo de juego en forma de V (Guerreros que se alistan en forma de V preparados para dar comienzo a la ceremonia…) representa la punta de lanza y el vuelo de las aves (que tendrán un especial tratamiento en el capítulo III).
En relación con la fuerza específica de la tierra, mediante el uso y la exhibición temblorosa de sus manos, los protagonistas aluden a los movimientos generados en la tierra por un volcán en erupción (Guerreros que exhiben sus manos con acentuadas manifestaciones de temblor…). Mientras que la conexión con sus dioses se manifiesta en la danza mediante la elevación de sus brazos (Guerreros que elevan sus brazos al cielo una y otra vez).
Más allá del enriquecedor significado que pueda tener de la letra del haka (ka mate o kapa O pango), considero fundamental destacar que las pocas palabras utilizadas en su letra son interpretadas con un perfecto lenguaje corporal que tiene más fuerza que el verbal.
Es clave el aspecto psicológico relacionado con esta especie de trance hipnótico del que deriva un estado de concentración plena, estado facilitado por todo lo que entra en juego a través de este ritual-danza y su sistema de creencias.
El Haka y la catarsis
Ya he afirmado que los hombres de negro se concentran mediante el haka al fijar el pensamiento en la ejecución del mismo. También que esto significa que a través de su desarrollo, los protagonistas consiguen un estado de concentración absoluta que a simple vista parecería resultar en una especie de trance hipnótico. También expliqué cómo es que mediante el haka dan un nuevo sentido a una experiencia del presente en función de algo ocurrido en el pasado, con un repaso del origen del ser humano y su evolución hasta a la actualidad, en una representación del pasado y su transición hasta el presente, resignificando los orígenes del hombre y haciendo alusión al contacto con la fuerza de la naturaleza toda y con los dioses que la crearon.
Lo cierto es que por medio del haka autoprovocan un estado de restricción de la conciencia (disociación hipnótica) en el que se abstraen absolutamente de su entorno, aprovechando y haciendo uso del tiempo existente entre el canto de los himnos y el inicio del partido, mientras ese mismo lapso es desaprovechado por sus rivales desde una posición pasiva que hace que, en contraposición, se desconcentren. Esto significa que más allá de la búsqueda del efecto de amedrentamiento (Guerreros que se refieren constantemente a sus ocasionales rivales con gestos y miradas desafiantes), el haka equivale a concentración propia y desconcentración rival.
Esta especie de prearranque o plataforma previa de arranque es una ventaja psicofísica que se puede ejemplificar mediante lo que ocurre en una carrera automovilística cuando un corredor cuenta con una ventaja determinada de segundos sobre sus rivales para iniciar la competencia o, en lo cotidiano, cuando un estudiante cuenta con más tiempo que el resto para responder las preguntas de un examen. Ventaja psicofísica que muchas veces constituye la diferencia entre dos rivales y que en este caso también es útil como disparador de la motivación interna (relacionada con las ansias de superación y el deseo del grupo de volcar en la escena su cultura e identidad y la lucha por lo que tanto se ha entrenado) a modo de arenga.
Para proseguir con el presente desarrollo considero importante traer a colación lo mencionado en el primer capítulo de Rugby mental:
[…] desde una visión profunda, y describiéndolo metafóricamente, podemos decir que el rugby remite a una batalla primitiva y ancestral por el territorio pero con la incorporación de reglas de juego […]. El juego representa un intento de invasión y conquista del territorio rival en el que cada metro ganado, cada try y cada conversión hacen a la confirmación de que estoy apropiándome del mismo y a la posibilidad de terminar siendo el vencedor. Es una batalla física que se define desde lo mental grupal e individual. Regresando a la metáfora inicial de la batalla primitiva podemos decir que son treinta los soldados, en este caso, que se baten a duelo sin otras armas más que su poderío físico (y sus destrezas mentales) por el control de la pelota y el control territorial que no representan otra cosa que el hambre de victoria y la posibilidad de darle satisfacción a esta necesidad. Algo ancestralmente equivalente a nuestros hermanos primitivos que luchaban por otras necesidades, pero más básicas, como la comida y las mujeres, mediante la misma lucha territorial. Instintos puramente primitivos representados en un noble juego […] muestra clara