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Vive como un rey. Martín de Arana y Arana
lugar de ilusión, que está ubicado en el grandioso Estado de México.
Años más tarde, siendo un adolescente, recuerdo con entusiasmo que me encontraba esperando el turno para entrar al consultorio dental. Mientras llegaba la hora, tomé del revistero algunas revistas, sin embargo, fue una en particular la que llamó mi atención: se trataba ni más ni menos de la famosa revista Playboy. Así que, presta, mi pupila recorría cada párrafo, al mismo tiempo se deleitaba con cada una de las imágenes que observaba; en ese momento pude percatarme, en las entrevistas realizadas a las modelos conocidas como “las conejitas”, de que la mayoría de ellas trabajaban como asesoras inmobiliarias y emocionadas aseguraban que obtenían grandes ganancias millonarias. En ese momento, todavía no sabía que más tarde me convertiría también en un gran asesor en inversiones inmobiliarias. He aquí la importancia de considerar esas corazonadas que llenan el espíritu de emoción, porque me había dado cuenta de que si estás en un lugar, en un trabajo u oficio que no te emociona, entonces estás en el sitio equivocado.
Así que, siendo aún adolescente, me dispuse a poner todo mi empeño y esfuerzo para matricularme en la licenciatura de Administración de Empresas, en la UAEM, Toluca, Estado de México.
En ese momento, elegí dicha carrera puesto que al estar cursando los dos años que exigía el periodo de mi bachillerato, un orientador vocacional nos dio una plática muy interesante que me sirvió de herramienta para reafirmar mi decisión de elegir el área de ciencias económico-administrativas y, precisamente, el orientador había estudiado la misma carrera que yo había elegido. Esa charla tan nutritiva sería el parteaguas para encaminarme a convertirme más tarde en un empresario del sector inmobiliario.
Me sentía fascinado con su disertación, pues aseveró que quien estudiara esta carrera, que era una de las más completas, podría competir con diferentes profesionistas, como: psicólogos, ingenieros, contadores, abogados, porque en esa carrera se estudiaban aspectos muy importantes de todas esas disciplinas del conocimiento.
Me daba cuenta que podía administrar el recurso que yo consideraba era el más importante: el tiempo.
Entonces, acomodé las materias que estudiaba en las mañanas en un horario de 7:00 a 9:00 horas y por las tardes de 18:00 a 22:00 horas, de esta manera trabajaría de lunes a viernes en una refresquera conocida como “La chispa de la vida”. Esta empresa estaba a un costado de la famosa “Maquinita”, en Toluca, Estado de México.
Mi puesto en dicha embotelladora era el de subcontador, donde permanecí durante ocho años, hasta que decidí independizarme.
Regresé al municipio de Villa del Carbón, donde fundé mi propio despacho contable y administrativo, el cual hasta la fecha conservo. Posteriormente, incursioné en la política como contralor, tesorero y síndico municipal; cada período correspondía a tres años y es de elección popular, así que una vez que terminé un periodo de diez años como servidor público, me dispuse a laborar de nueva cuenta. Pero, en esta otra ocasión sería como dueño de mi propio negocio.
Tiempo más tarde, incursioné en la iniciativa privada. De esta manera fui construyendo con bases sólidas y ahínco mi meta de ser un destacado empresario.
Antes de finalizar mi mandato como síndico municipal, ya tenía claro que iba a abrir mi propia oficina inmobiliaria y en los últimos meses, antes de terminar como servidor público, asistí a un congreso de turismo en Monterrey, lugar en el que uno de sus atractivos gastronómicos es el asado de cabrito. Allí existe un restaurante que se llama “El Rey del cabrito”; lo relacioné con “El rey del tomate”, “El rey del dulce”, etc., y me quedé analizando: «¡Sí, hay muchos negocios con el nombre de “Rey”! Yo voy a crear uno con la actividad que más me gusta». Se me ocurrió la idea de que mi título sería: “El rey de los bienes raíces”. Posteriormente, en septiembre de 2006, inicié formalmente con mi empresa inmobiliaria.
Los expertos dicen que para iniciar un negocio es indispensable darle un nombre, un logo y un tipo de eslogan. Me costó mucho trabajo, dinero y tiempo, contraté varios diseñadores gráficos y compré libros de diseño para mejorar mi marca, la planeé y la construí hasta obtenerla.
En ese proceso de transformación de mi marca, recuerdo que una noche, al ver la película “Belleza Americana”, me emocionó darme cuenta de que justo hablaban de los bienes raíces; de inmediato enfoqué mi atención al observar que uno de los personajes principales manejaba sus lonas y otro tipo de publicidad como “El rey de los bienes raíces”, de inmediato me identifiqué como el verdadero rey de los bienes raíces.
Al iniciar en el negocio inmobiliario, recibí como regalo, un interesante libro que me obsequió mi apreciado cuñado, trata de la administración de inmuebles. Este magnífico libro recomienda la afiliación a algunas asociaciones, una de ellas era la AMPI, cuyas siglas significan Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios. En ese momento descolgué el auricular del teléfono y contacté a dicha asociación; en esa misma semana asistí a mi primer desayuno de trabajo, en un hotel de Tlalnepantla, Estado de México y en la actualidad permanezco como socio activo.
Mi carrera como profesional activo, en la sede Metropolitana, localizada en el municipio de Tlalnepantla, me ha permitido evaluar y capitalizar de manera más productiva para invertir mis horas de trabajo y hacer una remembranza de los que fueron mis comienzos como jornalero, y cuyo salario administraba desde muy joven para pagar mis gastos personales y de preparatoria. Mi carrera de profesional activo me ha permitido desarrollar la mejor forma de invertir mis ingresos y mis horas de trabajo, es decir, laboré como empleado en la iniciativa privada, como servidor público y por último como pequeño empresario. Definitivamente, esta última actividad económica fue mi mejor alternativa, porque me dejó dedicarme a lo que más me apasiona y administrar de manera más productiva. Ser dueño de tu propio tiempo te permite planear el comienzo del día para maximizar tus metas y objetivos y, por ende, organizarlos a corto, mediano y largo plazo.
En estos años me he permitido analizar que la pobreza existe en todas partes del mundo, que la educación pública es deficiente y mi opinión personal es que es un desperdicio de horas en clase, que las personas que gobiernan la mayoría de los países carecen de ideas y preparación para llevar a sus naciones a desarrollarse y dar a sus habitantes mejores condiciones de vida.
En mi país, México, el actual presidente no es empresario, desconoce cómo invertir y seguramente si le dan a dirigir una empresa privada, en el primer trimestre se declararía en bancarrota, porque desconoce cómo administrar; así tenemos muchos países con gobernantes inexpertos, por esta razón prevalece la pobreza, como mencioné antes.
Sé que la mayoría de personas activas tienen más oportunidad de iniciarse como emprendedores de su propio negocio después de los 40 años de edad. También, me he dado cuenta de que muchas personas se enfocan más en desarrollar diversas fuentes de ingresos para incrementar su patrimonio y por obtener una libertad financiera que les dará protección y estabilidad económica.
Así que, para lograrlo de manera más eficaz y eficiente, haz de la lectura un hábito, busca temas específicos en finanzas, inversiones y administración del tiempo, esto te encaminará más pronto a tener más flujo de efectivo, adquirir inmuebles, un auto, viajar y sobre todo, lo más importante: ahorrar para invertir tu dinero en fortalecer tu negocio. Te puedo decir que conozco emprendedores que comienzan en la cochera de su casa, después buscan un local más apropiado y, siguiendo rigurosamente su plan de vida, finalmente lograron destacar como empresarios de un alto nivel adquisitivo y de renombre.
Otro aspecto importante es mantenerte a la vanguardia de la tecnología, ya que te facilita la labor del trabajo, haciéndolo más pronto y expedito.
Contrata colaboradores que demuestren capacidad, habilidades, talentos, calificados para el cargo que desempeñarán en el área asignada, de esta manera lograrás conformar un equipo de poder.
Evita trabajar como un “llanero solitario”, para que crezca tu negocio. Me ha dado un gran resultado considerar a mi equipo de trabajo como mi segunda familia. Acércate, conoce sus sueños, preocupaciones; ellos también tienen corazón, festéjalos, entrega constancias en público y paga buenas comisiones