La segunda independencia. Federico Prieto Celi
de la Corona.
Viscardo y Guzmán nació en Pampacolca, Arequipa, en 1798. Terminados sus estudios básicos, ingresa a la Compañía de Jesús. Realiza sus estudios escolásticos en Cuzco. En 1767, el rey de España expulsa a los jesuitas de todos sus territorios. Los religiosos peruanos son embarcados rumbo al Viejo Mundo de la noche a la mañana, viajan en pésimas condiciones, llegan a España desarraigados y abandonados.
Esta injusticia supone todo un terremoto interior en la inteligencia de Viscardo y Guzmán que, deseoso de ayudar a su tierra, decide romper su lazo jurídico con la injustamente maltratada Compañía de Jesús y trasladarse a Londres, donde le llega noticia de la rebelión de Túpac Amaru. Por entonces, dada su experiencia personal y lo que observa en España y América, la idea del separatismo americano ha arraigado en su pensamiento.
El impacto de la “Carta a los españoles americanos” es grande en las élites del pensamiento criollo en América Española. En Bogotá (1810), Buenos Aires (1816) y Lima (1822) se reimprime el documento, que ya cuenta con varias ediciones en Europa. Viscardo y Guzmán supone el paso formal a la defensa de la emancipación, más allá del inicial reformismo de José Baquíjano y Carrillo y Toribio Rodríguez de Mendoza, entre otros ilustres pensadores peruanos de la época.
Peruanos en las Cortes de Cádiz
El 2 de mayo de 1808, Napoleón Bonaparte nombra rey de la España ocupada por los franceses a su hermano José. El virrey del Perú, José Fernando de Abascal, el 23 de diciembre de 1809, afirma: «Expedí cuantas providencias creí útiles a frustrar en este distrito cuantas intrigas y artificios pueda intentar el intruso José Napoleón».
El 6 de diciembre de 1810, La Gaceta de Buenos Aires escribe: «Los americanos hemos sido vasallos de los Reyes de España: pero las Américas nunca han pertenecido a la Nación Española». En las ciudades españolas y americanas se forman Juntas, que buscan gobernar en ausencia del legítimo rey de los españoles. La Junta Central convoca a Cortes.
Inspiradas por las ideas liberales de la época, las Cortes funcionan desde el 24 de setiembre de 1810 hasta el 21 de febrero de 1811 en la isla de León, y desde entonces hasta mayo de 1814 en Cádiz, ciudad que no está bajo dominio francés. «Es la primera oportunidad en la historia en que sesionan en conjunto americanos y españoles para analizar asuntos de interés común. Además, está presente el tema americano; están presentes los pedidos que reclaman libertades dentro de la fidelidad al rey; está presente la noticia –cada vez más grave– de levantamientos subversivos en Hispanoamérica. En suma, la posibilidad de la independencia americana es cuestión que no es ajena a los debates», sintetiza De la Puente Candamo10.
El Perú elige sus diputados propietarios en las distintas ciudades del país: Piura, Lima, Puno, Chachapoyas, Arequipa, Trujillo, Tarma, Huamanga, Cuzco. Los diputados suplentes son cinco, elegidos en Cádiz entre peruanos residentes en España, y son los que ocupan el lugar de los propietarios, mientras estos viajan al Viejo Continente, cosa que dos de ellos no consiguen.
El 21 de marzo de 1811, los diputados suplentes Vicente Morales Duárez, Ramón Feliú y Dionisio Inca Yupanqui informan al Cabildo de Lima que han sido aprobadas sus solicitudes, encaminadas a implantar la libertad de agricultura, minería, comercio e industria, habiéndose postergado la propuesta de alternancia de ocupar los puestos públicos entre europeos y americanos, y habiéndose rechazado la propuesta de restablecer la Compañía de Jesús.
Se ha hablado también de la igualdad entre indios, criollos y españoles peninsulares; de suprimir el tributo indígena y el Tribunal del Santo Oficio, como en efecto se hace; de dar la ciudadanía a los esclavos venidos de África, de impulsar la educación en los países hispanoamericanos y, entre muchos otros temas, de respetar el ejercicio de la libertad de imprenta.
Anota De la Puente y Candamo: «La libertad de imprenta, que es aprobada por las Cortes de Cádiz el 10 de noviembre de 1810, es factor que vincula de modo directo la famosa asamblea gaditana con la Emancipación. La huella profunda del tema es reconocida por Abascal, cuando se manifiesta contrario a la polémica medida; se apoya el vicesoberano en razones de orden ideológico y en circunstancias políticas. Por su formación intelectual, por su fidelidad a la monarquía tradicional, por el claro conocimiento que tiene de la grave situación de América, Abascal es adverso a la libertad de imprenta, aunque la acata»11.
El 19 de marzo de 1812 se promulga la Constitución liberal elaborada por las Cortes de Cádiz. El 1 de abril de ese año muere el peruano Vicente Morales Duárez, cuando desempeñaba la presidencia de las Cortes de Cádiz12. Este singular personaje merece mayor atención de la conciencia nacional, por la trascendencia de su actuación pública entre el Perú y España en los momentos de la Emancipación.
Había nacido en Lima el 24 de enero de 1757. Estudió en el Seminario de Santo Toribio, en el Convictorio de San Carlos y en la Universidad de San Marcos, donde fue catedrático en la Facultad de Derecho. Fue miembro de la Sociedad Académica de Amantes del País y asesor de los virreyes Francisco Gil de Taboada y Ambrosio O’Higgins. Elegido diputado a Cortes, fue designado vicepresidente y miembro de la Comisión de Constitución.
Precursor de la independencia, abogó por la igualdad entre peninsulares y criollos, la representación de los americanos en el gobierno central establecido en España y la mejora de la condición de los indios. Promulgada la Constitución de Cádiz, fue elegido presidente de las Cortes y objeto de distinguidas celebraciones; pero, desgraciadamente, falleció días después a consecuencia de un mal estomacal, el 2 de abril de 181213.
La rebelión del Cuzco
La famosa rebelión del Cuzco es un legado para la conciencia colectiva de la independencia peruana. Abarcó el levantamiento de gran parte de la provincia del Cuzco, incluyendo las intendencias de Huamanga, Arequipa y Puno, y parte de la provincia de Charcas. ¿Cómo se origina esta rebelión? Quizás porque «la situación fue cambiando conforme pasaban los años de incertidumbre, al tener España un régimen constitucional y el Perú uno absolutista. La negativa de publicar y jurar la Constitución por parte de la audiencia cuzqueña fue usada por los criollos como pretexto para protestar. Un grupo de treinta personalidades, encabezado por Rafael Ramírez de Arellano, presentó un memorial exigiendo la juramentación de la constitución y elecciones al cabildo constitucional. La respuesta de la audiencia fue detener a Arellano en febrero de 1913. Los liberales del cabildo lograron su libertad»14.
A mediados de 1813, al difundirse en el Cuzco el avance del ejército auxiliar patriota argentino dirigido por Manuel Belgrano, un importante número de notables de la ciudad imperial, con el apoyo de oficiales y soldados del ejército realista procedentes de la capitulación que siguió a la derrota española en la batalla de Salta, decidió avanzar en el autogobierno otorgado por la Constitución española de 1812. La rebelión tuvo sus orígenes en la confrontación política entre el cabildo constitucional, favorable a la autonomía cusqueña, y la Real Audiencia del Cuzco, favorable al virrey de Lima.
El 9 de octubre de 1813, los criollos, con el apoyo de los jefes de la guarnición realista del Cuzco, Matías Lobatón y Marcelino Vargas, reiteraron al presidente de la Audiencia del Cuzco, Martín Jara, el pedido de la aplicación de la constitución liberal. Era un reclamo de miembros del ayuntamiento del Cuzco para instalar la diputación provincial cuzqueña y autónoma del gobierno virreinal de Lima, según lo que preveían las Cortes de Cádiz de 1812. Pero el Tribunal de la Real Audiencia del Cuzco ordenó la prisión de los reclamantes. Los hermanos Angulo, miembros del cabildo del Cuzco, huyeron el 3 de agosto de 1814 y encontraron apoyo en el cacique Mateo Pumacahua para formar una Junta de Gobierno del Cuzco.
Bajo el mando de José Angulo se organizaron tres expediciones: la primera tomó la ciudad de La Paz; la segunda, dirigida al norte, asaltó la ciudad de Huamanga; la tercera, al frente de Mateo Pumacahua, ocupó Arequipa. La junta de gobierno quería secundar las acciones autonomistas de Buenos Aires. El general Álvarez de Arenales, desde Argentina, les envió felicitaciones con la promesa de