El Dios de los desposeídos. Jayakumar Christian
p. 39.
61 Doyal y Gough, Theory of Human Need, p. 153.
62 Welsh y Butorin, Dictionary of Development, p. 99.
63 El debate sobre lo que constituye la vida humana básica no es nuevo. Platón y Aristóteles ensalzaron las virtudes de la razón. Descartes reestructuró y continuó la idea y llegó a ver a los humanos como cuerpo material y mente inmaterial. Kant sugirió que para ser humana, una persona debía tener un cuerpo con vida y la capacidad mental para deliberar y elegir. Gunnar Myrdal usa una lista de lo que denomina “aspectos pertinentes de los niveles de vida”. Su lista incluye alimento y nutrición, vestido, vivienda, servicios educativos, medios de información, consumo de energía y trasporte (Myrdal, Asian Drama, p. 538). S. R. Gupta definió el nivel deseado de vida como el “nivel de satisfacción de las necesidades [de una nación] obtenidas en una unidad de tiempo como resultado del flujo de bienes y servicios que disfruta la población en esa unidad de tiempo” (Gupta, Structural Dimentions of Poverty in India, p. 16).
64 McHale y McHale, Basic Human Needs, p. 13.
65 Ídem, pp. 30–31.
66 John Friedmann, “Agropolitan Development: A Territorial Approach to Meeting Basic Needs” (Desarrollo agropolitano, un enfoque territorial para enfrentar las necesidades básicas), en Korten y Klauss, People Centred Development (Desarrollo centrado en la gente), 1984, p. 210.
67 Kofi Buenor Hadjor, Dictionary of Third World Terms (Diccionario de términos del Tercer Mundo), Penguin Books, Londres, 1992, p. 47.
68 Ralph van der Hoeven, Planning for Basic Needs: A soft Option or a Solid Policy? A Basic Needs Simulation Model Applied to Kenya (Planificar para las necesidades básicas: ¿una opción blanda o una política sólida? Un modelo de simulación de las necesidades básicas aplicado a Kenia), Gower, Brookfield, 1988, p. 17.
69 Doyal y Gough, Theory of Human Need, pp. 53, 59. Doyal y Gough sugieren que enfatizando que las necesidades básicas pueden considerarse universales y objetivas, se pueden lograr tres funciones políticas: “Primero ejemplifica lo que tienen en común los grupos oprimidos […] Segundo, esa coincidencia sugiere el grado en que sus diversas experiencias son similares y abre la puerta para mucho entendimiento mutuo y solidaridad. Y tercero, esto a su vez posibilita la acción conjunta con una meta común” (pp. 74, 75). Yo no creo que tener una comprensión objetiva y universal de las necesidades básicas sea un prerrequisito para la acción conjunta. Hay algo en la experiencia de ser pobre que provee el combustible para esa acción. No es necesariamente una comprensión común acerca de una necesidad humana específica, especialmente del tipo que Doyal y Gough intentan sugerir en su libro.
70 Walsh y Butorin, Dictionary of Development, p. 99.
71 Galbraith, The Nature of Mass Poverty, p. 10.
72 Subtitulado “A Non-communist Manifesto” (Un manifiesto no comunista), los estadios fueron una invitación al Tercer Mundo a seguir a Occidente en su crecimiento económico. Los estadios de Rostow para el crecimiento económico de todas las sociedades incluían la sociedad tradicional, precondiciones para el despegue, el tránsito a la madurez y la era del consumo masivo elevado (Hadjor, Dictionary of Third World Terms (Diccionario de términos del Tercer Mundo), pp. 276–78.
73 El modelo de Cambridge de las décadas de 1940 y 1950 suponía que la producción crecería en proporción a los ingresos reproducibles, o capital. La teoría del despegue de Rostow y la consiguiente formulación de los estadios de desarrollo se basaron en esta visión neoclásica del crecimiento (World Bank, World Development, World Bank, Washington D. C., 1989, p. 35).
74 David Harrison, The Sociology of Modernization and Development (Sociología de la modernización y el desarrollo), Unwin Hyman, Londres, 1988, p. 61. Harrison, señalando las dimensiones clave de una sociología de la modernización en el contexto del desarrollo, propuso que no habría una única teoría de la modernización. Como el marxismo y otras teorías de desarrollo, la modernización también tendría diversas versiones.
75 Amy Sherman presenta un caso para una respuesta neoliberal a los pobres de América Latina. Recomienda a las ong (organizaciones no gubernamentales) considerar la opción neoliberal seriamente, ahora que ha colapsado el modelo económico socialista. Provee una definición útil del punto de vista neoliberal y sugiere que tiene sus raíces en seis propuestas básicas: (1) decisiones económicas acerca de la producción, el consumo y la inversión son mejor determinadas por los mecanismos de mercado; (2) el poder político y el poder económico deberían estar lo más separados posible; (3) los profesionales del desarrollo y los diseñadores de políticas deberían poner mayor énfasis en la creación de riqueza que en la distribución de la riqueza; (4) el comercio libre y el mercado de trabajo libre son superiores a las políticas proteccionistas y a la excesiva regulación gubernamental; (5) el derecho a la propiedad privada es legítimo y debe ser protegido (6) el rol del gobierno en la economía, hablando en forma general, es realizar ciertas tareas “centrales” (Amy Sherman, Preferential Option: A Christian and Neo-liberal Estrategy por Latin America’s Poor (Opción preferencial: una estrategia cristiana y neoliberal para los pobres de América Latina), Eardmans, Grand Rapids MI, 1992, p. 6).
76 Myrdal, Asian Drama, p. 730.
77 La siguiente es la mentalidad que los modernistas proponen para las naciones y los pobres “atrasados”: (1) disposición para las experiencias nuevas y apertura a la innovación; (2) interés en cosas diferentes de las que tienen relevancia inmediata; (3) una actitud “más democrática” hacia las opiniones de los demás; (4) orientación hacia el futuro más que hacia el pasado; (5) disposición para planificar la propia vida; (6) confianza en que podemos dominar nuestro medioambiente y lograr nuestras metas; (7) aceptación de que el mundo es “calculable” y, por ende, controlable; (8) conciencia de la dignidad de los demás, por ejemplo mujeres y niños; (9) confianza en los logros de la ciencia y la tecnología; y (10) confianza en la justicia “distributiva” (Harrison, The Society of Modernization and Development (La sociedad de la modernización y el desarrollo), pp. 20–21.
78 Ídem, pp. 59–60.
79 Los siguientes fueron temas clave en las teorías ortodoxas de desarrollo: (1) el desarrollo no implica intereses irreconciliables entre los desarrollados y los subdesarrollados de los diferentes grupos sociales; (2) no hay lazos estructurales ni causales entre el desarrollo y el subdesarrollo; (3) lo que es moderno es bueno y lo que es tradicional es malo; (4) el desarrollo supone modernizarse, como el Occidente (David A Crocker, “Toward Development Ethics” [Hacia la ética del desarrollo], World Development, vol. 19, no 5,