¡Ganar!. Brad Gilbert
le interesaba llegar y jugar. Esto fue lo que ocurrió.
Era un partido importante, porque le gustaba apostar cien dólares por set ante determinados jugadores y este amigo mío llegó a la cancha con una hora de antelación. Había pasado tiempo leyendo sus notas (sí, anotaba sus conclusiones de los partidos anteriores) y repasando su plan de juego. Después, hizo ejercicios de elongación para soltarse por completo.
Terminó la entrada en calor incluso antes de que su rival llegara al club. El “tramposo” peloteó con uno de los profesores del club durante treinta minutos y repasó los golpes que le causaban problemas, con poca intensidad. Después volvió al vestuario para cambiarse la ropa.
Entonces, una vez revisado su plan de juego, repasadas sus notas, terminada la elongación y luego de haber hecho un gran precalentamiento, ya con ropa fresca, era hora de volver a la cancha.
Por supuesto que no. Era el momento de la fase final de su trampa. Se aseguró de llegar diez minutos tarde a la cancha, ofreció las disculpas por la demora y sugirió acortar la entrada en calor.
Por supuesto, su adversario estaba algo enojado por la demora y pretendía empezar lo antes posible. La “presa” terminó por pagar el dinero en sets corridos. Se habría ahorrado doscientos dólares si hubiera anticipado el comportamiento de su rival y se hubiese preparado de manera adecuada. Pero lo pillaron. No tenía plan, sistema, nada. Dejó que el otro jugador controlara las cosas porque él no estaba preparado.
Lo interesante de lo que hizo el “tramposo” (excepto llegar tarde) fue una excelente preparación. Es el modo en el que un jugador debe prepararse a conciencia para un partido. Ese último giro de llegar tarde fue quizás innecesario (sin mencionar la falta de caballerosidad deportiva). Ya estaba bien adelante por haber hecho todo lo demás. Tú te puedes regalar la misma ventaja.
Tener el “deseo” de ganar
A la mayoría de los jugadores de tenis recreativo, ganar no les importa lo suficiente, o no más que para llegar al partido y perseguir un par de pelotas. Los jugadores recreativos, por lo general, son largos para correr pero cortos para pensar. Esa descripción probablemente se ajuste a muchas de las personas con las que juegas. Si es así, tienes suerte, porque puedes sacar ventaja de su pereza mental para ganar más seguido. Pero solo si te preocupa ganar y estás dispuesto a empujarte mentalmente a hacerlo, solo si activas tu cerebro desde el primer momento.
Hazlo y la primera ventaja será tuya y con ella vendrá, la mayoría de las veces, el match point.
Siguiente: tu mente está lista. Asegúrate de que tu equipamiento también.
2 Las herramientas esenciales: cómo el equipamiento ayuda a ganar
¿Qué llevan los profesionales en esos bolsos tan grandes?
Cuando Bradley era niño, no era muy bueno para las tareas básicas de la casa, como limpiar su cuarto o lavar los platos. Parecía no darse cuenta de cómo hacerlo.
Elaine Gilbert, madre de Brad
Aun el jugador que entiende la importancia de conseguir las pequeñas ventajas (y de hacerlo con frecuencia) puede subestimar el rol que tiene el equipamiento de tenis para ganar partidos. La mayoría de los jugadores creen que están listos para jugar si llevan el calzado, las medias, los shorts, la camiseta, la raqueta y la ropa interior deportiva. Así se sienten listos, acaso esperando que su rival aporte el tubo de pelotas. Un jugador que se toma en serio el acto de ganar va más allá de lo elemental y esa lista es lo elemental.
El jugador serio se asegura de que el equipamiento que lleva a un partido no solo lo ayude, sino que además no lo dañe. Se asegura de que cada posible pieza de equipamiento que pueda necesitar en un partido esté a su alcance cuando llega a la cancha. Por los intereses que hay en juego, los profesionales están muy seguros de llevar todo lo que les hace falta. A ese nivel no se bromea. Si perder no te causa gracia, haz lo mismo.
Mi esposa Kim pensaba que me iba por la borda cuando empacaba mi bolso para jugar. Decía que me convertía en un fanático. Llevaba lo mismo para un entrenamiento. Era muy meticuloso y me preocupaba demasiado tener todo en orden. En un sentido, era mi oficina. Mis necesidades eran específicas y probablemente diferentes a las tuyas, pero aquí va la lista del equipamiento que me aseguraba tener conmigo al momento de llegar a la cancha. Tal vez coincidas con mi esposa cuando la leas.
Mis herramientas esenciales
La bebida energética secreta: agua
El agua es la mejor bebida energética de todas. Pero como suele ser gratis, la gente no la aprecia. Yo llevaba agua y tomaba agua. Y tomaba durante los partidos. Perdí partidos por no hacerlo. Por eso procuraba tener agua para practicar o jugar, y beberla. No solo cuando tenía sed, sino de manera continua durante un entrenamiento o un partido. Quería evitar sentir sed. Para ese momento, el estrago en el cuerpo ya estaría hecho por la deshidratación. Entonces la llevaba y la bebía. Evitaba así la pérdida de potencia muscular y de coordinación que sucede cuando comienzas a deshidratarte.
Me “hidrataba”, me aseguraba de que el agua estuviese siempre disponible. Llevaba incluso mi propia agua más allá de que en los lugares donde jugaba me aportaran agua y otras bebidas. Cuando tienes tu propio envase cerca de la silla es más probable adquirir el hábito de darle sorbos. En las dos horas previas al partido me aseguraba de tomar dos o tres vasos de agua, y más en un día caluroso.
La deshidratación daña el juego, incluso antes de que sepas qué ocurre. Por eso es vital tomar agua durante el partido. Es uno de los aspectos “obvios” que muchos jugadores aficionados suelen soslayar. La próxima vez que veas un torneo, observa a los profesionales. Verás que toman un sorbo de agua en el primer cambio de lado. ¿Porque están sedientos? No. Es un seguro. No esperas a tener vacío el tanque de combustible para volver a llenarlo, ¿verdad? No esperes hasta que la lengua te cuelgue de la boca para volver a tomar agua.
También me alejo de las gaseosas. El agua es lo mejor. Y aquí va una buena regla de oro: toma agua antes del partido para protegerte en el primer set. Toma agua durante el primer set para protegerte en el segundo set. En otras palabras, toma agua antes de que la necesites.
Comida energética
¿Alguna vez escuchaste hablar de los “bajones de azúcar”? Ocurre cuando caen los niveles de azúcar en sangre y de pronto las rodillas se sienten débiles. Puede ocurrir en los peores momentos y sin previo aviso. La solución es simple. Come algo. Pero antes de comer algo tienes que haber llevado algo. Yo nunca daba por sentado que habría comida disponible en la cancha. Tuve demasiadas sorpresas. Entonces llevaba mi propia vianda.
En mi caso, fruta. Al menos un par de bananas, fáciles de digerir. Buena energía al alcance de la mano. ¿Barras energéticas? A los nutricionistas no les gusta la idea. Dicen que a una inyección de azúcar rápida le sigue una pérdida de energía rápida. Yo no lo sé. Si fuese cierto, habría que asegurarse de tener varias barritas. Cuando la energía de una se te acabe, come otra. En cualquier caso, lleva algo. Puedo decirte lo siguiente: en caso de que necesites un empujón rápido, una barrita de cereales es mejor que nada. Y no des por hecho que hay una máquina o un kiosco cerca de la cancha. Porque cuando lo necesites, estará vacío.
Raquetas de repuesto
Fuera de quebrarte una pierna, nada te dejará fuera de un partido tan rápido como romper una raqueta o una cuerda. Los profesionales transportan muchas, ocho o nueve raquetas. Seguramente pensarás: “¿Quién puede romper ocho o nueve raquetas?”. Salvo McEnroe, nadie más. Pero hay más cuestiones involucradas.
Por supuesto, las raquetas de repuesto son importantes en caso de que rompas alguna. Pero yo solía llevar raquetas con distinta tensión en las cuerdas. Algunas más sueltas y otras más rígidas. Si un día el control