El marido integral. Lou Priolo

El marido integral - Lou Priolo


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vida (pensamientos y comportamientos incorrectos), el ruido insoportable de las emociones perturbadoras eventualmente cesará. Mientras animas a tu esposa a discutir sus sentimientos de esta manera (con el propósito de ayudarla a identificar y extinguir cualquier fuego en potencia en su vida) no sólo estarás “viviendo con ella de una manera comprensiva” sino estarás preparando el camino para “lavarla con el agua de la Palabra” (ver capítulo 9). Quizá, a estas alturas será útil repetir con tus propias palabras los sentimientos que ella te está expresando. Quizá tengas que intentarlos más de una vez antes de que lo expreses de una manera que la convenza que verdaderamente la estás entendiendo.

      “Ahora déjame ver si esto está claro, cuando no te pongo atención en público tú te sientes ABCDWXYZ ”

      “No,” dice ella, “cuando no me pones atención en público me siento ABCDEFG”

      “¡OH! ¡ABCDEFG! ¿Eso sientes cuando no te pongo atención en público?”

      “¡Exactamente!”

      Otra razón por la cual es tan importante para ti entender sus sentimientos es porque su dolor, quizá en parte, es resultado de tu pecado. Si entiendes hasta dónde la hiere tu rudeza quizá eso te motive a dejar de ser rudo con ella en el futuro. Desde luego, (y más importante), para que tu arrepentimiento sea genuino, debes también entender que tu pecado ha ofendido a Dios y no sólo a tu esposa (Sal. 51.4).

      4. ¿Qué es lo que pasa por tu mente cuando yo… (menciona alguna cosa que sabes que le molesta)?

      Habiendo pedido a tu esposa que te revele sus emociones, estás listo para inquirir acerca de sus pensamientos. Anímala a que sea totalmente sincera y franca contigo. Pídele que te dé cuenta palabra por palabra de sus pensamientos. Deberías de nuevo buscar ver el impacto que tu comportamiento ha tenido sobre tu esposa. Como su líder espiritual, debes estar consciente de cualquier patrón pecaminoso de pensamiento que ella te revele en este proceso. En primer lugar, sin embargo, debes estar dispuesto a sacar la viga de tu propio ojo - confesando y abandonando el pecado en tu vida que ella te ha mostrado.

      ¿Sabías que tienes la habilidad de hablarte a ti mismo en un promedio de 1,300 palabras por minuto? Piensa en esto. En 10 segundos puedes decirte a ti mismo una docena de mentiras. El problema con la mayoría de nosotros es que nos escuchamos a nosotros mismos más de lo que nos hablamos. Así es – más que “hablar verdad en nuestros corazones” (Sal. 15:2), y ser “transformados mediante la renovación de nuestra mente” (Rom. 12:2), “poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo” (2 Cor. 10:5), nos predicamos a nosotros mismos, a un promedio de 1,300 palabras por minuto, las mentiras, falsedades y fabricaciones de nuestro engañoso corazón. En lugar de escuchar pasivamente cuando nos decimos a nosotros mismos cosas como, “No puedo hacer nada bueno,” deberíamos activamente exhortarnos a nosotros mismos de esta manera: “¡No, no debo decir ‘no puedo’ cuando Dios dice que debo hacerlo! ¡Todo lo puedo en aquel que me fortalece! A continuación, otros pocos ejemplos comunes de las cosas anti-bíblicas que nos decimos.

      • “Probablemente me veré como un tonto”

      • “Si la gente no me ama, seré una persona miserable”

      • “Cometer errores es terrible”

      • “No puedo controlar mis emociones”

      • “Debo luchar para ser mejor que otros”

      • “Es incorrecto mostrar debilidad”

      • “Nunca debería dañar a nadie”

      • “No puedo hacer algo a menos que lo sienta”

      • “Jamás cambiaré”

      • “Jamás podré vencer este hábito”

      • “Soy un fracaso”

      • “Jamás lo perdonaré”

      • “Mi matrimonio jamás funcionará”

      • “Podría decir algo que me ponga en vergüenza”

      Cuando tu esposa te revela este tipo de patrón pecaminoso de pensamiento, debes ayudarla a que aprenda a pensar bíblicamente: Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en eso meditad. (Fil. 4:8). Sin embargo, al mismo tiempo no min-imices las evaluaciones negativas que ella tenga de si misma. Explóralas y trata con ellas. 13

      5. ¿Qué quieres de mí que no te doy?

      Esta pregunta va más allá de los sentimientos y pensamientos y te ayuda a obtener información acerca de sus motivos. La Biblia tiene mucho que decir acerca de nuestros motivos. Considera este verso en Hebreos 4:12 “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón” (vs. 12). La Biblia es necesaria para diagnosticar con precisión no solamente nuestros pensamientos, sino también nuestras intenciones.

      “Vivir con tu esposa de una manera comprensiva” implica entender los deseos que generan sus pensamientos, palabras y acciones. Sus deseos quizá sean justos o injustos. El a quizá, por ejemplo, tiene un deseo justo para tener más intimidad contigo y por lo tanto se decepciona cuando no te comunicas lo suficiente con ella. (Por supuesto, si su decepción se vuelve un enojo o ansiedad no justo, quizá se deba a que ella desea una buena cosa desmesuradamente). Por otra parte, si ella te está presionando para tener un trabajo mejor pagado porque ella “quiere que le compres un nuevo Jaguar deportivo con dos plazas” quizá sus deseos son injustos.

      Un esposo comprensivo es aquel que hará cualquier esfuerzo razonable para proveerle a su esposa no sólo lo que necesita, sino también lo que legalmente desea, siempre que pueda hacerlo sin pecar (lee Rom. 8:32 a la luz de Ef. 5:25).

      6. ¿Qué quieres ver que cambie específicamente en mí en esta área… (menciona algo que sabes que le molesta)?

      Alerta: No hagas esta pregunta a menos que estés comprometido a realizar cualquier esfuerzo razonable para cambiar (ya sea implementan-do sus sugerencias o siguiendo las tuyas propias basadas en la Biblia). En la mayoría de los casos tu esposa ya ha empezado a pensar en las cosas específicas que ella desearía ver que implementaras. De hecho, probablemente ella ya te ha hecho esas sugerencias en distintas maneras en el pasado (aunque quizá no le has puesto atención en el tiempo debido). Si la respuesta a esta pregunta es general y abstracta (“Necesitas ser más considerado conmigo”) lejos de que sea específico y concreto (“No tires tus calcetines en el piso y esperes que los recoja por ti”) pídele que sea más específica. Ser “inconsiderado” es abstracto. “Calcetines en el piso en vez del cesto” es concreto. Una respuesta requiere que adivines lo que le molesta. La otra te da la información exacta que estás buscando. Una no da en el blanco. La otra da exactamente en el centro del objetivo.

      7. En una escala del uno al diez ¿Cómo calificarías nuestro matrimonio?

      Esta pregunta está diseñada para darte alguna idea sobre cómo estás llevando a cabo tus responsabilidades como esposo. También indicará qué tan feliz es tu esposa contigo. No te sorprendas si tu esposa califica tu relación con ella significativamente menos que tú. La razón para eso tiene que ver con el hecho de que ella está haciendo un mejor trabajo en satisfacer tus necesidades de lo que tú para satisfacerla las de ella. Dios hizo a tu esposa para ser una ayuda idónea. Por ser mujer, ella probablemente es más conciente de cómo ayudarte (Gen. 2:18) y agradarte (1 Cor. 7:34) de lo que tu eres para hacerlo con ella. Después de su relación con Dios, tú eres su primera prioridad en la vida (o al menos deberías serlo). El a debe ser la tuya. Muchos hombres, después de cumplir exitosamente el reto de asegurase una esposa, con frecuencia buscan otros retos como el de tener éxito en sus vocaciones u ocupaciones. Como esposo cristiano


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