Compendio de la fe cristiana. John Schwarz
una historia sencilla y fácil de leer acerca de una hermosa mujer viuda quien, como Ester, salva a su pueblo. Adiciones a Ester son agregados que tienen el propósito de darle al libro de Ester un estilo más “religioso” (no se menciona el nombre de Dios en el libro canónico de Ester). Los libros 1 y 2 Macabeos narran el opresivo reinado del gobernante seléucida (sirio) Antíoco Epífanes y la revuelta y purificación del templo bajo el liderazgo de Judas Macabeo y sus hermanos.
Los Libros Proféticos
Baruc es un libro que se atribuye al secretario de Jeremías; al libro de Jeremías se le agregó La Carta de Jeremías, que el profeta escribió a los judíos que estaban a punto de ser llevados cautivos por los babilonios. El libro canónico de Daniel fue extendido para incluir tres escritos deuterocanónicos: la Oración de Azarías y el Canto de los tres jóvenes, que es un cántico o plegaria de los tres compañeros de Daniel en el horno de fuego (Dn. 3.24–90); y Susana, la historia de una bella mujer que era deseada por dos malvados ancianos, y que fue salvada por Daniel (Dn. 13), y Daniel, el dios Bel y el dragón, una historia ubicada en el tiempo de Daniel y que presenta el contraste entre la adoración a Dios y la falsa adoración a los dioses babilonios (Dn. 14).
Literatura Sapiencial
El libro Sabiduría, que es obviamente de otro autor y no de Salomón, define el origen, la naturaleza y la función de la sabiduría y el destino de quienes hacen lo bueno y quienes hacen lo malo. El Eclesiástico o Sirácida (por el autor del libro, también conocido como La sabiduría de Jesús hijo de Sira) es una maravillosa colección de dichos y consejos similar al libro de Proverbios.
EL NUEVO TESTAMENTO
En el Antiguo Testamento, el Pentateuco y los libros históricos aparecen más o menos en orden cronológico y los cuatro profetas mayores y los doce profetas menores están ubicados, con muy pocas excepciones, en el orden en que fueron escritos. En el Nuevo Testamento los libros no aparecen en orden cronológico. Por ejemplo:
• Pablo, que murió a mediados de la década del sesenta, escribió sus cartas antes de que se escribieran los Evangelios—el primero de los cuales (Marcos) está fechado alrededor del año 70—y antes que Hechos de los Apóstoles, que describe los viajes de Pablo.
• Las cartas de Pablo están ordenadas de acuerdo con sus destinatarios y más o menos agrupadas según su extensión, más que por orden cronológico. Las nueve cartas a las iglesias están ubicadas en primer término, seguidas por cuatro cartas personales. Romanos es la primera carta a las iglesias porque es la más larga y no porque fuese la primera que escribiera el apóstol (en realidad, fue una de sus últimas cartas a las iglesias). Filemón es la última entre las cartas personales de Pablo porque es la más breve de éstas, aunque probablemente fue la primera en ser escrita.
• Los Evangelios, como veremos en el capítulo 4, empiezan con Mateo. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento coincide en que Marcos, no Mateo, fue el Evangelio que se escribió primero.
Los libros que componen el Nuevo Testamento son testimonios escritos de las Buenas Nuevas de Jesús y cartas a las congregaciones cristianas. A mediados del segundo siglo de esta era, los escritos fueron reunidos para dar expresión escrita al nuevo pacto o testamento entre Dios y la humanidad. No conocemos la fecha precisa en que fueron reconocidos y aceptados definitivamente los libros en el canon del Nuevo Testamento, como es el caso con el Antiguo Testamento. Parece, sin embargo, que esto tan temprano como mediados del siglo II ya había un acuerdo general sobre veinte de los veintisiete libros (todos, con excepción de Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas y Apocalipsis).
El criterio para incluir los libros en el canon del Nuevo Testamento tenía tres elementos. En primer lugar, los escritores debían tener credenciales apostólicas o haber mantenido una relación estrecha con un apóstol, como es el caso de Marcos con el apóstol Pedro y el de Lucas con el apóstol Pablo. En segundo lugar, los escritos debían ser coherentes con las enseñanzas de la iglesia. En tercer lugar, los escritos debían ser aceptados y utilizados por toda la iglesia.
Los cristianos tienen motivos sólidos para estar tranquilos respecto a la confiabilidad y autenticidad del Nuevo Testamento. Se han encontrado y clasificado más de cinco mil manuscritos griegos, incluyendo manuscritos completos del Nuevo Testamento, como el Codex Sinaiticus, descubierto en el monasterio Santa Catalina, al pie del monte Sinaí, en 1844 (ahora se encuentra en el Museo Británico en Londres), y el Codex Vaticanus, un manuscrito casi completo (que se encuentra en la Biblioteca del Vaticano, en Roma). Ambos están fechados a mediados del siglo IV. Como punto de comparación, los manuscritos de fecha más antigua que existen de Julio César están fechados 1000 años después de su muerte; los de Platón 1200 años después de su muerte y los de Aristóteles 1400 años después de su muerte, y a pesar de ello los investigadores aceptan en forma universal la autenticidad de estos manuscritos.
Otra razón de nuestra confianza en los escritos del Nuevo Testamento, además de la abundancia de manuscritos existentes, es que los escritos fueron producidos en el lapso de una o dos generaciones posteriores a la muerte de Jesús. Las primeras cartas de Pablo están fechadas en el 50 ó el 51, apenas veinte años después de la muerte de Jesús; el Evangelio de Marcos está fechado alrededor del año 70, cuarenta años después de la muerte de Jesús; y casi todos los libros pueden ser fechados sin vacilación antes de cerrar el primer siglo. Según el investigador John A. T. Robinson, “la abundancia de manuscritos y, sobre todo, el breve intervalo entre el momento en que fueron escritos y las copias más antiguas que disponemos hacen [del Nuevo Testamento] fácilmente el texto mejor confirmado entre todos los escritos del mundo antiguo” (Can We Trust the New Testament?, [¿Podemos confiar en el Nuevo Testamento?]).
LOS LIBROS DE LA BIBLIA
El canon protestante del Antiguo Testamento
• El Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
• Los Libros históricos: Josué, Jueces, Ruth, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester.
• Los Libros poéticos: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
• Los Profetas mayores: Isaías, Jeremías (y sus Lamentaciones), Ezequiel y Daniel.
• Los Profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
El canon del Nuevo Testamento
• Los Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
• Los Hechos de los apóstoles.
• Las Cartas paulinas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón.
• Las Cartas universales: Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan y Judas.
• El Apocalipsis o Revelación a Juan.
En las páginas que siguen, las referencias a los libros bíblicos están abreviadas, siguiendo la forma en que aparecen en el índice de la Nueva Versión Internacional. Por ejemplo, Gn. por Génesis, Éx. por Éxodo, Lv. por Levítico, Sal. por Salmos, Is. por Isaías, Ro. por Romanos, Ef. por Efesios, etc.
EL TEMA Y MENSAJE DE LA BIBLIA