Soltería. Noviazgo. Compromiso. Matrimonio. Ben Stuart
el amor es invisible, no es imperceptible. Piense en sus novelas favoritas o películas. Cuándo un escritor o un director quiere mostrar que existe amor entre dos personajes, ¿qué está escrito en la historia? Yo diría que hay tres formas principales que muestran que el amor está presente.
En primer lugar, el amor envía. No puede quedarse quieto. El amor se mueve. El amor se expresa en acción. Uno sabe que el amor está presente, porque el que ama inicia. En la película The Princess Bride [La princesa prometida] la hermosa princesa Buttercup declara a sus captores, “sé que mi Westley vendrá por mí”. ¿Cómo ella sabe? Porque lo que compartían era “amor verdadero”. ¡La princesa entendió que el que ama siempre se mueve para estar con la amada! El amor inicia. El amor inicia conversaciones. El amor compone una canción. El amor escribe poesía. El amor envía cartas. Compra flores. Cruza los océanos. Le aseguro, usted nunca verá a un joven tras darse cuenta de repente de que ama a una muchacha volver a jugar con videojuegos. Se levantara del sofá y se moverá. ¿Por qué? Porque el amor inicia.
En segundo lugar, el amor sacrifica. El amor da todo por el bien del amado. Jack se congelará hasta la muerte en las gélidas aguas del Atlántico para salvar a Rosa del Titanic que se estaba hundiendo. En la película Frozen [Una aventura congelada o El reino del hielo], Anna se arrojó frente a la espada de Hans para salvar a su hermana Elsa. El cantante Bruno Mars declara que él agarraría un artefacto explosivo por usted. ¿Por qué él canta eso? Porque él sabe que sabemos que el amor verdadero va sacrificarse por el amado.
En tercer lugar, el amor permanece. El amor se deleita en presencia de la amada. Y el amor permanece, incluso cuando quedarse es difícil. Esto declaramos en nuestros votos matrimoniales: “Prometo amarte en las buenas y en las malas, en riqueza o pobreza, en enfermedad y en salud”. ¿Por qué decimos esto? Porque entendemos que el amor verdadero voluntariamente se compromete a estar con la persona amada, incluso si la vida es realmente complicada. Por esta razón en la película Notebook [Diario de una pasión o El diario de Noah] Noah se queda largas horas en el hogar de ancianos para leer a Allie a pesar de que ella tiene la enfermedad de Alzheimer y no recuerda quién es él. En 50 First Dates [Como si fuera la primera vez o 50 primeras citas], el personaje de Adam Sandler seguirá enamorando al personaje de Drew Barrymore cada día, a pesar de que la pérdida de memoria a corto plazo de ella significa que ella olvida quién es él todas las mañanas, y él debe empezar todo de nuevo. El amor verdadero permanece incluso cuando es difícil. El amor verdadero permanece cuando todos los demás se van.
El amor envía. El amor sacrifica. El amor permanece. Las películas y las novelas continuarán ilustrando estos atributos de amor porque todos sabemos que al ver estas actividades, el amor está presente.
Usted se estará preguntando, ¿qué tiene esto que ver con si me siento o no amado/a por Dios?
No se pierda esta parte.
El amor envía
En 1 Juan 4:9 Juan nos dice: “Así manifestó Dios su amor entre nosotros”. La palabra manifestar significa “traído a la luz”. Juan declaró que cuando vimos algo, repentinamente se nos reveló que somos amados por Dios. ¿Qué fue?
“…que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él” (1 Jn. 4:9).
Dios no envió una nota. Una canción. Una lista de cosas por hacer. Él envió su mejor. Él envió a su Hijo. Usted nada recibirá mejor que eso. No recibirá a un emisario más precioso. Nadie más había a quien Dios pudiera haber enviado.
Y cuando Dios hizo esto, note la distinción que hace Juan: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó” (1 Jn. 4:10). Dios no esperó hasta que seamos dignos antes de que él nos buscara. No esperó hasta que estuviéramos organizados, limpiados, o fuéramos religiosos, o moralmente buenos. Él vino cuando estábamos “lejos”, éramos “enemigos”, no buscando”, “no interesados” y “hostiles”. ¿Cómo sabe usted que es amado por Dios? “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn. 3:16). La aparición histórica de Jesucristo en el mundo es la prueba A del amor de Dios por usted.
El amor sacrifica
No solo él vino por nosotros, sino que se sacrificó por nosotros. Juan explicó que Dios, “nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados” (1 Jn. 4:10). La palabra propiciación conlleva la imagen del templo en el Antiguo Testamento. Un cordero inocente era sacrificado a fin de cubrir la culpa del pueblo. Aquí Juan declaró que la muerte de Jesús en la cruz cumplió esa imagen del Antiguo Testamento.
En mis conversaciones con gente de todo tipo de procedencias y experiencias, he percibido más de que ellos no son lo que deberían ser. Incluso las personas menos religiosas que he conocido sienten que hay algo malo con ellos. Sienten un peso. Una culpa. La pregunta entonces es, “¿cómo puedo sentirme bien? ¿Cómo me siento en armonía con el universo? ¿Con Dios? ¿Conmigo mismo?”
Juan declaró que Jesús cargó nuestra culpa, cubrió nuestros defectos y pagó por ellos. Él los resolvió. Él abrió el camino para que tengamos paz con Dios. El amor de Dios lo impulsó para sacrificar todo de si para que pudiéramos ser plenamente lo que estábamos destinados a ser bajo Dios. Muchas personas se preguntan que ellos deben hacer para sentirse bien. Aquí Juan declaró que Jesús lo hizo por nosotros. El peso de su pecado y vergüenza no debe hundirlo hacia la tumba. Jesús llevó por nosotros la culpa y vergüenza de usted y de mí a la tumba, y los venció porque eso es lo que él ama hacer.
A inicios de mis 20 años tuve un compañero que era meticuloso con sus finanzas. Él guardaba cada recibo. Él controlaba al detalle sus patrones de gastos con hojas de cálculo. Honestamente, yo nunca había visto nada igual para alguien menor de cuarenta años. Aproximadamente al mismo tiempo él se enamoró de una muchacha joven, y la perspectiva de matrimonio estaba en un no muy lejano futuro. Había sólo un problema: a través de hábitos de consumo irresponsable en la universidad, ella había acumulado una montaña de deudas en tarjetas de crédito. Podría decir que la vergüenza amenazó con extinguir toda la emoción del compromiso potencial para ella. ¿Cómo podría llevar semejante carga a una relación? ¿Cómo podría pedir a alguien que asumiera la responsabilidad de pagar toda esta deuda que es el resultado directo de las malas decisiones que he tomado? Ella también tenía una situación familiar difícil. Como, por lo difícil necesitaremos contratar al agente de seguridad durante la boda. A ella, le parecía demasiado pedir que alguien asumiera su deuda. Miré a mi compañero de cuarto calcular el costo: eso devastaría su calificación de crédito. Tomaría años para poder pagar. Requeriría navegar por asuntos familiares complicados, potencialmente por el resto de sus vidas. Pero entonces lo vi considerar a esta muchacha. Y recuerdo verlo tomar la decisión: Quiero estar con ella. Y si tengo que pagar un costo elevado, con mucho gusto lo pagaré. Él nunca sacó a resaltar la cuenta o tampoco recordó a ella de la deuda. Sólo estaba parado en ese altar, radiante el día de su boda. Con mucho gusto pagando el costo de estar con su amada. Porque eso es lo que hace el amor. ¡El amor sacrifica!
¿Cómo sabe usted que es amado/a por Dios? Jesucristo dejó el cielo. Puso a un lado su prestigio. Renunció a todas las comodidades. Vivió la vida de un hombre pobre. Tomó la forma de un siervo. Y después sacrificó su vida para que pudiéramos ser perdonados, purificados y traídos a la familia de Dios. Jesús mismo declaró: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Jn. 15:13). ¡Y eso es exactamente lo que él hizo! Nada más hay que él pueda dar.
En el año 2016 Sally Monsoor había bautizado al destructor más grande, más sofisticado en la marina de guerra de los Estados Unidos. El buque de 610 pies, 15 mil toneladas fue nombrado el USS Monsoor, en honor de su hijo, Michael. Diez años antes, Michael Monsoor un integrante de la armada especial de los Estados Unidos tuvo la tarea de erradicar