Soltería. Noviazgo. Compromiso. Matrimonio. Ben Stuart
—1 Corintios 7:7
Cuando era joven, la Navidad siempre implicó viajes extensos para mi familia. Despertábamos la mañana de Navidad en casa de mamá y luego, más tarde, conducíamos a Beeville, Texas, para visitar la “casa campestre de la abuela”. Pronto después de eso nos dirigíamos el sur a una hora y media a San Antonio y visitábamos la “casa de la ciudad de la abuela”. Lo llamamos el triángulo amoroso, conduciendo por todo Texas cada Navidad.
Los mejores regalos estaban siempre en casa de mi mamá. Allí es donde Santa llegaba. Los regalos de la abuela del campo eran generalmente un poco extraños. Sudaderas blancas con un gran ciervo impreso en ellas eran comunes. Los regalos de la abuela de la ciudad siempre eran mucho mejor. Juguetes, electrónica, y cosas así. A excepción de un año cuando todo cambió.
La abuela del campo me regaló una honda. Cuando digo honda no significa un pequeño trozo de madera con una banda de goma en él. Esta cosa fue hecha de titanio. Tenía un asidero para máximo soporte y tubería quirúrgica de la honda. También venía con un paquete de bolitas de acero con figuras en él de las pequeñas criaturas del bosque que ellos esperaban matar con esta arma. Quedé anonadado. Mi hermano y yo arrojamos nuestras sudaderas con figuras de ciervos y corrimos a la puerta de atrás para probar a esta novedad. La honda podría romper tablas del cerco. Era increíble. Un milagro de Navidad.
A medida que nos alejábamos, recuerdo pensar, si la abuela del campo está dando regalos tan buenos, ¡no puedo esperar a ver lo que la abuela de la ciudad tiene reservado! Así que usted puede imaginar mi sorpresa cuando la abuela de la ciudad me entregó una sola hoja de papel que decía: “Eres el receptor de cien acciones en tal o cual empresa”. Espere.… ¿qué?
Mientras miraba fijamente con incredulidad a esta frase, creo que los adultos sintieron que yo estaba un poco abrumado por la elección del regalo de la abuela. Así que intentaron explicar: “Bueno, Ben, mira, una acción o valor es como el dinero, pero no lo puedes gastar. Pero tal vez, muchos años después a partir de ahora, valdrá más dinero”. Murmuré algo como, “bueno, eso es lo que todos esperamos, ¿no es cierto?” Pero por dentro me sorprendió de que la abuela de la ciudad podría ser tan despistada. ¿Por qué ella perdería el tiempo con algo tan sin sentido como esto?
Adelantando a un par de años más tarde. Estoy jugando en el patio con mis amigos. Mi hermano, que estaba castigado en ese momento, de alguna manera tenía posesión de mi honda. De repente, viniendo desde la dirección de su habitación, monedas comenzaron a dispararse y uno de ellas acertó mi brazo y comencé a sangrar. El dinero cortó mi piel. Este ataque no provocado lo metió aún más en problemas, y la honda me fue devuelta. La tomé y fui a tratar de calmarme rompiendo algunas tablas de la cerca. De repente la tubería quirúrgica de la honda se quebró en dos, golpeándome de vuelta y cortando mi otro brazo. Recuerdo estar mirando a mis brazos ensangrentados con incredulidad. ¿Cómo podría esto suceder? Este regalo, que se suponía que me traiga tanta alegría, nada me había traído, sino tristeza y dolor.
Avanzando rápido otra vez otros veinte años más tarde, hasta el día que llegué para mi primer día del seminario. Recuerdo entrar en el centro de estudiantes y ver una mesa enorme con montones de panes. Comenté a un compañero estudiante, “guau, no me había dado cuenta de que la escuela distribuye pan a los necesitados en la ciudad. Eso es realmente genial”. Él me dio una mirada confusa. “¿Necesitados? Este pan es para nosotros. ¡El seminario es tan caro, muchos estudiantes ni siquiera pueden pagar por el pan!” Mientras decía esto una oleada loca de seminaristas se abalanzó sobre la mesa y comenzó a meter pan en sus bocas y en sus mochilas. Recuerdo más tarde revisar a mi propio estado financiero. Después de veinte años, mi bolsa de acción había experimentado un importante crecimiento. Suficiente crecimiento que pude pagar para esta temporada de proseguir mi sueño de estudiar la palabra de Dios. Entonces algo llamó mi atención, en este momento, veinte años después, el que una vez se había sentido menos que bendecido, ahora estaba apreciando a la abuela de la ciudad.
¿Por qué le estoy diciendo acerca de esta serie de eventos? Para ilustrar cuán a menudo lo que queremos en el momento no es siempre lo que a la larga es mejor para nosotros. Y lo que es mejor para nosotros, no siempre lo valoramos y apreciamos. Algunos regalos son más bienvenidos que otros. ¿Por qué no estaba encantado un niño de siete años de edad con la bolsa de acciones? Ignorancia. Requirió amor y sabiduría de la abuela de la ciudad para darme un regalo que no pude valorar en el momento. Lo cual nos lleva de vuelta al tema de la soltería y las citas. A veces el don más amoroso que Dios nos puede dar es la soltería.
El don de la soltería
¿Por qué yo llamaría a la soltería un don? Porque eso es exactamente lo que lo llama el apóstol Pablo en 1 Corintios 7:7-8: “En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro. A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo.” No se pierda esto. Pablo acaba de llamar a la soltería un don1.
Sin embargo, muchos solteros que conozco anhelan conectarse con alguien. Las encuestas actuales acerca de la generación de los milenios indican que casi el 96 por ciento desean casarse en algún momento. Así que la soltería es un don que la gran mayoría de nosotros no quiere. Tal vez algunos de ustedes puede que les parezca bien por ahora, pero con el paso de los años, puede llegar a ser un don que podría resentir. “¡Oh!, ¿me diste un don, Dios? ¡Qué lindo! Espera, ¿soltería? ¿Qué tipo de don es esto? ¿Por qué harías esto?”
La razón por la que usted está soltero
¿Por qué un Dios amoroso nos daría el don de la soltería cuando anhelamos estar casados? Primera de Corintios 7:35 nos da la respuesta. Pablo declaró: “Les digo esto por su propio bien”. Pablo sólo había dicho que deseaba que sus oyentes sean solteros. Ahora él explica que este deseo no era cruel, sino para el bien de ellos. Es una condición que puede proporcionar beneficio a ellos. Él continuó, “no para ponerles restricciones”. Esto literalmente significa “no atar una cuerda alrededor de su cuello”2. La decisión de Dios para que usted sea un soltero solamente es por una temporada y no para ahogarle. No es para demorarlo o hacerle daño. Ciertamente, no surge de un sentido de humor negro en Dios. Él no se ríe maniáticamente, diciendo a los ángeles, “miren ahora como junto a los dos en la misma estación de tren a Londres, y después deja que uno vaya por un lado y el otro por otro camino y se cruzan sin haberse encontrado. ¡Jajá!” Así no es como obra Dios.
Entonces ¿para qué es la soltería? Pablo declaró que existe “para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor” (LBLA). No te pierdas esto. El versículo 35 dice las dos razones porqué Dios ha ordenado una temporada de soltería en su vida. Vamos a verlo uno a uno.
Promover lo que es apropiado u honesto
Primero, usted es soltero para promover un buen orden o para promover lo que es apropiado. ¿Qué significa eso? Apropiado significa “especialmente adecuado o compatible”3. Una acción se considera apropiada si ella concuerda en un ambiente dado. Es una respuesta bien informada, bien dada para cierto contexto. Por el contrario, juzgamos que una acción es inapropiada cuando no se ajusta a un contexto determinado, como usar un traje de baño para una boda. No hay nada malo con un traje de baño, pero es vestuario inadecuado para una boda. ¿Por qué? Porque no concuerda con el contexto. El contexto determina la correlación de un comportamiento.
¿Cómo esto se relaciona con la soltería? La Biblia declara que Dios le hizo soltero por ahora porque quiere promover en usted una cosmovisión y un estilo de vida que se adapta a su entorno.