Terapia Akáshica. Eric Barone

Terapia Akáshica - Eric Barone


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nuestros 18 cuerpos, el cuerpo morfogenético. El «patrón de construcción» de nuestro cuerpo, mente y espíritu, es la reproducción de uno de los patrones energéticos, ya presentes en los Registros. Esta estructura que describimos de los 18 cuerpos (de los cuales, recordémoslo, solo el numero 17 es el cuerpo físico), se reproduce en todo el universo, adoptando dicho cuerpo 17 formas diferentes según sean las circunstancias bioclimáticas, las moléculas predominantes en el lugar, la historia de la evolución que se reiteró con formas diferentes según el planeta. Concluimos en pocas palabras: todo lo que vive tiene 18 cuerpos, y todo lo que tiene 18 cuerpos así correlacionados entre ellos, tiene tendencia a vivir. Si algún día el hombre pretende «fabricar la vida», solo podrá hacerlo juntando 17 cuerpos energéticos a uno material. En contrapartida, esta nueva definición de la vida, asociada a una anterior, comentada en capítulos iníciales de este libro (la vida es una revolución de energía/ información de 180.000 períodos por minuto, circulando entre estos 18 cerebros), nos permite considerar como viviente mucho más de los que nos rodea. Por ejemplo, la naturaleza es viviente, no porque nos alimenta en todo sentido, sino porque la tierra tiene 18 cerebros, sentidos y la misma circulación energética; además, el penúltimo cuerpo sutil que se incorpora al bebé, es «el cuerpo de causalidad de la naturaleza», verdadero microcosmos de la madre naturaleza, que se plasma en el momento exacto de corte del cordón umbilical. ¿Cuál es el último? No sorprenderá tanto al lector descubrir que es «el cuerpo diabólico». Su inserción varía según las circunstancias de la vida. Se inserta en el momento de la toma de consciencia de la muerte. Es un fenómeno que describí varias veces, pero no bastarían mil descripciones más, tan es fuerte el deseo que tenemos de olvidar este momento.

      Cuando sucede esta toma de consciencia de la muerte, por lo general a una temprana edad, nuestro ser fomenta una gigantesca bronca imposible de expresar con palabras, «¿por qué nos hicieron nacer si debemos morir?».

      ¿Cómo era el bebé antes? Su cuerpo físico era dominado por el cuerpo angelical... de aquí la fascinación universal que tenemos hacia las criaturas recién nacidas, el cariño que despiertan en nosotros los pichones, cachorritos y todas las criaturas indefensas al nacer y durante sus primeros meses o años. Vemos en ellos, gracias a nuestro Tercer Ojo, la esencia del cuerpo angelical... por eso también nos conmueve el sufrimiento que les ocurre, y se despiertan nuestros instintos paternos y maternos de protección.

      ¿Cómo será el bebé después de tal toma de consciencia? Varios fenómenos se producen simultáneamente en un plazo de 72 horas. Cada 3 días se fabrica una «mamuschka» nueva, que congela en una capa invisible las experiencias; encontrar y analizar esta mamuschka precisamente puede dar la clave de los miedos, frustraciones y sufrimientos afectivos. Analicémoslos; será fructífero reencontrar nuestra cara más fea en ellos:

      1.- La bioenergía de muerte, presente en el cuerpo del niño desde antes de nacer se concentra en la parte superior del diafragma. La Kundalini, por muy poco tiempo, desplaza sus 2 canales anexos (llamados Ida y Pingala) en dirección del diafragma y crea allí dos haces potenciales; serán dos caminos alternativos que la Kundalini podrá utilizar para dar nacimiento a la ira. El ter. ak. que puede ver el aura gracias a su máquina, distingue dos ejes rojos, de carácter fibroso, que parten paralelamente desde el diafragma en dirección del cerebro, pasando por todos los chakras intermediarios. Estos haces están presentes en nuestro código morfogenético, por estar ligados al desarrollo del cerebro animal, como herramienta de supervivencia. El enojo, la ira, la cólera, la raíz del odio, del rencor, de la maldad manifestada, nació desde entonces en el mundo bioenergético, y fácilmente se conectará con el sistema endocrino.

      2.- Dios, o la inteligencia más alta del universo (cualquiera sea la definición que su religión acerca de él) coloca frente al niño una trampa diabólica y abre detrás de él una puerta angelical. Desde entonces, el cuerpo angelical podrá recibir impulsos y el diabólico tendrá un lugar escabroso hacia el cual podrá intentar guiarnos. Ambos cuerpos recibirán muchas propuestas de estos dos lugares... Sin darnos cuenta, acabamos de presenciar el nacimiento de nuestro futuro campo neurótico, y la base de todos los problemas de comunicación humanos que la psicología se esfuerza en desentrañar. En esta inevitable dialéctica del cuerpo angelical y del diabólico, encontraremos el fermento de todas nuestras dudas, indecisiones, errores de orientación... no podemos decir que todos los problemas humanos nacen de esta raíz... pero no estamos lejos de poder pensarlo. También, ya lo descubrió el lector: el libro albedrío, el poder de decidir entre el bien y el mal, acaban de aparecer en el pequeño ser humano. Desde este momento de toma de consciencia, el niño empezará a ser juzgado según las elecciones de libre albedrío que hará. Pero, ¿por quién?, ¿cuándo, y cómo será juzgado?

      3.- La contestación tiene una sola palabra: El Alfomega (extensamente descripto en el ensayo preliminar del libro “Bioenergía Revelada”). Se trata de un anillo que se posiciona entre nuestra 4ta y 5ta vértebra lumbar y contiene un grupo de funciones de auto enjuiciamiento del hombre. Su posición es estratégica: puede absorber tanta energía de muerte como para lograr debilitarnos (su puerta de acceso está en el mismo lugar vertebral), aspirar energía de vida, en mayor o menor medida, (puerta opuesta: el ombligo), estrecharse para disminuir el flujo de Kundalini al cerebro, si es que nos hemos vuelto peligrosos para los demás, o bien recompensarnos en caso contrario, brindando mayor poder energético a la glándula pineal. Por último: actúa sobre el diafragma, sistema digestivo de la bioenergía, gracias a las energías cósmicas y telúricas... lo que implica que tiene el poder de influir en las variaciones de las energías telúricas, operadoras de nuestros diversos estados de consciencia. El lector se da cuenta de que la bioenergía puede explicar al ser humano, si la pensamos como un sistema eléctrico, electrónico y electromagnético... al menos de manera metafórica.

      4.- Cómo evoluciona el niño que ya «tomó consciencia» Él, es decir la mayoría de nosotros, prefirió olvidarse de dicha angustia y de la injusticia de la vida, para regresar a sus juegos de niño, tal como todo su entorno lo esperaba. Familia, docentes, escuela, sociedad, son cómplices de ayudarlo a olvidar. Pero, ¿olvida realmente o rechaza en su inconsciente esta situación traumática y obsesiva? Es obvio que no la borra, sino que la esconde, y el árbol madre de todos los miedos ya ha echado su raíz. Algunos niños, particularmente los que son reencarnación viviente, a veces deben luchar durante años para resolver esta absurda ecuación: «nacer para morir».

      Lo resolverán con el antídoto llamado reencarnación. El lector podrá imaginar el daño moral que ocasiona una religión que anule este concepto salvador.

       ¿Otra conclusión sobre la relación Hombre – Registros Akáshicos?

      Sí, mi segundo grupo de conclusiones es que todos los desarrollos del hombre, desde los más elementales que nos explica la biología, las medianas que serían el camino hacia una evolución sensorial y psicológica «normales», hasta las más patológicas de las enfermedades mentales y espirituales; desde lo más burdo y material hasta la más sutil y refinada de las evoluciones superiores del hombre... TODAS ESTAN POTENCIALMENTE ESCRITAS EN LOS REGISTROS AKÁSHICOS. La holística verdadera se encuentra allí; cuando un investigador recibe informaciones de los Registros y quiere circunscribirlas al sector profesional en el cual se ha desempeñado o es conocido, está violando la realidad del hombre, disimulando a los demás y escondiendo a sus propios ojos la verdad del conocimiento. El conocimiento nunca se trunca... lo truncamos por necesidades educacionales; el conocimiento está totalmente interrelacionado, y la educación tiene el defecto de no favorecer metódicamente estas interrelaciones entre conocimientos, sino de dejar a la experiencia individual el trabajo de crear tales relaciones... por ahora solo nos referimos a investigaciones multidisciplinarias. Describí este concepto de interrelación en el libro: Cómo Aprender a Enseñar

      Los filósofos, los espiritualistas, los modernos psicólogos... con toda legitimidad, han percibido estructuras contenidas en los Registros Akáshicos... de lo contrario nunca hubieran podido hacer progresar a la humanidad con el bastón de sus descubrimientos. Ocurre que el orgullo humano recibe un gran golpe cuando el investigador de los Registros toma consciencia, por fin, de que las rupturas epistemológicas que produce por sus descubrimientos no son de su invención ególatra sino producto de


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