Terapia Akáshica. Eric Barone

Terapia Akáshica - Eric Barone


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      CAPÍTULO 2

      «LAS BASES HUMANÍSTICAS DE LA TERAPIA AKÁSHICA»

       Abreviaciones:

       «T.Ak»= «Terapia Akáshica»

       «ter. ak.»= «Terapeuta akáshico»

       Registros= «Registros Akáshicos»

       ¿Qué es la teoría de las «Mamuschkas» en la Terapia Akáshica?

      Desde que nacemos hasta que morimos, nuestro ser bioenergético fabrica a nuestro alrededor una capa nueva de energía, cada 72 horas. La sucesión de ellas hace suponer que el inconsciente colectivo creó este objeto decorativo llamado Mamuschka, (muñecas rusas insertadas unas en otras). A título de ejemplo, una persona de 50 años tiene aproximadamente 18.250 capas invisibles donde está escrita su historia, la negativa y la positiva, tal como si se tratara de fotografías negras o coloreadas que flotan alrededor de ella.

      Cuando conduzcamos un análisis sobre un paciente, gracias a la máquina de acceso a los Registros Akáshicos, podremos percibir estas imágenes, no en el orden cronológico de su aparición, sino de un modo que será más provechoso para el tratamiento. El terapeuta pregunta, y la máquina elige la capa generadora del mayor trastorno, la que es oportuno y posible sanar, que es en general la del plano causal más alto.

      A lo largo del tratamiento, las capas irán presentándose, según una lógica que corresponde a la de los Registros Akáshicos, muy diferente de la lógica humana.

      ¿Cómo utiliza los conocimientos de la Bioenergía?

      Cada dato de la bioenergía es asociado a consecuencias simultáneas sobre el plano físico, mental y espiritual. Sabemos que ningún problema humano está aislad; por el contrario, toda enfermedad que suframos en cualquiera de los planos, genera un holograma en los otros dos. De aquí la necesidad de trabajar cada problema tres veces, con tres métodos diferentes, cada uno dedicado al plano físico, mental o espiritual. Sabemos que, si no erradicamos una enfermedad en los tres planos simultáneamente, los hologramas generarán una repetición de la enfermedad, pero con una mutación. Por ejemplo, una enfermedad del corazón puede luego transformarse en cáncer, por no haber eliminado los otros dos hologramas, el mental y el espiritual, asociados a la enfermedad cardíaca. El mecanismo de creación de los hologramas es conocido, y lo encontraremos expuesto más adelante.

      El lector notará que la T. Ak no disocia lo que interviene en el cuerpo -sector reservado de la medicina- de lo que ocurre en el plano mental -caza protegida de la psicología- ni del plano espiritual -que desearían reservarse los representantes religiosos-. Los tres planos actúan simultáneamente en todos los aspectos de nuestra vida, lo que faltaba al investigador era un medio técnico para indagar en estos niveles, observar, cuantificar y deducir estrategias de resolución.

       ¿Cómo reinventa el análisis en el sector psicológico?

      Para el Terapeuta, la psicología ES bioenergía. No considera que las palabras pueden representar la realidad de lo que pasa en el ser humano; cito el libro «Hipnotismo & Bioenergía»:

      «Tenemos que emplear otros medios de comunicación. Por otra parte, ¿en qué medida una palabra representa una realidad energética? Según mis cálculos, uno dividido por tres millones quinientos mil (1/3.500.000); dicho en forma cabal, la palabra con la cual queremos representar una realidad tiene tres millones y medio menos de potencia que la misma realidad para nosotros; motivo por el cual nadie puede comprender el sufrimiento de otros, si no lo experimenta personalmente.»

      Como primera consecuencia, aunque en la T. Ak haya un gran respeto hacia los fundadores de la psicología moderna, la psiquiatría y las neurociencias, consideramos que, si la palabra no puede representar la realidad interna del ser humano, la palabra terapéutica tampoco podrá actuar sobre ella. Los lenguajes que podrían tener acceso a estas realidades internas son lenguajes de poder energético, tales como el sánscrito, donde ciertas palabras no solo representan el concepto, sino que actúan sobre el objeto energético propiamente dicho. El mejor ejemplo es la misma palabra Kundalini. Alguien que repitiera miles de veces: «Energía de Fuego que sube en mi columna vertebral» solo llegaría al aburrimiento, mientras que repetir la palabra Kundalini la misma cantidad de veces, sabiendo lo que significa, provocará una subida energética en forma segura, en la columna vertebral. El otro caso donde la palabra actuaría, siendo expresada en la lengua madre del paciente, sería pronunciándola después de provocar estados de consciencia diferentes en él; es el objeto de la carrera de post-grado «Tecnologías de la Consciencia». Mientras tanto, la T.Ak. utiliza multitud de medios de acción directa sobre las energías, en general a distancia.

       ¿Qué importancia atribuye a los sueños?

      Contienen multitud de mensajes del ser bioenergético, mezclados con interpretaciones neuronales y disfraces del cuerpo diabólico. Lo que hace que solo podamos los analizarlos con nuestras máquinas de acceso a los Registros Akáshicos. En general un solo detalle de ellos importa, y contiene un mensaje revelador, una advertencia o una instrucción para decodificar. Esta forma de utilizarlos no niega la existencia de otras interpretaciones de ellos; en la homeopatía, los sueños presentan síntomas reveladores, y en psicoanálisis también.

       ¿Por qué motivo el análisis de la Terapia Akáshica empieza siempre por el sector ocultista, aunque el paciente manifieste no creer en su existencia?

      Que el paciente crea o no, es un tema subjetivo independiente de la realidad misma de dichas energías. En la T.Ak, sería un error inadmisible desdeñar este sector; en efecto, hemos puesto en evidencia que un alto porcentaje de los problemas que manifiesta el paciente en el sector psicológico, psicosomático, médico y relacional, puede ser relacionado con infecciones provocadas por estas energías. Ellas se insertan en nuestra vida, simulando síntomas que engañan a los profesionales. En la organización educativa de la medicina tradicional o de la psicología moderna, por lo menos en occidente, no existe ningún lugar potencial para las energías desconocidas, excepto la honestidad de ciertos profesionales. Científicamente, el profesional universitario no está preparado para admitir que los síntomas que le fueron enseñados pueden tener un origen ajeno a las enfermedades conocidas. Es una carencia ególatra de la enseñanza occidental y una ofensa peligrosa que hacemos a las civilizaciones orientales, en pos de la integridad científica.

       ¿Por qué el análisis de la Terapia Akáshica se encamina obligatoriamente por el sector bioenergético?

      El plano bioenergético pocas veces es causal de los problemas del paciente; más bien, es el vector de transmisión de las energías, llevándolas de un plano hacia el otro. Detectar dónde hay anomalías en el cuerpo bioenergético del paciente, es acertar dos golpes de una vez:

      1. Tener una pista sobre el origen del problema y sus probables consecuencias;

      2. Tener la oportunidad de bloquear dichas consecuencias, siendo el sector bioenergético el último eslabón de transformación; por ejemplo, de un problema psicológico en un problema somático.

       ¿Cómo se comporta el Terapeuta Akáshico, cuando se encuentra con un paciente Psicótico?

      A menos de ser también psicólogo o psiquiatra, rehúsa atenderlo y lo deriva a los profesionales adecuados; sin embargo, puede ayudarlo, no a través de un contacto directo, sino a distancia, colaborando con un miembro de su familia o su terapeuta. Los medios energéticos de la T.Ak. le permiten este tipo de atención lejana.

       ¿Y al encontrarse con un paciente de una enfermedad declarada?

      Le doy entonces, la misma respuesta. Si el ter. ak. no es médico, no se permitirá interferir con el tratamiento, aconsejar ni desaconsejar, opinar sobre el diagnóstico, por el contrario: no empleará ninguna terminología médica,


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