Manual de lectura y escritura universitarias. Sylvia Nogueira
se diferencia la lectura en la escuela o en la universidad de la que se hace cuando a uno le interesa un tema y quiere aprender sobre él y para ello se compra revistas especializadas sobre la cuestión (ámbito periodístico, discurso de divulgación)?
5. Responda las siguientes preguntas en función de lo expuesto en esta Introducción para identificar un rasgo distintivo del discurso académico:
1) ¿Qué género discursivo resulta en este texto citado por el discurso académico? ¿Por qué?
2) ¿Para qué lo presenta Davies, según él mismo explicita?
3) ¿Cuál es el tópico del texto, según allí mismo se aclara?
4) ¿Cómo orienta la lectura el primer párrafo de “Aspectos sociolingüísticos...”?
5) ¿Qué es lo que no explicita o aclara el entrevistador citado?
6) ¿A qué se debe ese diferente grado de explicitación? Indique al menos dos razones.
6. En la universidad, los cargos docentes se concursan y, a través de los concursos (cuando se los abre), los profesores acceden a ciertos derechos laborales. Un concurso habitualmente consta de una presentación de curriculum vitae con un proyecto de enseñanza o de gestión, un coloquio y una clase; un jurado de al menos tres miembros evalúa aquella presentación, sostiene el coloquio con el concursante, le asigna un tema y observa la clase que sobre él dictaría el candidato. Averigüe qué es un coloquio y compárelo con la entrevista citada por Davies.
7. ¿Cómo se diferencia la sintaxis del hombre de Bali de la del australiano? ¿Cómo la de la entrevista citada de la del texto producido por Davies? ¿A qué se deben las diferencias en cada caso? Justifique sus respuestas recurriendo a las nociones de capital lingüístico y variedades de lenguaje.
8. Delimite las secuencias presentes en el texto. Establezca cuál es la predominante, teniendo en cuenta que ese predominio no es una función directa de la extensión relativa de las secuencias en un texto.
Haga una lectura rápida del conjunto de estos materiales de taller y observe qué géneros discursivos se abordan como objeto de enseñanza. Determine luego a cuál de ellos corresponde el siguiente, escrito por un alumno de nuestros cursos.
Trabajo Práctico de Semiología
Jimena XXXXXXX
Aula 713, miércoles de 19 a 21
Fecha de entrega: 22 de mayo de 2002
La educación es la base de la sociedad. El actor social depende de su formación para poder constituirse como sujeto pensante. Con esto no me refiero solamente a la instrucción que el sujeto recibe en su casa o por el mismo roce con la realidad del mundo en que vive, sino a su vida de lector. Pero, ¿de dónde surge ese saber?
A lo largo de la historia, grandes intelectuales y eruditos se han dedicado a descubrir y formular conocimientos. En general nos limitamos a estudiar esos conocimientos y son muy pocas las veces en que nos ponemos a pensar en la importante función que cumplen aquellos que los confeccionan. Éste último es uno de los temas que toman Pierre Bourdieu, Jean-Paul Sartre y Carlos Yusti. Cada uno, desde diferentes puntos de vista, toma el campo literario como objeto de estudio y analiza la posición del escritor en él.
Pierre Bourdieu (francés, 1930-2002) siempre se dedicó a escribir sobre arte, literatura y cultura. Sin embargo sus conocimientos filosóficos, antropológicos y sociológicos le impidieron limitarse a esta gran esfera y produjo diversos escritos relacionados a temas políticos (quiso encarnar lo que denominaba una “izquierda de izquierdas”, que rechazaba al Partido Socialista francés) y de comunicación. En el artículo The field of cultural production se limita a exponer las distintas categorías del arte y las características de sus artistas sin tomar una posición por alguna de ellas. Explica que el artista y el escritor están definidos, antes que nada, por su relación con el campo del poder y de la economía. Comenta también el doble status que estos poseen: si bien “…ocupan una posición dominada en la clase dominante, son los poseedores de una forma dominada de poder al interior de la esfera de poder.”. Luego divide el campo literario (entre los años 1830 y 1850) en el “arte social”, el “arte por el arte” y el “arte burgués”. Los integrantes de la primera categoría asignan a la literatura una función social o política, desde la solidaridad con los dominados y la hostilidad hacia los dominantes. Los de la segunda, adoptan una posición central que resulta un tanto ambigua: si bien toman la lógica de campo del arte burgués (en oposición al arte social), no coinciden en el nivel estético y político que este mismo arte establece. Por esta razón Bourdieu afirma que “…forman una imagen ambigua de su propia posición en el espacio social y de su función social.”. Finalmente, los escritores que se circunscriben en la tercera, están ligados a la clase dominante.
Jean-Paul Sartre (francés, 1905-1980) fue un filósofo políticamente volcado al socialismo. Se lo considera el padre del existencialismo. Coherente con su pensamiento, participó activamente en el Mayo Francés, pues estaba convencido de que la revolución era el único camino para recuperar la libertad. A la hora de definir su postura entre alguna de las categorías de Bourdieu, lógicamente se inclina por el arte social. Esta posición es claramente reconocible en la “Presentación de Tiempos Modernos” donde afirma que la literatura es una función social. Explica, en primer lugar, los valores y las implicancias de ser escritor. A continuación critica el espíritu de análisis de la clase burguesa. Para ello expone y desarrolla algunas de las concepciones que adoptan y toma a Proust como representante de esta clase. Luego se focaliza en la concepción del hombre que relaciona con la de sociedad. Finalmente describe la nueva revista que está por publicar.
Carlos Yusti también tiene una clara postura. “…nos dedicamos a la literatura en soledad de alquimista y por puro gusto, por amor al arte…”, afirma Yusti en Ciudadanos de segunda. Allí relaciona al escritor con su contexto, mostrando así lo poco que su figura representa para el resto de la sociedad.
Pierre Bourdieu explica que el campo literario se maneja con una ley fundamental totalmente diferente a la ley universal (que es la ley de la economía y del poder). Se trata, básicamente, de la ley de lo desinteresado. Entonces, al ser un “…mundo económico revertido, un juego en el que el perdedor gana…” es fácil entender que “…el artista puede triunfar en el terreno de lo simbólico tanto como pierda en el económico, y viceversa.”. Yusti disiente en este punto “Escribir con un mínimo de honestidad y que te paguen por ello sería lo ideal o como lo ha escrito Francisco Umbral: ‘Sólo el dinero, lacónico e imparcial, sirve para expresarle al escritor algo más importante que una admiración humillante: la aceptación social de una literatura’ “. Es decir que según este último autor el ser reconocido económicamente es condición necesaria para poder ser socialmente aceptado. Al leer su artículo es indudable que se considera uno de los tantos escritores relegados por la sociedad, donde prima el poder de aquel que tiene más dinero. Él mismo confiesa que “no recibimos calderilla alguna por nuestros gusanos tipográficos”. Es notable la contraposición de este planteo con el que hizo Sartre allá lejos y hace tiempo, por el año 1950: “El autor rara vez establece una relación entre sus obras y el pago en numerario que por estas recibe.” Medio siglo antes no se relacionaba una cosa con la otra (aunque Sartre ve en esta actitud un sesgo de irresponsabilidad). Bourdieu explicó claramente la situación del escritor frente al dinero. Para hacerlo se remitió a Sartre: “…es escritor es el «pariente pobre», el idiota de la familia burguesa”, el que posee “…todas las propiedades de la clase dominante menos una: el dinero.”. Sería acertado relacionar esta visión con la de Yusti, en cuyo artículo remite constantemente a esa aposición que transformó en título para su artículo es “Ciudadanos de segunda”. Es interesante el análisis que Bourdieu hace sobre la clientela de los distintos tipos de arte para definir otro punto de unión entre lo artístico y lo económico.