Líderes en crecimiento. James Lawrence

Líderes en crecimiento - James Lawrence


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reconocería el mundo o la iglesia de hoy. Mucho se escribe sobre las causas y consecuencias de este cambio, señalando desde la tan nombrada modernidad hasta la postmodernidad; pero mi preocupación aquí es simplemente registrar que, como resultado de ello, las personas están buscando líderes que provean dirección para ayudar a encontrarles sentido a los cambios que las rodean. Esto presenta desafíos particulares para aquellos que lideran en las iglesias.

      Los desafíos de hoy

Gen Y1984-2000Gen X1964-83Baby boomers1946-63Tradicionalistas1925-45
Pregunta clave¿Cuál es mi elección?¿Cómo se siente?¿Funciona?¿Es verdad?
Esperan que los líderesColaboren y me involucren desde el comienzoConsulten /Me comprendanSean competentes y profesionalesDen enseñanza y dirección
Métodos preferidos de comunicaciónTweets, textos, FacebookSitios de Internet y correos electrónicosUn poco de esto—><— y de aquelloRevistas y anuncios en la comunidad religiosa
Mi primer compromiso es conMis amigosPersonas en tanto personasMi campo de trabajoLa organización
Funcionamiento conjuntoBusco divertirme en mi equipoNecesito un equipo para hacer cualquier cosaVeo la necesidad de trabajar en un equipoPreferiría trabajar solo
DesacuerdoVadearloSacarlo a la luz y discutirloDecidir de acuerdo con lo que es más eficienteEvitar la confrontación
DescripciónConectadoInvolucradoAtareadoFiel

      Tercero, un resultado de la explosión en el interés por el liderazgo es que han crecido las expectativas de la gente con respecto a los líderes. Lo que la gente experimenta en su vida laboral crea expectativas cuando se reúnen como iglesia. En un tiempo en que la gente está mirando para ver el liderazgo ejercido de una manera cada vez más competente y profesional, los líderes en la comunidad cristiana están pobremente entrenados, y el liderazgo es lamentablemente escaso y carece de calidad. Parte de la razón de esto se debe al cambio de la sociedad desde la Segunda Guerra Mundial. Con la desintegración del Servicio Nacional en la década de 1950, el surgimiento de la era del gerenciamiento en los años 60 y la búsqueda de identidad en los 70, disminuyeron los modelos para el liderazgo. Además, en parte se debe a la imagen percibida de los líderes cristianos de la década de 1990 (y el desgaste de la confianza en el liderazgo en general a lo largo de la sociedad), que luchan para mantenerse en pie ante la presión de la decadencia, o son ridiculizados por la prensa por delitos menores. Para revertir esta tendencia necesitamos hacer crecer el liderazgo proactivamente, pero no necesariamente de la misma manera que en el pasado.

      Estos tres factores presentan un desafío a cualquiera en el liderazgo cristiano de hoy. Paralelamente a estos desafíos generales, hay algunos específicos que afectan a los líderes dentro de ciertos perfiles de edad.

      Hoy en día, muchos líderes jóvenes comienzan desde un lugar muy diferente tanto social como emocional que los que lo hicieron hace cincuenta años. En un excelente artículo en el periódico Church of England Newspaper, Pete Ward resaltó un aspecto de este tema dentro de la Iglesia Anglicana:

      Nuestro trabajo junto a los líderes de entre 25 a 40 años en el Programa de Liderazgo Arrow confirma los hallazgos de Pete Ward. Los líderes jóvenes a menudo luchan no sólo con el modelo de iglesia ofrecido por las iglesias a donde van después de terminar el instituto teológico, sino también con el modelo de liderazgo ofrecido por los ministros que están liderando esas iglesias. El modelo de iglesia, el de liderazgo y evangelismo al que tantos ministros se aferran, simplemente son inapropiados para los jóvenes menores que tratan de comprometerse con las generaciones perdidas de la sociedad contemporánea.

      Reconozco que no es simplemente un problema generacional. Es perfectamente posible ser un ministro asistente de 27 años de edad aliado con una forma de iglesia heredada, o uno de 56 años disfrutando de la forma de iglesia emergente. Sin embargo, se presenta más comúnmente como un problema generacional. Como concluye Pete Ward, “no es solo una cuestión de complacer a los clérigos subalternos. Más bien da sentido a la misión de la iglesia”. Necesitamos lanzar líderes jóvenes para que experimenten con nuevos modelos de iglesia, liderazgo y evangelismo, y asegurarnos de que les proporcionamos suficiente apoyo, orientación y responsabilidad.

      En este tiempo de transición también necesitamos líderes jóvenes que estén preparados para aprender de líderes de más edad y ejercitar el dominio propio y la sumisión; comprender antes de juzgar, ser respetuosos antes de criticar; y ser leales antes de hablar fuera de lugar.


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