Emprende tu vida: 7 pasos para ponerte en acción. Daniela Salvitti

Emprende tu vida: 7 pasos para ponerte en acción - Daniela Salvitti


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imperfecto, escandalosamente feliz. Para escribirlo se inspiró en las consultas que recibía, en las cuales detectó que muchas de las personas sufrían de lo que Riso denomina “mandatos irracionales perfeccionistas”. Es decir, condicionamientos sociales que establecen que debemos ser excepcionales en algún área. Ser perfectos, no cometer errores y mantenernos en la lista del top ten del algún Récord Guinness social. Estos mandatos generalmente están vinculados al éxito y al reconocimiento, y no dejan lugar al fracaso, a los errores ni a las emociones.

      Un ejemplo citado en su libro, describe claramente esta situación:

      Una mujer llegó a mi consulta porque el estrés y la ansiedad que sentía habían alcanzado niveles insoportables. Era una madre excelente, una gran esposa, una ejecutiva incansable y eficiente en su trabajo, socialmente encantadora y muy inteligente. El típico dechado de virtudes admirado por la mayoría.

      En la primera consulta resumió así su problemática: «Estoy cansada de tratar de ser la mejor en todo lo que hago. Mi marido, mi madre, mis hijos, los accionistas de la empresa y mis amigos, todos esperan mi mejor rendimiento, y que además sea fuerte, que no cometa errores, que me mantenga siempre segura de mí misma, en fin, que jamás les falle... Pero me cansé de exigirme tanto. Estoy agotada de mantener este ritmo. He llegado a esta conclusión después de pensar mucho».

      Al cabo de unas citas, mi impresión diagnóstica fue que mi paciente tenía razón, así que la terapia tuvo una meta esencial: aprender a «desorganizarse» un poco y a no tomarse la responsabilidad tan a pecho. O dicho de otra forma: a ejercer el derecho a fracasar y a ser débil. Sin faltar a sus deberes, intentar ser menos implacable consigo misma, más relajada y no tan «ejemplar». Le sugerí que hiciera una reunión con toda la familia y que se declarase, a partir de ese momento, en estado de «solemne imperfección».

      Y así lo hizo, ante la sorpresa e incredulidad de los asistentes. Hoy, después de algunos meses de arduo trabajo terapéutico, es una mujer más tranquila y feliz, acepta sus errores y maneja un patrón racional de autoexigencia.

      La autoexigencia, sumada a los mandatos sociales que crees propios, generan una idea de lo que “debes ser” que te desconecta de tu verdadera esencia. De lo que quieres ser. De lo que tu ser tiene el potencial para ser y hacer. De tu luz propia. De tu capacidad para compartir tu luz con el mundo a tu manera. De eso se trata. Y para ello, es necesario ir atravesando todas las capas de protección que tú mismo te has puesto, que te ha impuesto la sociedad y que se han transformado en un sistema de creencias que domina y dirige tu vida.

      Lo que queremos transmitirte es la necesidad de volver a conectar contigo mismo. Con tu sentir. De escuchar aquello que tú quieres ser, más allá de lo que crees que deberías ser o hacer.

      Estamos convencidos de que en la molestia se encuentra el primer despertador de tu ser. La molestia, esa incomodidad, existe para que puedas empezar a despertar, a hacerte preguntas y a escucharte a ti mismo.

      Riso propone en su libro diez premisas liberadoras, de las cuales queremos destacar principalmente una de ellas, la número cinco:

      1. Maltratarte porque no eres como «deberías ser» es acabar con tu potencial humano.

      2. No te compares con nadie. La principal referencia eres tú mismo.

      3. Las personas normales dudan y se contradicen: las «creencias inamovibles» son un invento de las mentes rígidas.

      4. Desinhibirse es salud: no hagas de la represión emocional una forma de vida.

      5. La realización personal no está en ser el «mejor», sino en disfrutar plenamente lo que haces.

      6. Reconoce tus cualidades sin vergüenza: menospreciarte no es una virtud.

      7. La culpa es una cadena que te ata al pasado: ¡córtala!

      8. No te obsesiones por el futuro: ocúpate de él, pero no dejes que te arrastre.

      9. Someterte al «qué dirán» es una forma de esclavitud socialmente aceptada.

      10. Permítete estar triste de vez en cuando: la euforia perpetua no existe.

      En línea con esta premisa, Diego Kerner, en Lunes felices, afirma:

      Si existiera un manual de instrucciones del que hubiera que resumir una única consigna para ser más feliz, yo rescataría la siguiente: tratá siempre de hacer más de aquello que te gusta y menos de lo que no.

      Una premisa breve, pero que conlleva decisiones, cambios, renuncias y una gran apertura y valentía para salir a buscar lo que realmente nos realiza como personas.

      Así como uno no puede elegir de quién enamorarse, igualmente, uno no elige qué le gusta hacer y qué le apasiona. Te pasa, te atraviesa y punto.

      No creo que exista la felicidad permanente y total. Pero sí que podemos proponernos ser más felices. Para eso hay que reprogramar nuestro GPS de la felicidad, que viene configurado con las coordenadas que señalan el camino de lo material, del poder, del dinero.

      Ahora que hemos recorrido la primera parte de este camino y que te hemos compartido historias y reflexiones, es momento de centrarnos nuevamente en ti.

      Recuerda tu molestia y conéctate con tu sentir y con tu día a día actual. Ábrete a la vulnerabilidad. Permítete sentir lo primero que viene. Bríndate lugar para replantearte tus inquietudes. Acepta la vergüenza que te puede generar reconocer ciertas partes de ti.

      ejercicio

      balanza de disfrute

       ¿Cuántas veces disfrutas en la semana?

       ¿Qué cosas te causan placer?

       ¿Cuánto tiempo dedicas a realizar cosas que no disfrutas o que no te gustan en absoluto?

       Si tuvieras que segmentar, ¿qué porcentaje de tiempo utilizas para hacer aquello que disfrutas?

       ¿Qué puedes hacer para aumentar tu bienestar, tu disfrute? Define una acción de las que más te gustan y agéndala un día de la semana que viene. Por ahora alcanza con que reserves una hora de ese día para llevarla a cabo.

       Ahora revisa tu respuesta anterior y toma conciencia de que al cumplir esa acción, vas a aumentar tu bienestar, tu alegría, tu disfrute. ¿Sientes cómo estás empezando a diseñar tu vida y a tomar el timón? Un simple cambio en tu rutina puede ser la puerta de entrada a grandes transformaciones. ¿Qué pasaría si la próxima semana sumaras otra acción más? Recuerda, el foco y los hábitos se construyen de a poco, lo importante es empezar y descubrir, en la acción, cómo lo vas materializando.

      Uniendo los puntos

      Para sintetizar lo que has visto de ti mismo en este capítulo, completa las siguientes frases:

       Mi principal molestia hoy es:

      y se encuentra en el área de mi vida relacionada con:

       Cuando pienso en modificar esta molestia me da miedo:

       La molestia, y como consecuencia la forma de vida actual que tengo, se generó por:

      y siento que el principal responsable es:

       Para


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