Emprende tu vida: 7 pasos para ponerte en acción. Daniela Salvitti
comunidad son más felices, más sanas y viven más que las personas que tienen menos vínculos.
TED
Charla TED: Robert Waldinger “¿Qué resulta ser una buena vida? Lecciones del estudio más largo de la felicidad”
La calidad de los vínculos es importante. No se trata solo de tener una vida, sino de generar lazos estrechos, de confianza y de conocimiento mutuo. Como también menciona Grecco: “Los vínculos son el tejido que nos sostiene, que sustentan nuestra personalidad. Hay relaciones que fortalecen el tejido y otras lo debilitan, y el mismo tejido que nos ampara puede sofocarnos. La vida enseña que no hay nada más cercano a un abrazo que el ahogo”.
Vivir en vínculos de conflicto constante es malo para la salud; vivir en relaciones sanas, con corazón, da protección. Esta reflexión no es nueva y tiene mucho sentido sentido común. ¿Entonces por qué, como sociedad, seguimos sufriendo carencias en este sentido? Robert Waldinger lo sintetiza de la siguiente manera:
Pero este mensaje de que las relaciones buenas y estrechas son buenas para la salud y el bienestar, esta sabiduría, es vieja como el tiempo.
¿Por qué es tan difícil de entender y tan fácil de ignorar?
Bueno, somos humanos.
Nos gustaría una solución rápida, algo que nos mejore la vida y que sea permanente. Las relaciones son un lío, son complicadas, y cuidar a la familia y a los amigos no es atractivo ni glamoroso.
Justamente de eso se trata, de cómo elegimos, construimos y mantenemos las relaciones. De cómo nos mostramos. De cómo establecemos nuestros vínculos, partiendo de la relación con nosotros mismos.
Detente un momento para reflexionar: ¿cuántas personas te conocen verdaderamente? ¿Con cuántos has hablado de tus miedos, de tus inquietudes, de tus molestias, de tus preguntas existenciales? ¿Existen este tipo de conversaciones en tus vínculos o sientes que eres demasiado débil si muestras tus sentimientos más profundos?
A todo esto hacemos referencia cuando decimos que te invitamos a abrir la puerta hacia el camino de tu sentir, hacia tu ser maravillosamente imperfecto y vulnerable.
En El poder de la vulnerabilidad, Brené Brown explica que lo primero que aparece cuando nos sentimos vulnerables es la vergüenza. Vergüenza en primer lugar de vernos y aceptarnos como somos y, principalmente, a mostrarnos ante los demás.
Todas las personas sentimos vergüenza de algo. Es un sentimiento universal. Su raíz más profunda es la de sentir vergüenza por mostrarnos completamente como somos, por temor a que no nos acepten y no podamos pertenecer. Es el temor de no ser parte por sentir que algo nuestro no está bien o podría estar mejor. En lo profundo de nuestro ser, es el miedo a no ser suficientes.
No ser suficientemente exitosos. No ser suficientemente ricos. No ser suficientemente bonitos. No ser suficientemente inteligentes. No ser suficientemente extrovertidos. No ser suficientemente creativos. La lista podría seguir, seguro has empezado a recitar en tu cabeza tus “no soy suficientemente...”.
En su charla TED titulada “El poder de la vulnerabilidad”, Brené Brown afirma: “Lo que sustentaba esto era la vulnerabilidad insoportable; esa idea de que para poder conectarnos, tenemos que dejarnos ver, ver de verdad. Entonces somos vulnerables”.
Luego de años de investigación, Brené Brown concluyó que existen, básicamente, dos grupos de personas:
1. Las que tienen un sentido de valía, dignidad y sienten profundo amor y pertenencia.
2. Las que luchan con eso, personas que siempre se preguntan si son lo suficientemente buenas.
Lo que separa a ambos grupos es realmente sorprendente. Las personas que sienten un profundo sentido de amor y pertenencia simplemente creen que son merecedoras de amor y pertenencia. Se sienten merecedoras del amor profundo y de pertenecer a su comunidad. Creen que lo merecen. Simplemente eso. Luego volveremos sobre lo que implica creer, por ahora basta solo con que entiendas que tus creencias son importantes en la construcción de tu realidad.
Brown profundiza su análisis del grupo 1 (al que llama whole hearted, que significa “de corazón íntegro”) en busca de los patrones que lo identifiquen. Lo que estas personas tienen en común se resume en una sola palabra: coraje. El sentido de coraje desde su definición más pura proviene del latín coer, que significa “de corazón completo”. Y su primera definición tenía que ver con contar la historia de quién es uno con todo el corazón (to speak one’s mind by telling all one’s heart). Como asegura Brown en la charla TED, el grupo 1 está compuesto de:
… personas que tuvieron simplemente el coraje de ser imperfectas. Tuvieron la compasión de ser amables con ellos primero y luego con los otros. Porque resulta ser que no podemos practicar la compasión con otras personas si no podemos tratarnos con amabilidad. Y lo último era que tenían conexión, y esta es la parte difícil: como resultado de la autenticidad, estaban dispuestas a dejar de lado lo que pensaban que deberían ser para ser quienes eran, algo absolutamente necesario para lograr la conexión.
Lo otro que tenían en común era esto: aceptaban plenamente la vulnerabilidad. Este grupo de personas aceptaba y convivía diariamente con la vulnerabilidad. Se aceptaban a sí mismas con todas sus imperfecciones y consideraban que aquello que las hacía vulnerables, las hacía también personas hermosas.
El abrirse y mostrarse tal como uno es genera la forma de empatía más pura entre los seres humanos. Ahí inicia verdaderamente la conexión. Cuando uno abre su corazón, genera un campo de confianza. Se derriban las barreras y las corazas que nos ponemos tantas veces para transitar por el mundo y dejamos que aparezca nuestro ser. Así abrimos la puerta de conexión genuina y le damos al otro un lugar de confianza y empatía para poder hacer lo mismo.
Raíces de la vulnerabilidad
Completa las siguientes frases según lo que sientas que significan para ti. Este es un ejercicio que te servirá para identificar cómo interpretas el concepto de vulnerabilidad y, por ende, cómo afecta tu vida:
¿Algo te sorprende acerca de tus respuestas?
¿Cuántas veces te ha pasado que al abrirte y contar un miedo −o una duda o al expresar tus sentimientos− recibiste de la otra persona una apertura igual o aun mayor? ¿Cuántas situaciones consideradas de vulnerabilidad te han unido más en tus vínculos? ¿Por qué crees que esto sucede? ¿Será que mostrándonos humanos nos volvemos más humanos?
Y si al final de cuentas todos somos seres humanos, por lo tanto imperfectos y por lo tanto vulnerables, ¿qué es lo que estamos haciendo? Tenemos tanto miedo de sentir las emociones que consideramos “malas” que creamos una barrera, nos ponemos una coraza y nos protegemos de la emoción.
El problema es que no podemos elegir selectivamente no sentir tristeza y optar por sentir solo alegría. Cuando nos cerramos a la emoción de la tristeza, automáticamente nos estamos cerrando también a la emoción de la alegría porque ambas son emociones y tienen la misma procedencia. Están, ahí, detrás de la barrera que creamos. Detrás de la coraza que nos pusimos.
Si quieres vivir una vida plena, entonces es necesario aprender a transitar y a abrirte a todas las emociones. Volver a conectarte con tu sentir. Amar, sobre todo amarte a ti mismo. Permitirte sentir lo que sientes. Permitirte mostrar lo que eres. Sentirte merecedor de ser. Sentirte merecedor de amor. Sentirte merecedor