Embarazo, parto y primer año de vida. Leopoldo Filkenstein
La elección del médico
Elegir un médico siempre es un paso fundamental, cualquiera sea la circunstancia. Pero en el caso del seguimiento del embarazo y parto, esa elección implica características especiales. El profesional elegido será quien la acompañará en un proceso de nueve meses, contestará sus dudas, verificará que todo marche según lo deseado y planeado y, en caso de no ser así, tomará las decisiones para conocer las quien usted establecerá un vínculo muy cercano y es importante que sea una persona a la que pueda tenerle mucha confianza y que pueda contenerla emocionalmente, ya que usted, además de expectativas e ilusiones, también experimentará ciertos temores. ¿Cómo saber si está eligiendo el médico adecuado? Aquí esbozamos algunas pautas que podrán servirle de guía:
• Pregunte entre sus amigas o conocidas con hijos si han sido atendidas por un buen ginecólogo obstetra en sus partos, de manera tal de volver a elegirlo en caso de embarazarse nuevamente. Si recibe una respuesta afirmativa, indague acerca de por qué lo consideran de esa manera. Tal vez lo que para una mujer sea eficiencia, para otra sea frialdad y el hecho de que una amiga suya se haya sentido cómoda con él no significa que a usted le suceda lo mismo.
• La confianza y la comodidad son elementos claves para que usted se sienta tranquila en su embarazo y parto. Si en la primera entrevista que tiene con el médico elegido, no se siente cómoda, cambie de profesional sin dilación. Cuanto más temprano encuentre al adecuado, será mejor para usted y para el bebé.
• En cuanto a cuestiones más objetivas, los méritos del profesional no son un asunto menor. Ser un médico reconocido, formar parte de una asociación profesional respectiva, ejercer la docencia universitaria o trabajar en un hospital público o universitario son, a todas luces, cuestiones que deberán “sumar puntos” a la hora de escoger un médico.
• Algunas preguntas concretas podrán ayudarla a esclarecer el tema si se encuentra indecisa:
❍ ¿Se siente cómoda durante la consulta?
❍ ¿La escucha y se toma el tiempo necesario como para explicarle todo lo que usted necesita?
❍ ¿La ubicación y el horario de la consulta le resultan aceptablemente cómodos?
❍ ¿Le parece apropiada la edad y el sexo del especialista?
❍ ¿Con qué equipo médico trabaja?
❍ ¿Cuál es su filosofía en cuanto a todo aquello que la implicarán a usted y a su bebé: posición ante el parto, presencia del padre en el mismo, lactancia, etc.?
❍ ¿Cuál sería la conducta del especialista en el caso de presentarse urgencias o complicaciones?
Escoger el curso preparto
Muchas instituciones ofrecen este tipo de curso que recibe, de acuerdo al ámbito, nombres distintos: psicoprofilaxis para el parto, clases para el nacimiento, educación para el parto, psicoprofilaxis perinatal, etcétera. Asimismo, varían en cuanto a costo, temas abordados, frecuencia de las clases, concepción del embarazo y parto de los profesionales que lo dictan, etc. Por dar sólo un ejemplo, algunos cursos son eminentemente prácticos y se basan en la enseñanza de técnicas de relajación y respiración para afrontar el parto, mientras que otros preparan a los futuros padres desde un lugar más teórico y hasta espiritual para, por ejemplo, asumir sus futuras responsabilidades de la manera en que resulte mejor para la familia.
Por ello, a la hora de elegir uno de estos cursos, es importante que, de manera similar a cómo lo hizo o lo hará con el médico, se informe bien acerca de sus contenidos a fin de encontrar el que cubra sus expectativas y necesidades. A continuación, presentamos un conjunto de preguntas que le podrá ayudar:
• ¿Cuál es la duración y frecuencia de las clases? ¿Puedo asegurar que, salvo algún imprevisto, podré asistir a todas ellas?
• ¿Se dicta en alguna institución reconocida o en un ámbito particular?
• ¿Cuál es el programa que orienta o rige el curso? ¿Qué o cuáles aspectos aborda de manera predominante: el físico-biológico, el emocional-afectivo, etc.?
• ¿Cuál es el balance entre teoría y práctica? ¿Cuánto tiempo de cada clase se dedica a la práctica de ejercicios y cuánta a suministrar información de índole teórica?
• ¿Cuál es el costo? ¿Existe algún o algunos planes de pago?
• ¿Cuáles son los antecedentes del o de los docentes a cargo y en qué ámbito profesional se desarrolla cada uno? ¿Se trata de una partera, un psicólogo, un médico obstetra u otro tipo de profesional?
• ¿Qué entrenamiento posee el docente? ¿Título de grado? ¿Posee algún curso de posgrado: master, doctorado? Si es así: ¿en qué institución educativa? ¿Participa de alguna asociación profesional? ¿Tiene actividad docente? ¿En qué materia o especialidad? ¿Ha sido autor de algún libro que se pueda adquirir actualmente para ver cuáles son sus conocimientos e ideas al respecto?
• ¿Cuál es la experiencia del docente principal con respecto, específicamente, a embarazo y nacimiento y la educación para ello? ¿Ha dado a luz o participado de un nacimiento? ¿Cuánto tiempo hace que enseña en esta área? ¿Puede alguna participante anterior dar referencias acerca de él?
• ¿Cuál es el enfoque y qué concepción del embarazo y parto tiene? ¿Alienta el nacimiento natural? ¿Destaca el derecho de ambos padres a estar informados y tomar decisiones?
• El responsable o sus asistentes ¿están disponibles por teléfono u otro medio de comunicación, fuera del horario de clases, para consultarlos o evacuar dudas?
• ¿Qué cantidad de alumnas asistirán? Si es muy numerosa: ¿hay asistentes que contribuyan a asegurar una atención individual? ¿Podrá estar presente mi pareja u otro acompañante que yo elija?
• ¿El curso se considera finalizado con el parto o se realizan una o varias reuniones con los bebés ya nacidos para evaluar y compartir experiencias?
¿Parto hospitalario o en casa?
Hasta finales del siglo pasado, la mayoría de las mujeres pertenecientes a niveles socio-económicos medios y altos –cualquiera fuera su lugar de residencia– ni siquiera se hacían esta pregunta: daban por descontado que, llegado el momento, tendrían su valija preparada y saldrían raudamente hacia la clínica u hospital elegido. Por otro lado, para las mujeres de zonas rurales aisladas y muchas de países de pocos recursos, la pregunta tampoco tenía demasiada cabida, ya que no tenían centros de atención hospitalaria cercanos y las mujeres simplemente daban a luz en sus casas.
Sin embargo, en los últimos años esto se ha ido modificando y se han generado muchos cambios a nivel profesional e institucional. Hoy por hoy, muchas mujeres que, pudiendo optar perfectamente por un parto hospitalario o por instituciones privadas de renombre, eligen con total libertad parir en su propia casa.
Llegado el momento, usted también deberá hacer su elección: parto hospitalario o domiciliario. Y lo mejor será que tome su decisión lo antes posible para poder prepararse según uno u otro, en todos los aspectos. Ninguno es per se “malo” o “bueno” y ambos cuentan con sus ventajas y desventajas. Conozcamos ventajas y desventajas de ambas opciones:
• Ventajas del parto hospitalario
❍ Se podrá responder mejor y más rápidamente ante cualquier imprevisto, complicación o inconveniente, tanto los que pueda sufrir usted como el recién nacido. Por esa razón, es más recomendable para las primerizas, ya que su historia clínico-obstétrica presenta muchos puntos desconocidos.
❍ La idea de estar cubierta en todas sus necesidades y de estar en un lugar que, como explicamos en el punto anterior, se encuentra en mejores condiciones de lidiar con cualquier imprevisto, puede aportarle un grado de tranquilidad que puede serle de mucha ayuda