El taller literario como viaje pedagógico. Mónica Moreno Torres

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href="#ulink_3e2d50eb-8852-5c58-b9f5-0af86654041b">5 Algunos comentarios de los estudiantes se recogen en el anexo 6 del trabajo de grado. Véase Usma y Marmolejo (2014, p. 66).

      6 Véase Moreno (2014).

      7 Las búsquedas se realizaron en las siguientes bases de datos: ebsco, jstor, Redalyc y Dialnet, así como en diferentes hemerotecas de la ciudad. En este apartado presentamos una síntesis del marco referencial, cuya versión ampliada se puede consultar en Usma y Marmolejo (2014, pp. 24-41).

      2

      Daniel de Jesús Celis Muñoz

      Laura Liset Maestre Muñoz

      ¿Qué ocurre en el proceso de lectura de los estudiantes cuando se acercan a las adaptaciones cinematográficas? ¿Por qué se sienten más atraídos por el filme? ¿Por qué aducen que la lectura de la obra literaria en la que se inspira un filme no es necesaria? Estas tres preguntas surgieron de un proyecto didáctico investigativo con treinta estudiantes del grado octavo y veintisiete del grado quinto de primaria de dos instituciones educativas de Medellín, una pública y otra privada. El centro de interés: la articulación y las diferencias entre el cine de adaptaciones y los cuentos. La Práctica Pedagógica II asumió la lectura como experiencia estética, con base en el cine de adaptación de cuentos literarios.

      Epifanía

      ¿Qué encontramos en busca de un hecho sorprendente y una pregunta de investigación?

      El rayo de luz del proyector de video se posó sobre la pared del salón de clases. Luego, las imágenes de la película comenzaron a capturar la atención de los estudiantes. Cuando el filme terminó, uno de ellos nos dijo: “¿Por qué leer el cuento que ha sido base de la película que acabamos de ver?”. Por nuestra mente pasaron algunas explicaciones. No salíamos del asombro, pues los demás estudiantes nos seguían mirando a la espera de una respuesta.

      Este hecho nos obligó a buscar argumentos que les mostraran la importancia de ambos formatos para su formación estética. Por ello, emprendimos un camino de indagación, que nos llevó al siguiente interrogante: ¿qué ocurre en el proceso de lectura de los estudiantes cuando se acercan a las adaptaciones cinematográficas? ¿Les otorgan a estas últimas mayor significación respecto del texto literario en que se inspira el primer sistema de significación?

      Lo que está siendo vivenciado

      ¿Qué aconteció en los estudiantes y en nosotros? ¿Qué pasó con una didáctica dialógica y crítica? ¿Cómo los medios —adaptaciones cinematográficas y literatura— se convirtieron en mediaciones estéticas?

      En la mayoría de instituciones educativas, el cine de adaptación es llevado con el propósito de entretener a los estudiantes. Esto hace que los discentes no se vinculen de manera consciente con esta expresión artística, pues sus emociones y percepciones se quedan en el nivel de la opinión, olvidando sus posibilidades formativas y argumentativas.

      Algo similar ocurre con la lectura literaria como fuente de inspiración de una adaptación cinematográfica. El maestro les cuenta a los estudiantes aspectos generales de la obra, dejando de lado los saberes literarios, pragmáticos y enciclopédicos que sirven de unidades de sentido al guionista y al director del filme. Incluso, algunos abandonan las características de la obra, en busca de ocupar el tiempo de los estudiantes en ver la película.

      Lo anterior nos exigió pensar en las posibilidades didácticas de ambos soportes textuales, pues se trata de la misma historia, recreada en formatos distintos. Estos formatos, entre otros, han modificado las maneras de leer. El tránsito del libro impreso al electrónico no implica que el primero vaya a desaparecer. Ambos están abocados a los cambios socioculturales, políticos, económicos, estéticos, científicos y tecnológicos.

      Por eso, más que de oposición irreductible entre cultura audiovisual y cultura escrita, se trata de pensar en “diversos modos de leer”, los cuales se abren paso en medio del entramado plural y heterogéneo de textos y escrituras que hoy circulan (Figueroa, 2004, p. 44).

      Estas ideas nos llevaron a comprender que el cine de adaptación y la literatura no los podíamos abordar como si se tratara de dos hermanos enemistados. Cada uno tiene formas diferentes de expresar una historia y, sobre todo, de provocar emociones, que pueden diferir entre un espectador y otro, haciendo posible la emergencia de un diálogo y una vivencia estética.

      Una estudiante dijo:

      Alicia es una niña totalmente curiosa; es una chica con un genio fuerte; se conocen grandes amigos en situaciones que no esperamos; yo quiero ir a ese país desconocido por todos; yo creí que solo en las fábulas hablaban los animales (Grado 5 de primaria).

      Luego, en varias sesiones del taller, realizamos una lectura en voz alta del cuento, y mientras lo escuchaban, podían ir disfrutando de las imágenes que hacían parte del libro álbum entregado a cada uno de los equipos de trabajo.

      Algunas respuestas de los estudiantes fueron las siguientes:

      El país de las maravillas es el país que yo quiero conocer.

      El sombrerero es un hombre loco, amigable y tierno con Alicia.

      El


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