Atrévete a bucear (Color). Jaume Pinyol Martínez
TODO este material?
Evidentemente, todo no. El mundo del buceo evoluciona día a día. Constantemente aparecen nuevos productos en el mercado que a veces vienen a satisfacer una necesidad del buceador y otras vienen a crearla. Hay decenas de complementos para tu equipo, pero debes tener claro que eres –o serás– un buceador, no un árbol de Navidad sumergible. En un buceo a 15 metros a las 12 del mediodía en un fondo rocoso de aguas cálidas posiblemente será innecesario vestir un traje seco, cargar con dos focos, un carrete con 100 metros de hilo guía, un globo elevador de 50 kg y respirar de una botella de 18 litros de capacidad. Sé razonable. Un exceso de equipamiento, aparte de ridículo, genera un exceso de peso, empeora tu hidrodinámica y, en consecuencia, dificulta el avance.
Lleva contigo el material que vayas a utilizar y no te sobrecargues con elementos muy específicos e innecesarios. Antes de cada inmersión determina cuáles serán tus necesidades.
Cuidados del material
Todo el material que te acabamos de presentar debes cuidarlo adecuadamente por muchos motivos. El primero y más importante porque a él confías tu seguridad durante toda inmersión. Lo cierto es que es harto improbable que partes vitales del equipo, como por ejemplo el regulador, fallen. Están diseñados a toda prueba. De todos modos, hay disfunciones menores que te pueden incomodar mucho durante una inmersión sin llegar a generar una situación de peligro; unas incidencias que se evitan con un buen mantenimiento del equipo. Una cremallera deteriorada se puede abrir en plena inmersión inundándote el traje. Posiblemente no pasará nada, pero la sensación de frío te incomodará notablemente. Sólo falta que encima tengas que hacer alguna parada de descompresión. Las tiras de sujeción de la máscara son muy resistentes, pero, si no la cuidas, una pequeña muesca se puede convertir en una rotura.
Un material bien conservado evita sobresaltos bajo el agua por un posible mal funcionamiento.
Endulzar todo el equipo es el punto y final de una inmersión.
Desalar tu equipo es prolongar su vida y su efectividad.
En el mejor de los casos, debes poner punto y final a una inmersión que, quién sabe, podría producirse en pleno avistamiento de delfines.
Y claro está, hay las razones puramente económicas. Mantener en solfa tu equipo alargará su vida útil. Por todo ello, mima con cariño tu equipo de buceo.
Se trata de un cuidado elemental que pasa por un enjuague abundante de todo el equipo con agua dulce después de cada inmersión. El material de buceo está especialmente diseñado para trabajar en un medio tan corrosivo como el agua marina, pero eso no evita que quede impregnado de cristales de sal. Endulzar el equipo soluciona la cuestión. En cuanto al jacket, no olvides también desalar su interior. A menudo, sobre todo si hemos ajustado al mínimo los kilogramos de plomo de nuestro cinturón –como debe ser–, cuando vaciamos totalmente el jacket para hundirnos, es fácil que se introduzca algo de agua de mar por la tráquea en su interior. Para eliminarla totalmente, al desalar el jacket introduce a través de la tráquea agua dulce y posteriormente, vacíalo.
Evita también golpear accidentalmente tu equipo cuando lo transportes, sea metido en la bolsa o mientras lo embarcas. Ten un cuidado especial con los elementos con tendencia a pendular como los manómetros, profundímetros u ordenadores que se sitúan al extremo de algunos manguitos. Más de uno ha visto cómo su consola golpeaba violentamente contra el muelle al descargar la botella aún montada en el jacket. Cuando transportes tu botella, recoge los manguitos que cuelgan y, enrollados, sujétalos para evitar que oscilen de un lado a otro descontroladamente.
Más precauciones. Estiba bien el equipo durante la navegación y evita largas exposiciones al sol. Un material húmedo metido en su bolsa en el interior de un maletero de un coche al sol tampoco hará ningún bien.
El regulador es un elemento que merece un trato especial. Endúlzalo generosamente, pero tomando ciertas precauciones. Primero, asegúrate de que está bien puesto el tapón que protege la primera etapa. Es muy importante evitar que el agua se introduzca en el interior del regulador, puesto que podría dañar su interior. Y segundo, durante el endulzamiento nunca purgues la segunda etapa. De hacerlo, el agua entraría en el interior del manguito y acabaría igualmente en la primera etapa. Una última consideración sobre el almacenaje de tu regulador. Cuando lo vayas a guardar hasta la próxima inmersión, hazlo sin el tapón de la primera etapa. En el caso hipotético de que se haya introducido algo de humedad, ésta desaparecerá si lo mantienes destapado. De lo contrario, una gota de agua atrapada podría perjudicar sus mecanismos internos.
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Toma precauciones para que los elementos colgantes de tu equipo no golpeen contra nada. |
Asegúrate de poner el tapón protector de la primera etapa cuando vayas a endulzarlo.
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Cuando se seque y no lo utilices, almacena la primera etapa sin el tapón. |
Pero el cuidado del regulador va más allá del simple endulzamiento después de cada inmersión y un buen almacenamiento. Una vez al año debes llevarlo a un técnico autorizado para que efectúe una revisión de sus mecanismos internos, el cambio de juntas y el tarado, si procede, del flujo de aire que suministra. Muchos buceadores acostumbran efectuar la revisión de su regulador a las puertas de la temporada, pero es más aconsejable realizarla al final de la temporada de buceo. De este modo, el regulador “hiberna” limpio y se evita que el posible salitre acumulado perjudique el regulador durante los meses en que no se usa.
El traje de neopreno es otro componente del equipo que también precisa algún pequeño cuidado. Al margen del correcto endulzamiento, es interesante no doblarlo cuando lo vayas a guardar hasta la próxima inmersión. Colgado en una percha o, mejor, guardado en posición horizontal, conseguirás que se seque completamente todo resto de humedad que pueda tener, a la vez que evitarás un pliegue en la cremallera. Por cierto, cuando guardes el traje, hazlo con la cremallera abrochada y de vez en cuando, aplica un poco de grasa de silicona. Mejorará su estanqueidad y su resistencia.
Un técnico especializado debe revisar anualmente tu regulador.
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