Atrévete a bucear (Color). Jaume Pinyol Martínez
1943, Emile Gagnan y Jacques Yves Cousteau probaron en aguas de la Costa Azul su “Aqualung”, su regulador a demanda que abrió de una manera definitiva el mundo submarino al buceo deportivo con una escafandra autónoma.
La botella no es más que un recipiente lleno de aire a presión. Suelen ser de acero o aluminio, aunque también las hay de carbono, materiales muy resistentes capaces de soportar la gran presión que el aire ejerce en su interior. Pueden ser de cualquier tamaño, pero para la práctica del submarinismo las más usadas son las de 12 ó 15 litros. A mayor tamaño, mayor capacidad para almacenar aire y mayor duración de las inmersiones.
Pero el aire que cargamos en nuestra botella es aire a muy alta presión y el regulador es el encargado de suministrarlo a nuestros pulmones a la presión adecuada. ¿Y qué presión es esa? Pues depende de la profundidad. A más profundidad, nuestro cuerpo está sometido, sin notarlo, a más presión del agua que lo rodea. La ecuación es fácil: debemos respirar aire a la misma presión que soporta nuestro organismo. Y eso, simple y llanamente, es lo que hace el regulador: nos suministra aire a la presión correcta. Hay diferentes tipos de reguladores y, por sus prestaciones, los podemos dividir en buenos y mejores. Como en tantas otras ocasiones, la economía y el uso que vayas a hacer de tu equipo de buceo condicionarán tu compra.
Las botellas, verdaderas mochilas de aire.
Con un equipo de buceo podemos explorar cualquier lugar.
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Conexión INT. |
Conexión DIN.
Como el resto de tu equipo, después de una inmersión en el mar debes endulzar tu regulador para eliminar los cristales de sal marina que a la larga podrían acortar su vida útil. Al hacerlo, evita que entre agua en el interior de la primera etapa usando el tapón que para tal efecto se suministra.
Lo que debes saber de tu regulador es que consta de dos partes o etapas. Lo que llamamos primera etapa es el armazón más rígido y pesado mediante el cual se une a la grifería de la botella. Hay dos tipos de conexiones, la llamada internacional y la DIN. Escoge sin temor cualquiera de ellas. La de uso más extendida es la internacional, aunque también es cierto que, si te fijas en los equipos de buceadores expertos, la gran mayoría utilizan conexiones DIN. Tú mismo. Escojas lo que escojas, acertarás. Te lo repetimos. En el mercado no hay material malo.
En esta primera etapa de tu regulador veras que hay unos tornillos que se pueden sacar con una llave “allen”. Son las llamadas salidas de aire, que pueden ser de alta o de baja presión. En una de alta presión conectarás un manómetro que te indicará en todo momento el aire que queda en la botella. En una de baja presión, por ejemplo, conectarás un latiguillo que te permitirá llevar aire a tu jacket para hincharlo cuando quieras. El tamaño y el paso de rosca de las dos salidas son diferentes para que no haya posibilidad de error. Además, no debes preocuparte en absoluto porque, si lo de manipular herramientas no va contigo, en el momento en que compres tu material sin ningún tipo de duda el vendedor te conectará los latiguillos correctamente.Es una operación rápida que se hace en pocos minutos.
La segunda etapa del regulador.
La segunda parte de tu regulador es la llamada segunda etapa. Es la más fácilmente identificable porque es la parte que te llevas a la boca para respirar. En su extremo hay una boquilla que se adapta a tu boca por la que respiraras cómodamente el aire proveniente de la botella. Cuanto más ligera de peso sea la segunda etapa de tu regulador, más cómodamente lo sujetarás en la boca durante la inmersión. Esta segunda etapa va unida a una de las salidas de baja presión de la primera etapa del regulador mediante otro latiguillo.
Una primera etapa con dos segundas etapas y el latiguillo del jacket. El octopus. Se parece a un pulpo, ¿no?
Doble regulador, doble seguridad.
Podríamos contar una docena más de consideraciones sobre los reguladores. Los hay de diferentes tipos, que trabajan internamente de manera diferente. Algunos preparados para bucear en aguas sucias, otros especiales para aguas muy frías. Oirás que los hay de pistón simple, de pistón compensado, de membrana,… Todo un mundo que, si lo conoces, mejor que mejor, pero que no es imprescindible para bucear. Desconocer el sistema de inyección de tu coche no es, afortunadamente, ningún impedimento para conducirlo. Del mismo modo que llevas tú coche a la revisión cuando es necesario, también llevarás tu regulador a revisar anualmente para que siempre esté en perfecto estado de funcionamiento.
Una última consideración sobre tu regulador. Por ley, pero sobre todo por seguridad, todo buceador está obligado a llevar en sus inmersiones dos segundas etapas. Como todas las primeras etapas están equipadas con varias salidas de baja presión; es tan sencillo como usar dos para adaptar dos segundas etapas con su correspondiente latiguillo. Esta segunda etapa de seguridad la llamamos octopus. Su motivo de ser es tener una fuente de aire de reserva, no para ti, sino para tu compañero. Del mismo modo, en el caso improbable de una deficiencia en el funcionamiento de tu regulador o de que por algún motivo te quedase poco aire en tu botella, sabes que tu compañero también lleva de reserva una segunda etapa que podrás utilizar. Seguridad ante todo. Algunos buceadores más precavidos en vez de utilizar una primera etapa y dos segundas etapas, prefieren utilizar directamente dos reguladores independientes con su correspondiente primera y segunda etapas. Todo es una cuestión de economía.
El buceo, una experiencia sensitiva. Bucear para ver
El buceo es un deporte contemplativo aunque no pasivo. Un submarinista se sumerge en el fondo del mar para observar, para mirar, para ver, para dejar seducirse por los colores, las formas, la vida animal y vegetal; en definitiva, por todo lo que le rodea. El buceador es, básicamente, un mirón. Lo que hay que oír… Por este motivo, porque la vista es el principal sentido que nos permite percibir el mundo submarino, tómate tu tiempo cuando vayas a escoger la máscara. No tengas prisas.A través de tu máscara vas a sentir toda la magia de la vida marina, así que vale la pena valorar los pros y los contras de cada modelo.
Diseño y efectividad. Una máscara para cada submarinista.
Antes de estrenar una máscara nueva deberás eliminar los restos grasos que cubren los cristales fruto del proceso de fabricación. La manera más práctica de hacerlo es untarlas con pasta de dientes. Posteriormente se enjuagan y quedaran perfectamente límpias y a punto para estrenar.
Otra opción, también útil pero más delicada, es acercar brevemente la llama de un mechero por toda la superficie del cristal. El calor eliminará las grasas, pero cuidado, si te descuidas podrías dañar la máscara
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