Atletismo. Vitaliy Polischuk
de rapidez de los atletas. Como ejemplo, podríamos mencionar la utilización de mecanismos especiales de lastre que permiten al deportista aumentar la velocidad con un 5-20% de superación respecto a la obtenida bajo condiciones habituales. Con ello, el deportista realiza un movimiento con la máxima intensidad, en concordancia con las nuevas marcas, pero con un nivel más elevado de velocidad.
En la manifestación de las cualidades de velocista del atleta, contribuye una motivación psíquica adecuada llevada a cabo antes del entrenamiento, utilizando métodos de competición y de juegos durante la realización de diversos ejercicios creados bajo un microclima de competición.
Más adelante se exponen las exigencias básicas de los diversos componentes de carga (el carácter y la duración de los ejercicios, intensidad del trabajo durante su realización, duración y carácter del descanso entre los ejercicios, cantidad de repeticiones, etc.) que hay que tener en cuenta durante el proceso de preparación de velocidad de los atletas.
Es sabido que para el aumento de las posibilidades de velocidad de los deportistas se aplican diferentes ejercicios de preparación general, especial y ejercicios de competición. Por ello, cuanto mayor sea el nivel del deportista, más deberán utilizarse ejercicios de competición y de preparación especial que garanticen un perfeccionamiento global de las cualidades de velocidad con arreglo a la realización de diversos métodos y procedimientos que constituyen el contenido de su actividad competitiva.
Una de las exigencias básicas para los ejercicios de velocidad es conseguir que los deportistas sean capaces de asimilarlos. Cumpliendo esta condición, el deportista será capaz de concentrar su atención y capacidades volutivas en la velocidad de ejecución de los ejercicios, en vez de en la técnica.
La duración de los ejercicios en el proceso de preparación de velocidad del atleta se determina por su carácter y por su indispensabilidad de garantizar un nivel elevado de aptitudes de velocidad en la ejecución de dichos ejercicios.
Para el perfeccionamiento de unos u otros componentes de las aptitudes de velocidad (por ejemplo, el tiempo de reacción, de velocidad de cada movimiento) se efectuarán ejercicios especiales, muy breves, de duración de menos de 1 segundo, y en caso de diversas repeticiones de los ejercicios, no se sobrepasarán los 5-10 segundos. Los ejercicios breves (hasta 5-10 seg) sirven para perfeccionar las habilidades de velocidad durante la ejecución de algunos métodos pertenecientes a las modalidades de fuerza-velocidad y de coordinación compleja de atletismo. Durante el trabajo para aumentar el nivel absoluto de velocidad en distancias de tipo cíclico (carreras, marcha atlética) la continuación con ejercicios concretos puede oscilar entre intervalos más amplios de 5-6 segundos hasta intervalos de 1 minuto o más.
Para la planificación del trabajo intensivo o de la de velocidad en tramos y distancias, es indispensable partir de la idea que el trabajo de entrenamiento debe influir en el organismo del atleta de tal modo que estimule unos cambios de adaptación que residen en una peculiar manifestación de las cualidades que en su totalidad determinan el nivel de sus posibilidades de velocidad. A todo ello contribuye, en mayor medida, la alta, incluso, hasta máxima, intensidad de los ejercicios.
El atleta, durante la realización de los ejercicios de velocidad, como ya habíamos mencionado anteriormente, debe hacer todo lo posible para garantizar un nivel de manifestación de velocidad a cuenta de la movilización máxima de sus fuerzas, conforme a sus aptitudes morfológicas de velocidad y amplitud de movimientos.
No obstante, la preparación de velocidad de los atletas no puede solamente limitarse a ejercicios que giren entorno a una velocidad límite o próxima al límite; el perfeccionamiento de los diversos tipos de aptitudes de velocidad debe complementarse con ejercicios de intensidad menor. De este modo, para el perfeccionamiento de la velocidad, ejecutando un solo movimiento, es oportuno utilizar ritmos variados empezando por un ritmo moderado, con un 30 o 40% de las posibilidades máximas del deportista en cuestión, y prosiguiendo con un 85-95% de las posibilidades máximas hasta llegar al límite. Al finalizar cada movimiento es indispensable relajar los músculos.
Durante el perfeccionamiento de la frecuencia de movimiento, los ejercicios deben realizarse a un ritmo de moderado a máximo.
Para el perfeccionamiento de la velocidad de reacción, es necesario realizar un movimiento con la mayor velocidad posible y; la atención del deportista debe concentrarse al máximo al llevar a cabo los elementos iniciales de movimiento como respuesta a la señal recibida. Como señal suelen utilizarse diversos tipos de detonantes que pueden ser sonoros, táctiles o luminosos y a los que se les variará constantemente el orden, la señal y el ritmo de modo alternativo.
La gran variedad de ejercicios aplicados, condiciones de su ejecución, intensidad de trabajo (sin olvidar en la preparación un volumen de medios que necesitan la movilización máxima de las cualidades de velocidad) representa uno de los requisitos indispensables para el aumento sistemático del nivel de posibilidades de velocidad de los atletas y para la aparición preventiva de “la barrera de velocidad” que se afirma como un estereotipo riguroso que delimita las ulteriores posibilidades de aumento de la cualidad de velocidad del deportista.
Durante el desarrollo de la cualidad de velocidad del atleta, la duración de las pausas debe plantearse necesariamente de tal forma que al principio del ejercicio habitual se aumente la excitación del sistema nervioso central del deportista y que los cambios físico-químicos del organismo del deportista estén ya, en la medida de lo posible, neutralizados. Si las pausas son más cortas, entonces en el organismo se produce una rápida, pero relativa, acumulación de elementos de desintegración que conduce a la disminución de las aptitudes para el trabajo del atleta en los ejercicios habituales. La posterior continuación del trabajo, bajo estas condiciones, será, básicamente, aumentar el rendimiento anaeróbico (glucolítico) más que perfeccionar las posibilidades de velocidad.
En el proceso de preparación de la velocidad del atleta, el intervalo entre pausas aumenta considerablemente. Su duración depende de la coordinación de la dificultad de los ejercicios, del volumen de los músculos que participan en el trabajo durante la realización de un ejercicio en concreto, de la continuación de los ejercicios y de la intensidad del trabajo durante su realización.
Entre los ejercicios más difíciles, en cuanto a coordinación se refiere, y que están relacionados con una alta carga en el sistema nervioso central, las pausas deben ser más continuadas que entre los ejercicios más simples y de fácil asimilación por los deportistas. Entre los ejercicios de velocidad de carácter local, que invierten en el trabajo menos del 30% de la masa muscular del deportista, las pausas deben ser más cortas que entre los ejercicios de carácter parcial que invierten en el trabajo hasta el 60% de la masa muscular, o que entre los de carácter global, con la participación en el trabajo de más de un 60% de la masa muscular.
Las pausas, en los ejercicios locales de corta duración -menos de 1 segundo-pueden ser de unos pocos segundos.
Los ejercicios de velocidad prolongada como, por ejemplo, las carreras de 100 y 200 m, y que incorporan al trabajo un mayor volumen muscular, pueden exigir un descanso de larga duración, de 2 a 3 minutos llegando incluso a 8-10 minutos o más.
Durante los ejercicios de un mismo tipo, la disminución de la velocidad durante su realización está en conexión con una aminoración del descanso. Esta dependencia no supone un carácter lineal ya que incluso una menor disminución de la velocidad permite reducir considerablemente las pausas entre los ejercicios.
La realización periódica de ejercicios de 5 a 30 segundos con largos intervalos de descanso de hasta 10-20 minutos, favorece el aumento de nivel de la velocidad de los deportistas. La particularidad que diferencia estos ejercicios de otros, radica en el hecho que durante su ejecución el deportista tiene la misión de obtener récords que muestren sus índices de velocidad.
Durante los descansos entre dichos ejercicios, está planificado un tratamiento tonificante