Familias en la modernidad: una mirada desde Villavicencio. Milcíades Vizcaíno Gutiérrez

Familias en la modernidad: una mirada desde Villavicencio - Milcíades Vizcaíno Gutiérrez


Скачать книгу
o convivencia permanente. Los casos desviados del modelo estándar han crecido de tal forma que atentan contra el carácter excepcional o marginal que se les ha otorgado en la literatura y en las estadísticas. De esta misma forma, el modelo de familia nuclear ha sufrido quiebres y fracturas no solo en la realidad de la vida social, sino en los conceptos que evocan esa realidad. Aquí se presenta una dificultad que se refiere, en el contexto explicado arriba, al tránsito del primer nivel de significación en la cotidianidad al segundo nivel de los conceptos otorgados por el investigador.

      Relacionado con los conceptos anteriores se encuentra, por ejemplo, el de madre soltera. Hace cincuenta años, o antes, el término estaba asociado a la idea de una madre no casada, con padre ausente en la relación y en la convivencia. En algunos contextos se le cargaba de atribuciones de mala conducta, de reprochable reputación, de vergüenza para la mujer y su familia (sus padres y hermanos), y era, por tanto, objeto de sanción social, de estigma y de separación del núcleo de convivencia (Goffman, 1980). En la actualidad, la idea de madre soltera se vincula con la noción de familia monoparental, con orígenes diversos, como madre casada pero separada, madre no casada pero con hijo o hijos, con viudez, con desaparición de su compañero, con uso de tecnologías médicas, con inseminación artificial, con opciones por fuera del matrimonio tradicional. También se encuentran casos de monoparentalidad encubierta por razones económicas, sociales, políticas o culturales, las cuales, en todo caso, no hacen visible el registro oficial ante el Estado ni la legitimación traslúcida ante la sociedad. La familia es una de esas instituciones que se inscriben dentro de la sociedad líquida, con un mundo líquido y un amor líquido, alimentados por una modernidad líquida (Bauman, 2001b; 2003a; 2005a).

      La realidad social es proveedora de un abanico de variantes que muestran una diferenciación de formas de convivencia ricas en decorados diversos. Las implicaciones de esta diferenciación conceptual y de relaciones entre seres humanos se extienden hasta el Estado, que debe responder con políticas públicas y con servicios tanto eficientes como eficaces ante la complejidad de las variantes. Desde la función de llevar el registro estadístico sobre la dinámica de la estructura y la organización familiar, salta a la vista la exigencia de reacomodación de los conceptos para adecuarlos a las manifestaciones de la realidad. Todavía nos encontramos en una fase de transición en la cual se debe forzar lo nuevo para que encaje en los moldes viejos.

      En conclusión, hay necesidad de abrir el abanico de conceptos para capturar la variedad de formas que ha tomado la familia. Tanto las entidades encargadas de las estadísticas de familia como aquellas que diseñan o ponen en ejecución políticas públicas y las que evalúan los procesos sociales han de estar vigilantes a los cambios que la realidad de primer nivel ofrece para los análisis de segundo nivel. De esta forma, las ciencias sociales lograrán un sentido de realidad más definido y útil, no solo para alcanzar un conocimiento coherente con la realidad, sino aplicable en la dinámica de los cambios.

      Los elementos que estructuran el marco teórico propuesto producen convergencia alrededor de lo que se ha elaborado como sistemas de creencias; representaciones colectivas y sociales; imaginarios; conocimiento cotidiano; sentido común; lenguaje, y prácticas sociales construidos por sujetos ubicados en un contexto determinado histórico, social y culturalmente. Esta convergencia ha de ser tomada con precaución. Si se adopta una perspectiva estructural, el análisis permite la integración de actitudes y representaciones sociales con las categorías mencionadas por estar vinculadas a sistemas de valores que mueven comportamientos y dan fuerza a las relaciones entre sujetos (Parales y Vizcaíno, 2007). Esto es lo que permite contar con una dinámica en instituciones como la familia, que es el objeto de estudio.

      Sin embargo, no se puede ser tan absoluto, debido a que se restringen otras perspectivas. Por ejemplo, si se conciben las actitudes y las representaciones sociales a partir de esquemas, habría que abordar implicaciones epistemológicas, como aquella que plantea que al centrar el análisis en un paradigma mentalista de la cognición social, se podría desconocer el papel que juega la historia y la cultura, que son los acentos de otros modos de acceder al conocimiento.

      Las representaciones sociales, y por esta vía las categorías vecinas, pueden llevarse a un núcleo central como esquemas cognitivos muy similares a los esquemas propuestos en la psicología social. Queda claro, en este punto, que en la concepción de esquema las representaciones sociales son vistas como una organización de elementos cognitivos que orientan el comportamiento. Entretanto, en la perspectiva de la cognición social, tanto actitudes como las representaciones sociales comparten principios de la psicología de la Gestalt, por sustentarse en mecanismos cognitivos convencionales. Si se conciben las representaciones sociales y las actitudes como esquemas con historia, las actitudes pueden considerarse componentes de las representaciones sociales. La estructura que ellas presentan es la de una creación colectiva y no una organización mental. Así se comprenden como estructuración de creencias en el contexto en que ellas se producen (Parales y Vizcaíno, 2007). Esta es la dirección analítica que se propone para desarrollar el proyecto de investigación.

      Sin embargo, esta es una aspiración no siempre fácil de alcanzar porque la familia se desenvuelve en un entorno tormentoso, fruto de las transformaciones que la modernidad globalizada produce en este momento de la historia. El capítulo siguiente presenta un panorama de los cambios más significativos que afectan a las familias.

      1 Las voces negativas sobre el papel de la familia vienen de un pasado remoto, desde Platón pasando por Auguste Comte y John Watson hasta Bertrand Russel. En los Estados Unidos, en el siglo pasado, los análisis de William Ogburn, Pitirim Sorokin, Barrington Moore y Urie Bronfenbrenner fueron una continuidad. Algunos pusieron fecha para el final de la familia: para Amitai Etzioni sería en 1993. Con reservas fundadas se manifestaron Alain Touraine, Gilles Lipovetski y Pierre Bourdieu. Frente a los pesimistas, hubo voces optimistas, entre ellas las de Alice Rosis y la de Edward Klain, y las de Ulrich Beck y Elisabeth BeckGernsheim. En la España contemporánea, la sociología tiene sus representantes optimistas en Luis Flaquer, Julio Iglesias de Ussel y Salustiano del Campo Urbano. En América Latina, Elisabeth Jelin, Bernardo Kliksberg, Mayra Buvinic, Irma Arriagada. En Colombia, algunos pocos ejemplos son los de Virginia Gutiérrez de Pineda, Elssy Bonilla, Guiomar Dueñas, Yolanda Puyana, Magdala Velásquez, Suzy Bermúdez, Rosa Bernal y Luz Gabriela Arango.

      2 Se refiere la autora al constructivismo de Berger y Lukmann, a la etnometodología de Harold Garfinkel y a los trabajos de Sachs, Schegloff y Jefferson sobre el saber conversacional.

      Las familias agitadas por los cambios

      Families agitated by the changes

      Resumen

      Los cambios que mueven las estructuras generan remolinos que se llevan consigo a las organizaciones y las instituciones. No queda nada en pie, todo queda sensible o profundamente afectado, nadie queda a salvo. Las organizaciones, públicas o privadas, de la economía o de la cultura, de la estructura social o de los movimientos reivindicativos, han sido tocadas fuertemente por los cambios que presenta la sociedad actual. Este capítulo está dedicado a hacer un repaso por esos cambios y, en especial, por aquellos que afectan de una manera inexorable a la familia como institución centenaria. A pesar de que Villavicencio es una ciudad nueva, ha entrado recientemente y de una manera acelerada en los cambios que la modernidad y la modernización le han presentado, y frente a los cuales no ha tenido alternativa distinta a verse involucrada en estos. La revolución demográfica y la caída del patriarcalismo han sido factores fundamentales en las transformaciones de las familias. Este capítulo está focalizado en atender estos asuntos.

      Palabras clave: cambio cultural, cambio social, familias, patriarcalismo, revolución demográfica, Villavicencio.

      Abstract

      The changes that move the structures generate whirlpools that take organizations and institutions with them. There is nothing left standing; everything is sensitive or deeply affected; No one is safe. The organizations, public or private, of the economy or the culture, of the social structure


Скачать книгу