La electroestimulación. Joan Rodríguez Barnada

La electroestimulación - Joan Rodríguez Barnada


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8.3. Modelos de entrenamiento de electroestimulación en el fútbol

       9. Ejemplos para 45 diferentes especialidades deportivas

       10. Mapa corporal de la ubicación de los electrodes para la electroestimulación

      PARTE

      1

      1. Introducción

      En la actualidad se está empezando a incorporar a los entrenamientos de cualquier deportista una nueva técnica: la electroestimulación neuromuscular (EENM).

      Como cualquier método de entrenamiento que se utiliza por prime-ra vez, se corre el riesgo de no medir bien las cargas, la frecuencia de los entrenamientos, los descansos entre sesiones, entre grupos musculares, etc.

      Con este libro queremos aportar una guía práctica para que el deportista y el entrenador conozcan perfectamente los diferentes parámetros de la electroestimulación y sepan interpretar qué están haciendo cuando están utilizando un programa de fuerza, uno de hipertrofia, uno de capilarización, etc.; en qué momento de la temporada es mejor utilizar un programa u otro; de qué manera se debe combinar dentro de la sesión de entrenamiento, y todos los datos que necesita el entrenador para programar los entrenamientos.

      A lo largo del libro proporcionaremos ejemplos de utilización de los diferentes programas y en los diferentes momentos de la temporada de un deportista, así como de la combinación de trabajo voluntario y electroestimulación (hay muchas maneras de hacerlo), y pondremos ejemplos para diferentes deportes.

      En definitiva, intentaremos que el entrenador y el deportista se familiaricen con esta técnica de entrenamiento y que sepan qué están haciendo y por qué, y de igual manera que se planifican unas series de 1.000 metros a unas pulsaciones determinadas y con un descanso concreto, o se levantan unos kilogramos en el gimnasio repartidos en unas series y repeticiones concretas, sea posible programar un entrenamiento de fuerza máxima, incorporando la electroestimulación a la sesión de entrenamiento.

      De este modo, expondremos una introducción sobre las bases fisiológicas de la electroestimulación pero sin aburrir con fórmulas matemáticas ni leyes de electrofisiología, ya que no es esto lo que se pretende, sino disponer de un libro eminentemente práctico y de consulta.

      2. Evolución de la utilización de la electroestimulación en el deporte

      Hasta hace pocos años la EENM era una técnica utilizada sobre todo por los fisioterapeutas, que la empleaban para recuperar músculos atrofiados después de largos períodos de inactividad (después de una opera-ción, un tiempo con escayola, etc.) y en otras aplicaciones terapéuticas, pero sin un objetivo de mejora del rendimiento.

      Esta técnica se empezó a utilizar como método de entrenamiento en la antigua Unión Soviética. En la década de 1960, en la Academia de las Ciencias del Deporte de Moscú, bajo la dirección del profesor Kotz, la EENM dio a éste una gran popularidad entre sus deportistas. Los resultados fueron muy esperanzadores, a veces incluso demasiado espectacu-lares... En algún caso se lograron mejoras de fuerza en un deportista del 35% en 3 semanas, lo que parece improbable. Más bien se supone que sería de alrededor del 5-10%, lo que ya sería considerable. Después fue utilizada también en países del Este como la República Democrática Alemana con bastante éxito.

      La EENM tuvo unos años de importante aplicación, pero, debido a una tecnología deficiente, los deportistas eran sometidos a auténticas sesiones de tortura, motivo por el cual no tuvo una rápida expansión. En un capítulo posterior abordaremos los diferentes tipos de impulso y cómo debe ser el impulso óptimo. En 1979 el fisiólogo McDonnell (1), que hacía numerosos estudios sobre los mecanismos de la limitación del rendimiento muscular, todavía consideraba la EENM como: “imposible de aplicar a causa de los altos voltajes necesarios y a la imposibilidad de realizar contracciones tetánicas”. Afortunadamente los progresos de la electrónica y la llegada de los microprocesadores han permitido cambiar radicalmente la situación. Actualmente se pueden encontrar electroestimuladores de alta calidad que producen contracciones muy potentes y cómodas, aunque hay que ir con cierto cuidado, ya que los electroestimuladores no son aparatos que hacen adelgazar por sí solos ni muchas de las cosas que se prometen en cierto tipo de publicidad.

      A finales de los años 1980, con la aparición de la electroestimulación de calidad y portátil, se empiezan a utilizar algunos aparatos médicos, más concretamente algunos programas que tenían estos aparatos para ganancia de fuerza y fuerza explosiva, con el fin de que el deportista los incorpore a su rutina de entrenamiento, igual que el entrenamiento de pesas voluntario.

      En el año 1996 aparece el primer electroestimulador pensado para el deportista, con los programas ideados para sus necesidades (Compex Sport 1, Compex S.A, Ecublens, Suiza). Lógicamente fue el deportista de competición el primero en utilizarlo y actualmente existen aparatos para todas las personas con los programas adaptados al deportista de competición, al deportista de ocio o a quien quiere estar en buena condición física con el único objetivo de encontrarse mejor.

      REFERENCIAS

      1. McDonnell (1979). Direct stimulation of the adductor pollicis in man. J Physiol 300, 2-3.

      3. La ley fundamental de la electroestimulación

      Como hemos comentado con anterioridad, no explicaremos las fórmulas matemáticas de las leyes de la electrofisiología, ya que no es el objetivo de este libro, aunque sí adjuntamos la bibliografía necesaria para quien quiera conocerlas y profundizar más en el tema.

      Cuando hacemos una contracción de forma voluntaria, el cerebro emite una orden, que se llama potencial de acción. Ésta se propaga a gran velocidad a lo largo del nervio motor, invirtiendo la polaridad de las células que atraviesa. Al final del recorrido, gracias a un neurotransmisor (la acetilcolina), la información se encamina al interior de la célula muscular y desencadena una sacudida muscular. La electroestimulación es una técnica que consiste en producir potenciales de acción (PA) sobre las células excitables (nerviosas o musculares) a través de un impulso eléctrico haciendo lo mismo que hace el cerebro.

      Desde principios del siglo XX se conocen las leyes fundamentales que rigen la excitación de las células nerviosas y musculares por impulsos eléctricos. Estas leyes fueron descubiertas y comprendidas por los eminentes fisiólogos franceses Lapicque y Weiss (1,2), quienes lograron, gracias a ingeniosas experiencias, poner en forma matemática la relación entre la cantidad de corriente y la duración necesaria de la aplicación de ésta para provocar excitaciones en los nervios motores. Más recientemente, Hill (3) permitió una comprensión todavía mejor del fenómeno. Sin embargo, teniendo en cuenta los medios de la época, únicamente se podía esperar obtener una respuesta muscular débil, asociada a dolores violentos y quemaduras.

      Electroestimular una fibra nerviosa se resume, pues, en reducir en un punto de la membrana el potencial de reposo hasta un valor medio de una corriente eléctrica aplicada sobre la piel. La primera cuestión que se plantea, por supuesto, es la elección de la corriente estimulante. ¿Qué tipo de corriente vamos a utilizar? Evidentemente debe utilizarse un solo tipo de corriente: la que es capaz de reducir el potencial de reposo hasta el valor umbral y que es la más cómoda para el deportista. Dicho de otra manera, los parámetros eléctricos de esta corriente tienen que ser mínimos: ¡su intensidad, su energía y su duración han de ser lo más débiles posible!

      Por lo tanto necesitaremos, para encontrar las características de la corriente óptima, conocer la ley fundamental a la que debe responder.

      A finales del siglo XIX y principios del XX unos célebres fisiólogos llamados Weiss, Hoorweg, Du Bois Reymond y Lapicque, gracias a notables experiencias


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