Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller

Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor) - Fernando Lampre Vitaller


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arrugas puesto que se pueden producir ampollas en las zonas de rozamiento.

      Respecto al uso de uno o dos calcetines, no existe una opinión unánime. En general y si nuestras botas son de la talla adecuada, bastará con un calcetín, pero en ocasiones puede ser necesario llevar un calcetín interior más fino. En casos de frío extremo podemos llevar un calcetín interior sintético y uno exterior de lana.

      La vestimenta del excursionista y en especial del practicante del montañismo ha cambiado mucho en los últimos tiempos. No hace demasiados años podíamos ver por la montaña a intrépidos pioneros que se desplazaban con su jersey de lana gruesa, su camisa de cuadros y sus pantalones de pana bávaros. La nostalgia de esta imagen, reconociendo el mérito que tenía aventurarse en condiciones extremas con menos recursos, está hoy en día superada por la gran disponibilidad de prendas especializadas y materiales novedosos.

      La investigación de nuevos tejidos está en constante evolución, mejorando sus prestaciones. Sin embargo, la ingente cantidad de materiales y el bombardeo de información a que estamos sometidos hacen que en muchas ocasiones no sepamos qué prendas son las más convenientes para nosotros.

      El primer criterio que debemos aplicar a la hora de elegir nuestra ropa es: ¿para qué la vamos a utilizar? Si solamente pensamos hacer excursiones en verano, no va a ser necesario que compremos los mejores materiales que nos aíslen del frío. Hay que elegir la ropa en función de nuestros objetivos, si bien es verdad que unas buenas prendas nos van a ser útiles cuando empeore el clima.

      El segundo criterio es la polivalencia. Lo ideal es que el menor número de prendas nos sirvan para el mayor número de actividades. Esta máxima no siempre podemos cumplirla, bien porque hay prendas más específicas para ciertas actividades, bien porque los propios fabricantes tienden a fomentar el uso de una prenda distinta para cada actividad.

      Otros criterios para elegir nuestras prendas son su duración y resistencia, sus prestaciones en condiciones fuera de lo normal y, por supuesto, el precio. Dado que son prendas relativamente caras, hemos de procurar que tengan una adecuada relación entre su calidad y su precio. Es interesante que comprobemos que sean prendas homologadas y hayan pasado los correspondientes controles de calidad; y que sigamos al pie de la letra las instrucciones para su cuidado y mantenimiento. No nos hemos de olvidar de los gustos propios y las características personales, como nuestra constitución, la predisposición a padecer frío o a sudar, etc., que nos inclinarán hacia un tipo u otro de prendas.

      Para protegernos de las condiciones climatológicas adversas, se ha comprobado que es más eficaz llevar varias capas de ropa fina que una única capa de ropa gruesa. Cada una de las capas ha de tener unas características concretas, contribuyendo todas ellas a evitar la pérdida de calor del cuerpo, mediante la creación de una cámara de aire entre ellas, y a permitir una correcta transpiración.

      La cantidad de capas que llevemos dependerá del clima. La gran ventaja del sistema de capas múltiples es que podemos quitarnos o ponernos capas según nuestras necesidades, favoreciendo la comodidad durante nuestro desplazamiento. Normalmente, respecto al tronco y a las extremidades superiores, distinguiremos tres capas.

       Primera capa

      Es la que está en contacto con la piel; actúa como primera barrera que impide la pérdida del calor y elimina el sudor y la humedad, permitiendo que la piel esté seca. Esta primera capa es la que en verano nos protegerá del sol o de los roces y arañazos.

      Los tejidos que mejor nos facilitan la eliminación del sudor son las fibras sintéticas, especialmente el poliester, polipropileno o la clorofibra, que se utilizan en diversas proporciones según los fabricantes. Las prestaciones de todas ellas son similares, pero superiores a las del algodón. Éste es uno de los tejidos usados tradicionalmente que absorbe la humedad pero la retiene, por lo que puede contribuir a enfriar el cuerpo. Está especialmente desaconsejado en invierno o con temperaturas frías.

      Si nos vamos a desplazar por zonas muy frías, el grosor de esta capa será mayor; en este caso abrigará más, aunque también transpirará menos. Estas prendas deben ajustarse completamente al cuerpo, cubriendo bien todo el tronco y permitiendo realizar todos los movimientos.

       Recomendaciones para elegir la primera capa

      •Preferentemente de fibras sintéticas

      •Procura que se ajuste a tu cuerpo

      •Que sea suave al tacto y te cubra bien por debajo de la espalda

       Segunda capa

      La capa intermedia va a ser la más importante, en lo que se refiere a retener el calor corporal. La lana ha sido una de las fibras naturales más utilizadas por su capacidad de abrigo. Sin embargo, presenta el problema de que se seca mal, por lo que aumenta su peso al retener la humedad. La mezcla de la lana con alguna fibra sintética mejora sus propiedades.

      El forro polar es, actualmente, la prenda más utilizada. Se trata de una fibra sintética, el poliester, que imita el algodón. Se caracteriza por absorber poco la humedad, se puede mezclar con otras fibras o incorporarle membranas para conseguir una mayor impermeabilidad o resistencia contra el viento.

      En las tiendas especializadas los tenemos de todas las formas y colores. Cuando decidamos comprar uno, nos fijaremos en su grosor; éste se mide en g/m2, oscila entre 100 y 300, y los más habituales son los de 200 g/m2.

      Las prendas confeccionadas con plumas son los mejores aislantes térmicos. Las podemos encontrar para ser utilizadas como capa intermedia, o formando parte del relleno de una prenda que actúe también como capa exterior. Las plumas utilizadas proceden generalmente de ocas, patos y cisnes. Las plumas de mayor calidad, denominadas plumón o duvet, proceden de las ocas, especialmente del pecho de las aves. El plumón o duvet, debido a su estructura tridimensional, almacena el aire caliente mejor que las fibras sintéticas. La proporción entre plumón y plumas será del 85-90% de plumón frente al 10-15% de plumas en las prendas de mayor calidad.

      El inconveniente de las prendas de plumas, además de su elevado precio, es que son muy voluminosas, aunque se comprimen con facilidad, y si se mojan pierden su capacidad aislante.

      Figura 2.7 Disposición de la ropa, con sistema de capas.

       Tercera capa

      La capa exterior es la encargada de proteger del viento, de la lluvia y de la nieve. La evolución en este tipo de prendas ha sido considerable. Las actuales membranas impermeables nos brindan unas prestaciones muy altas.

      Al igual que sucedía con las botas, antes de adquirir uno de estos productos debemos pensar en qué condiciones solemos realizar nuestras excursiones. Si solamente las realizamos en verano, posiblemente bastará con que llevemos en nuestra mochila una capa de plástico.

      Las capas o ponchos de plástico pueden estar confeccionados con mangas o sin ellas, pueden llevar aberturas laterales y capucha. Cumplen la función de impedir que pase el agua al interior, protegiendo también la mochila. Como prenda impermeable su eficacia es completa, pero su gran problema es que no permiten pasar la transpiración, con lo que al cabo del rato solemos estar tan mojados por nuestro sudor como si nos hubiera caído la lluvia encima. Por otra parte, en terrenos escarpados o con vegetación pueden engancharse, impidiendo nuestra marcha. A veces, si durante nuestra excursión no necesitamos emplear las manos y no hace viento puede ser útil la utilización del paraguas; pensemos en los pastores cuando van a recoger el ganado.

      Cuando nuestros objetivos son más exigentes, hemos de pensar en una prenda técnica que nos proteja del exterior y permita la transpiración. Estas prendas están confeccionadas con una membrana impermeable como el Gore Tex u otras similares. Se trata de una membrana microporosa derivada del Teflón,


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