Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller

Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor) - Fernando Lampre Vitaller


Скачать книгу
veces más pequeños que una gota de agua y, sin embargo, permiten el paso de la transpiración, ya que una molécula de vapor de agua es 700 veces menor que el poro de la membrana. Estas membranas van inducidas o pegadas a otros tejidos, disponiéndose en dos o tres capas.

      Aunque la eficacia de estas prendas es alta, no hemos de pensar que son completamente impermeables, ni totalmente transpirables. Las costuras son uno de los puntos débiles y hemos de procurar que estén termoselladas. Por otra parte, su uso, un mal cuidado o la rotura de la membrana pueden dar lugar a zonas vulnerables por las que pasa el agua. A veces, nuestra producción de sudor es tan elevada que la membrana no puede evacuarlo. Aunque la utilidad de estas prendas es patente, su elevado precio hace que tengamos que saber bien para qué las vamos a utilizar.

      Las prendas exteriores con relleno no son tan manejables respecto a su utilización en un sistema de varias capas. Las prendas exteriores con rellenos de plumón o de fibras estarán indicadas para condiciones de frío extremo.

      Normalmente bastará con una o dos capas. Los pantalones suelen ser mezclas de algodón y fibras sintéticas o exclusivamente de materiales sintéticos. Existen diversidad de modelos y colores; los que llevan fibras resistentes como el láster o la cordura son una opción interesante. En verano podemos llevar un pantalón corto, con los inconvenientes de que al no protegernos del sol podemos sufrir alguna quemadura solar o diversas heridas por arañazos o erosiones en las piernas descubiertas. Debido a esto y a los posibles cambios meteorológicos, no hemos de olvidarnos de transportar un pantalón largo en la mochila.

      En excursiones invernales, una buena alternativa son unas mallas de ropa interior térmica, de características similares a las comentadas en el apartado de las prendas exteriores, y en el exterior un pantalón de membrana impermeable tipo Gore Tex o similares.

      En verano no se nos ha de olvidar una gorra, sombrero con ala o aunque sea un pañuelo para evitar una insolación. En la cara utilizaremos cremas de protección solar para evitar las quemaduras.

      En invierno, o con temperaturas bajas, podemos perder una gran cantidad de calor corporal por la cabeza. Hemos de llevar un gorro de lana o de forro polar, y, si el viento es fuerte, utilizaremos la capucha de nuestra prenda exterior.

      Conforme subimos en altitud, la exposición a los rayos ultravioletas y a los infrarrojos aumenta. Es imprescindible que protejamos nuestros ojos de la exposición a estos rayos. Para ello debemos ponernos unas gafas con una protección 100% a los rayos ultravioletas y casi total a los infrarrojos.

      Hay que ser muy cuidadosos para elegir nuestras gafas puesto que no todas cumplen las condiciones adecuadas. Es interesante que el modelo que elijamos tenga protecciones laterales. Si utilizamos gafas graduadas, debemos colocarnos unos filtros de protección.

      Cuántas veces hemos visto documentales en los que algún alpinista sufría congelaciones en los dedos de la mano. Los guantes son imprescindibles en invierno y recomendables en verano, sobre todo en zonas de alta montaña.

      Cuando el frío es intenso podemos utilizar también el sistema de capas, con dos guantes, uno interior de fibras sintéticas y otro exterior tratado con membranas impermeables.

      Las manoplas mantienen las manos más calientes que los guantes, pero no son adecuadas si tenemos que hacer alguna maniobra más precisa.

      Los guantes o manoplas han de cubrirnos la muñeca. Es útil que lleven una cinta que nos permita sujetarlos a la muñeca para que cuando nos los quitemos no se extravíen. Por si acaso, hay que llevar un par de guantes de repuesto en la mochila.

      Los guantes no sólo nos protegen del frío, también de las posibles heridas por abrasión en el caso de una caída por terreno nevado.

      Las polainas contribuyen a impedir que penetre nieve y agua por la parte superior o caña de las botas. Están confeccionadas de materiales impermeables y resistentes, tipo nailon, cordura o kevlar. En algunos casos también incorporan membranas impermeables como el Gore tex.

      Las colocaremos por encima de las botas y del pantalón por medio de una cremallera lateral y un cable metálico que pasaremos por debajo de la suela.

      Es el método más utilizado para transportar todo aquello que vamos a necesitar en nuestras excursiones. La diversidad de mochilas es tal que existe una para cada actividad. Si bien esto es ventajoso, también es cierto que nuestro armario se va llenando de objetos que sólo utilizamos ocasionalmente. Al igual que con otros materiales, hemos de buscar su polivalencia.

      Básicamente podemos encontrar dos tipos de mochilas: la mochila clásica con bastidor externo, actualmente en desuso, y la mochila anatómica con diversas formas y materiales, según la actividad para la que esté diseñada.

      Los materiales utilizados para confeccionarlas son poliamidas o fibras de poliéster que pueden ser tratadas con revestimientos impermeables. Una de las fibras sintéticas más utilizadas por su resistencia es la cordura.

      Figura 2.8 Polainas.

      Figura 2.9 Mochila anatómica.

      Al elegir nuestra mochila es muy importante que tenga el tamaño adecuado a nuestra talla. Antes de comprarla hemos de comprobar lo siguiente:

      •Primero, el ajuste a nuestros hombros; los tirantes se deben apoyar sobre las clavículas sin impedir la movilidad de los hombros.

      •Segundo, respecto a la longitud de la mochila, su base debe estar sobre nuestra zona lumbar. Existen modelos para mujeres que tienen el cuerpo de la mochila adaptado a una espalda más corta favoreciendo el reparto de la carga sobre la cintura.

      •Tercero, que posea un cinturón que permita trasladar parte del peso de la carga a la cadera.

      Otros detalles a tener en cuenta son: la calidad del almohadillado del cinturón y los tirantes; la presencia de una correa pectoral que impedirá los balanceos de la mochila; que tenga tensores de aproximación de carga en los tirantes de la espalda; que disponga de los accesorios que necesitemos para nuestra actividad, por ejemplo, correas laterales portaesquís, portapiolets, bolsillos, etc.

      El diseño de la parte posterior de la mochila es el que le va a dar su principal característica. El más simple es un acolchado que se ajusta a la espalda, con un diseño ergonómico que evita que la carga se nos clave en ésta. Se utiliza en las mochilas de tamaño pequeño o mochilas de ataque, de entre 30 y 35 litros de capacidad. Son adecuadas para las excursiones de un día.

      Las mochilas de tamaño medio, entre 35 y 55 litros, tienen un respaldo reforzado por una estructura interna, que le confiere más solidez, recubierto de un acolchado simple o de un respaldo regulable.

      Las mochilas de gran tamaño, más de 55 litros de capacidad, están constituidas por una armazón interna semirrígida y una espalda almohadillada regulable. El peso de éstas es mayor, pero permite llevar cargas pesadas más cómodamente. Este tipo de mochilas son las adecuadas para travesías de dos o más días.

       Características de una mochila

      •Cuerpo de la mochila: ha de ser adecuado a la talla y no debe apoyarse sobre los glúteos, ni sobre los hombros

      •Espalda de la mochila: siempre debe estar acolchada, con respaldo regulable o estructura rígida, según su tamaño

      •Los


Скачать книгу