Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller

Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor) - Fernando Lampre Vitaller


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la equidistancia: en los mapas escala 1:50.000 la equidistancia es 20 m (curvas de nivel cada 20 m), mientras que en los topográficos escala 1:25.000 la equidistancia es 10 m (curvas de nivel cada 10 m).

      En el mapa sólo llevan indicada la cota unas isohipsas que aparecen rotuladas con un trazo más grueso: son las curvas maestras, cada 100 m en los mapas escala 1:50.000 y cada 50 m en los 1:25.000. El resto de las curvas de nivel es cartografiado con un trazo más fino y no lleva rotulada la cota. Para ponderar su altitud, simplemente tomaremos como referencia las curvas maestras y la equidistancia de las curvas de nivel.

      De forma general, cuando las curvas de nivel aparecen muy juntas, estamos ante una ladera de fuerte pendiente (un ejemplo extremo sería una pared vertical, donde las curvas de nivel se aprietan considerablemente o, incluso, llegan casi a superponerse). Si las isohipsas se separan, disminuye la pendiente de las laderas. En las zonas llanas de considerable extensión escasean las curvas de nivel, hasta el punto de que a veces es necesario introducir curvas auxiliares que, aunque no corresponden a la equidistancia especificada en el mapa, aportan información topográfica y altimétrica suplementaria. Habitualmente las curvas auxiliares tienen un trazo discontinuo.

      Además de toda la información altitudinal que expresan las curvas de nivel, existen también alturas absolutas que designan aquellos puntos clave o de interés (cimas, collados, ríos, puentes, edificios aislados, etc.) que superan la altitud de la isohipsa inmediatamente inferior, pero no llegan a superar la curva de nivel inmediatamente superior. Son las cotas, representadas con un punto de color marrón.

      Los vértices geodésicos son cilindros de 120 cm de altura y 30 cm de diámetro montados sobre una base cuadrangular (una placa recuerda que son propiedad del antiguo Instituto Geográfico y Catastral, ahora I.G.N.). Constituyen puntos básicos de referencia, posición, altura y distancia en las denominadas redes de triangulación (conjunto de operaciones geodésicas y topográficas realizadas desde estos vértices con el fin de establecer la red de coordenadas de un territorio). Son muy habituales en las cumbres y picos de las montañas, pero también en otros lugares cuando no hay relieves relevantes. Están representados en los mapas con triángulos.

      Realmente sólo existe un norte. Es el norte geográfico, Polo o extremo de lo que habíamos denominado en el apartado de las técnicas básicas de orientación como dirección norte-sur o dirección del meridiano. Sin embargo, también hemos visto que existe un norte magnético, resultado del campo magnético dipolar de la Tierra. Desde ambos nortes es factible establecer referencias válidas para orientarnos, puesto que ambos guardan una relación.

      El campo del mapa topográfico aparece orientado según el norte geográfico, razón por la cual las coordenadas geográficas coinciden plenamente con los bordes del mapa: margen superior (norte), margen derecho (este), margen inferior (sur) y margen izquierdo (oeste), o dicho de otra forma, los bordes superior e inferior son paralelos, y los márgenes laterales son meridianos (se alinean con la dirección norte-sur y por tanto convergen en un Polo).

      Puedes coger una regla y medir la longitud de los bordes del campo o territorio representado en un Mapa Topográfico Nacional de España. Observarás cómo los laterales (meridianos) miden igual, mientras que los márgenes superior e inferior (paralelos) miden distinto: el borde superior (norte) mide siempre menos que el inferior (sur) en el hemisferio boreal, de forma que los laterales o meridianos convergen en el Polo Norte. Sucede a la inversa en el hemisferio austral. En definitiva, has constatado que el campo del mapa representado no era un rectángulo, sino un trapecio.

      El norte magnético, utilizado para algunas medidas geodésicas y para la orientación mediante brújula, aparece señalado específicamente en el margen del mapa. Como se puede observar en la figura 1.12, el ángulo entre el norte magnético y el norte geográfico, denominado declinación magnética, tiene una variación anual que, aunque sea poco importante, es necesario tener en cuenta en la realización de itinerarios que precisen de brújula. Es necesario recordar que la declinación también varía según el lugar en que estemos.

      Este cálculo es muy útil para la transformación de rumbos magnéticos en geográficos y viceversa. Tomemos como modelo un mapa topográfico que, como nos indica la figura 1.12, el 1 de enero de 1999 (fecha de realización del mapa) expresa una declinación magnética de 2º 11’ oeste, con una variación anual que disminuye 6,9’ (esto quiere decir que, según el mapa que hemos tomado como ejemplo, el norte magnético se aproxima al norte geográfico al ritmo de 6,9’ cada año). A continuación estimaremos el tiempo transcurrido desde entonces y hasta la fecha de cálculo: suponiendo que nuestro cálculo fuera el 1 de enero de 2001, habrían transcurrido 2 años completos, es decir, habría disminuido la declinación 13,8’. La resta final (2º 11’ – 13,8’ = 1º 58’) nos da como resultado una declinación magnética de 1º 58’ para la fecha 1-1-01.

      Si queremos obtener el norte geográfico a partir de esta declinación magnética, sólo habrá que añadir a la dirección que señale la brújula 1º 58’ hacia el este.

      El sistema de proyección empleado para la confección del mapa también posee su propio norte o norte de la red, empleado en geodesia, y que no coincide ni con el norte geográfico (por esta razón las cuadrículas de la proyección U.T.M. no son paralelas a las geográficas de los bordes del mapa), ni tampoco con el norte magnético. El ángulo entre el norte geográfico y el norte de la red se denomina declinación de red o convergencia de cuadrícula. El ángulo existente entre el norte de la red y el norte magnético se llama declinación magnética de red. En nuestras actividades por la montaña o la naturaleza, normalmente no utilizaremos el norte de red.

      Figura 1.12 Norte geográfico (NG), norte magnético (NM) y norte de la red (NC). Ejemplo de valor medio de la declinación magnética y variación anual.

      En el año 1870 se funda el Instituto Geográfico Nacional (I.G.N.), con la misión de realizar el mapa topográfico 1:50.000 de toda España. Un poco antes, en 1810, había comenzado a trabajar lo que posteriormente (1939) se llamará Servicio Geográfico del Ejército (S.G.E.). Estos dos organismos oficiales son los que centralizan la edición del denominado Mapa Topográfico Nacional (M.T.N.) 1:50.000 y de otras diversas escalas.

      El M.T.N. 1:50.000 comprende 1.130 hojas identificadas mediante una numeración y el nombre de la población de mayor número de habitantes de la hoja. A su vez, cada mapa 1:50.000 contiene 4 mapas 1:25.000 (luego el M.T.N. a escala 1:25.000 comprende 4.520 hojas). En la práctica, el número de hojas es menor, debido a que algunas no existen y otras, con escasa superficie de territorio cartografiado, han sido fusionadas a hojas vecinas.

      La cartografía escala 1:50.000 del S.G.E. y, más recientemente, la del I.G.N. se realizan con una proyección U.T.M. (Universal Transverse Mercator), sistema que ya nos resulta familiar a raíz de las coordenadas homónimas que hemos visto en el apartado de la localización espacial y los sistemas de referencia. Esta proyección cartográfica, inventada en 1569 por el cartógrafo


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