La izquierda mexicana del siglo XX. Libro 3. Arturo Martínez Nateras
generales del Partido Comunista Mexicano en sus 62 años de vida continua, casi la mitad, 30 años, fueron dirigidos por dos artistas: Hernán Laborde de 1929 a 1940 y Arnoldo Martínez Verdugo de 1960 a 1981. Además de que su periódico fue fundado por pintores e intelectuales, figuraron entre sus primeros dirigentes personajes como José Revueltas, Julio Antonio Mella, Juan de la Cabada, Manabendra Nath Roy, Manuel Díaz Ramírez, Rafael Carrillo y una inolvidable militancia de los trabajadores de las artes quienes son además insignes por su obra en todas las disciplinas.
La Revolución mexicana de 1910-1940 detonó por un libro. La sucesión presidencial de Madero fue precedida por artículos, planes, cartones y caricaturas. Imposible disociar izquierda, artes, y humanidades. Fueron uno y lo mismo. No hubo ninguna disciplina de las bellas artes, ninguna esfera de educación, ciencias, artes y cultura que no estuviese sellada de la impronta de la izquierda mexicana del siglo XX.
México no sería la nación y el gran país que es sin el legado de la izquierda mexicana del siglo XX. No hubiese sido tal sin la Independencia y mucho menos sin la revolución liberal de la Reforma.
La obra general La izquierda mexicana del siglo XX asume como propio el legado y las huellas. Hoy todo parece tan lejano y sin embargo sigue tan actual y tan propio. El Libro 3. Artes y humanidades aparece en los centenarios del PCM, de la Internacional Comunista y de Emiliano Zapata.
Colocamos frente a nosotros la imagen del presidente de la República como guía de visitantes mostrando los murales del pintor comunista Diego Rivera en Palacio Nacional. Allí en uno de sus pasajes se ve el rostro comunista de J. Guadalupe Rodríguez, héroe y mártir del agrarismo. Allí están las figuras de Julio Antonio Mella, de León Trotsky, de Tina Modotti, de Frida e infinidad de personajes populares. Y como éstas, infinidad de escenas de las gestas de la izquierda marxista. Así de honda es nuestra huella. Pero nadie se crea que aquello fue fácil. Los murales se realizaron como toda la obra educativa y cultural, en las artes y en las ciencias, como episodios de la lucha de clases, de la confrontación entre revolucionarios y conservadores y entre las diferentes facciones.
La izquierda mexicana del siglo XX marcó con sus obras, recintos, edificios, escenarios, hogares, calles, avenidas, muros. Las sedes de los poderes tanto en la Ciudad de México, en Ciudad Universitaria, como en las capitales de los estados, en sus palacios y edificios lucen murales, vitrales, cuadros, diferentes obras de arte (esculturas, pinturas, grabados, etc.). La música, la danza, la arquitectura, todas las bellas artes, el cine, la fotografía, todos los espacios los disputaron y llenaron la izquierda y su cultura. Una vuelta por Ciudad Universitaria, un viaje a Chapingo, una ida al Teatro de los Insurgentes, a la SEP, a San Ildefonso, al Polyforum, a los museos, a la casa de Frida, al Anahuacalli, a la Tallera, a la Alhondiga de Granaditas, al Hospicio Cabañas, a la casa de Trotsky… es una lección intensiva del legado de la izquierda en las artes y en las humanidades.
A pesar de los intentos de quienes nos pretenden desaparecer de la historia, les resulta imposible… Existe la ruta de las artes de la izquierda mexicana en la capital y en las principales ciudades del país.
Enrique Condés Lara, en su magnífico libro: Atropellado amanecer. El comunismo en el tiempo de la Revolución Mexicana, 2015 (BUAP, Puebla, 2015), ilustra el destacado papel de los comunistas mexicanos y de las fuerzas progresistas en el lapso de la Revolución (1910-1940) en la fundación de las instituciones educativas, de las artes y en la influencia que sobre México ejerció tanto la revolución bolchevique como la fundación de la URSS y sus políticas culturales y educativas.
Por su parte, Mauricio Flores en el Libro 2. Movimientos sociales, en su ensayo: “El movimiento cultural mexicano años veinte a cuarenta”, analiza somera y profundamente el papel cultural de la izquierda mexicana del siglo XX.
La literatura sobre diferentes aspectos culturales es tan diversa como vasta y nosotros únicamente tratamos de rescatar una visión general de este vínculo tan estrecho e indisoluble entre la izquierda mexicana, artes y humanidades.
EL LIBRO 3. ARTES Y HUMANIDADES
El libro 3 es resultado del Coloquio: La izquierda mexicana del siglo XX que realizamos del 7 al 11 de septiembre de 2015. El coloquio fue generosamente patrocinado por la UNAM a través de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial; el Fondo de Cultura Económica; la autoridad del Centro Histórico y la Secretaría de Cultura de la CDMX; la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Guerrero y el Ayuntamiento de Tuxpan, Michoacán.
El coloquio mostró la vigencia y el interés creciente de jóvenes por el pensamiento crítico, por el marxismo, por la izquierda, por la cultura. La asistencia fue muy nutrida y las participaciones colmaron las expectativas. Cincuenta ponentes en cincuenta horas, durante cinco días en los escenarios del Centro Cultural Bella Época de la librería Rosario Castellanos, y en la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildefonso en el Anfiteatro Simón Bolivar.
El libro 3 de La izquierda mexicana del siglo XX es un mosaico de ensayos que mezclan diferentes visiones y entrelazan generaciones en trance de responder a los desafíos de la nueva realidad recuperando buenas experiencias y lecciones del largo siglo XX mexicano, tiempo cuando los mejores signos de identidad total de nuestra corriente política e ideológica fueron la cultura y la ética.
El Libro 3 está organizado en cuatro apartados.
I. Territorios subversivos. Utopías, ucronías, revoluciones, el presente, con artículos de Juan Villoro, Miguel Vassallo, Devra Weber; Archipielagos comunitarios y movimientos sociales de resistencia: Elsa Ramírez Castañeda, Pilar Calveiro, Verónica Oikón, Juan Patricio Riveroll .
II. Heterotopías: espacios de encuentro. Pensamiento crítico con textos de Gianni Vattimo, Gabriel Vargas Lozano, Irmgard Emmelhainz, David Pavón-Cuéllar, Fabricio Mejía Madrid. Refugio, exilios, migraciones, desplazamientos: “Los exilios en México. Una perspectiva histórica”. Mario Ojeda Reváh, “Los perseguidos de la tierra en el altiplano mexicano” de Philippe Ollé-Laprune; “La izquierda judía y los judíos de izquierda en México en la primera mitad del siglo XX” de Daniela Gleizer.
III. Estrategias plásticas del activismo. Muralismo y arte público. “Vanguardia y arte posrevolucionario en México” de Esteban King y Natalia de la Rosa; “Arte público: frentes políticos y significación” de Alberto Hijar Serrano.
IV. La infamia, la estética, la tierra, la emancipación con escenas e imágenes para integrar un panorama secular y concluye con el texto “La izquierda en el centro histórico de la Ciudad de México” de Jesús González Schmal en colaboración con Cristina Barros Valero, la ruta misma; breves hojas de vida de los autores de este libro de La izquierda mexicana del siglo XX y de nuestros reconocimientos…
Un repaso por el índice es una incitación a la lectura, una guía para transitar por todo el libro con ensayos profundos y, al tiempo, sencillos en su comprensión que analizan algunos temas inéditos y muy poco conocidos. Algunos ensayos podrían ser por sí mismos un libro, cada uno de los apartados tiene vida propia y son inseparables.
La separata gráfica es fruto de una investigación curiosa, llena de interrogantes desde la perspectiva de la juventud interesada en la historia de la izquierda en las artes.
Se nos quedaron algunos textos en el tintero que recuperaremos en los libros próximos. Por mérito propio disponemos ya de lo que será un volumen sobre la izquierda, la música y la canción.
ARTES, HUMANIDADES Y LA IZQUIERDA HOY
¿Qué Izquierda y para qué? Esta cuestión recorre el mundo y la búsqueda de alternativas, pasa necesariamente por reconocer y recuperar la memoria del papel que ha desempeñado, en nuestro caso, la izquierda mexicana en las diferentes esferas de la vida nacional. En México, la cultura y las artes, las humanidades desempeñan un papel rector y fundamental. Especialmente después de la liquidación del partido marxista, de la organización política y del pensamiento socialista, los científicos sociales se refugiaron y se asilaron en las universidades y en las instituciones de cultura, desde donde existe y resurge la investigación y la elaboración sobre