Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo. Группа авторов

Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo - Группа авторов


Скачать книгу
del contexto latinoamericano en términos de singularidades que deben ser tenidas en cuenta tanto en la ciencia producida como en las prácticas profesionales desarrolladas; la perspectiva de conjunto de los cambios que están ocurriendo en el mundo de la ciencia y en el contexto social, especialmente por la forma en que el mundo del trabajo se ha reconfigurado en las tres últimas décadas (Antunes, 2008; Castel, 2009, 2010; Castells, 2004; Rentería y Malvezzi, 2018), y las demandas que se presentan para los dos ámbitos que integran la disciplina. Finalmente, buscamos presentar una discusión sobre cómo el sistema orientado a la formación del psicólogo(a) ha respondido a los desafíos presentados por la ciencia y por el contexto social. En ese orden de ideas, el objetivo central es estimular discusiones y estudios sobre una cuestión importante: ¿en qué medida la POT ha considerado los elementos críticos del contexto social en que nos insertamos, y los cambios que vienen reestructurando el mundo en la actualidad al formar a los(as) profesionales y al producir conocimiento? Se trata más de una invitación a la reflexión, que de propiamente ofrecer respuestas a una cuestión de tamaña complejidad.

      El presente capítulo, además de la introducción, se estructura en cuatro segmentos. En el primero se discuten las tensiones que implica la relación entre ciencia y profesión en un área. En el segundo se discuten los principales problemas que rodean la formación en POT, considerándose especificidades de un campo científico y simultáneamente profesional, y usando como apoyo elementos de la realidad latinoamericana, si bien no se trata de un levantamiento amplio que cubra la diversidad detallada con que se da la formación en POT en el continente. En el tercer segmento la reflexión se orienta hacia la cuestión de cómo el contexto –sea el latinoamericano o el de las transformaciones que están reconfigurando el mundo del trabajo– es considerado en los procesos de producción de conocimiento y formación de profesionales de la POT. Finalmente, a manera de conclusiones, señalamos algunos caminos que consideramos importantes para la construcción de una ciencia y una profesión comprometidas con la transformación del contexto social en el que actuamos.

      Las “delicadas” relaciones entre ciencia y profesión en la psicología organizacional y del trabajo

      Una característica fundamental de la POT, desde su origen, ha sido su naturaleza aplicada. Una sinergia profunda entre los dominios de la ciencia y los de la profesión caracteriza y modela nuestro campo (Zickar y Gibby, 2007), que puede ser calificado como el de una profesión de base científica. Eso significa que es un campo que se estructura y asegura su posición y su estatus social alrededor del dominio de un conocimiento específico que demarca una identidad profesional y que lo diferencia de muchas otras profesiones y ocupaciones (Hotho, 2008). Ese conocimiento se orienta hacia la atención de las necesidades propias de la sociedad, que a su vez reconoce el dominio de ese conocimiento y legitima la actuación de sus profesionales (Peixoto, 2016).

      La generación de conocimiento se configura, entonces, como base necesaria para construir la identidad de la profesión y potencializar su capacidad de intervenir en los problemas de la realidad. Es justamente su base de conocimiento lo que la hace diferente de otras profesiones y lo que le confiere la capacidad de producir continuamente un nuevo conocimiento, socialmente útil y válido, que le permita mantener su existencia como campo profesional distinto y viable (Ryan y Ford, 2010). En ese orden de ideas, un aspecto fundamental de esa relación entre ciencia y profesión implica la claridad sobre aquello que llamamos ciencia, y sobre cómo ese conocimiento se produce y se legitima. En esa misma dirección, es necesario poner atención en las maneras en que se transfiere y se hace propio ese conocimiento en el campo profesional.

      La trayectoria de constitución de la psicología como campo profesional no se disocia de su constitución como disciplina científica independiente, debido a la configuración de sus objetos específicos de investigación, al desarrollo y el uso de métodos diversos, en un proceso complejo que simultáneamente le confiere singularidad en el contexto de las disciplinas científicas, al tiempo que favorece la construcción de interfaces indispensables para la comprensión de sus objetos de estudio.

      A lo largo de nuestra historia, nos movemos alrededor de un modelo ideal de relación entre ciencia y profesión que promueve una actuación profesional soportada en conocimientos científicos sólidos, identificadora de problemas relevantes para las investigaciones, y estímulo para nuevas teorizaciones (Hodgkinson, Herriot y Anderson, 2001; Rentería, 2004). Borges y Zanelli plantean un ejemplo de la naturalización de esa relación entre ciencia y profesión, cuando señalan la gran desventaja en que se encuentra el profesional que no adopta el método científico en su práctica cotidiana; y en consecuencia, el gran progreso que representa para la práctica profesional aprehender lo que se encuentra en la literatura científica, “en la medida en que el conocimiento basado en vivencias individuales (en la experiencia) es limitado (Borges y Zanelli, 2014, p. 587).

      A pesar de que se trata de una forma hegemónica de pensar la relación ciencia-profesión, existen tensiones y contradicciones que tienen una historia tan larga como la de la propia profesión. Tales tensiones y contradicciones no necesariamente deben ser percibidas como algo negativo. Deben ser consideradas aspectos fundamentales de las profesiones de base científica (Anderson, 2007), en la medida en que actúan como elementos dinamizadores, siendo responsables de una metarreflexión sobre la forma en que se produce el conocimiento, su difusión y su aplicación práctica. Ese proceso autorreflexivo permite establecer criterios y patrones de calidad, orienta la manera en que los usuarios se involucran con el campo, contribuye al establecimiento de una agenda de investigación e incentiva la creación y la expansión de procesos de diseminación. En realidad, el debate constructivo alrededor de la relación entre ciencia y profesión ha sido una constante tanto en el campo de la psicología aplicada como en el de los estudios gerenciales (Tranfield y Starkey, 1998; Alvesson, 2008), que muchas veces se encuentra más próximo de la POT que otros dominios de la propia psicología.

      Desde el inicio del siglo XX es posible verificar el estigma asociado a la entonces llamada psicología aplicada, cuyo origen puede ser claramente identificado en la psicología experimental. Estando aún en sus primeros años, había una necesidad fuerte de la naciente psicología de afirmarse como ciencia plena frente a otros campos del conocimiento (Vinchur y Koppes, 2007). Uno de los medios más evidentes en ese proceso sería la emulación del método de las ciencias naturales, con su énfasis en las mediciones, las pruebas y la estadística. En ese contexto, el desarrollo de una psicología aplicada era visto con reservas, en la medida en que sus procesos y técnicas serían concebidos como menos rigurosos que aquellos del área experimental.

      El crecimiento y el desarrollo del campo fueron posibles gracias a que confluyeron dos movimientos distintos. Por un lado, tenemos el trabajo y la persistencia de un conjunto de investigadores ligados a universidades con intereses en el área. Eso les confería una posición segura y respetable a partir de la cual podían funcionar, pero que en contrapartida les imponía la necesidad de mantener sus posiciones, su prestigio académico, su compromiso y su alineación científica (Zickar y Gibby, 2007).1 Por otro lado se encuentran las presiones de las grandes empresas, que veían en el área naciente la posibilidad de solucionar algunos de sus problemas de desempeño, productividad, eficiencia y control. Esa demanda del campo profesional se estructura y gana momentum a partir de los ejemplos y posibilidades de aplicación que surgen y se hacen más visibles desde la Primera Guerra Mundial, que sirve de vitrina para la aplicación de métodos objetivos para la solución de problemas de personal. Ese zeitgeist de las primeras décadas de desarrollo trae consigo un modelo específico de producción de conocimiento que se impuso como patrón dominante en el área y marcó gran parte de los desarrollos posteriores de nuestra ciencia y profesión. Debe ser observada la fuerza que ese patrón posee, pues todavía se mantiene como paradigma orientador de la producción de conocimiento en nuestro campo, aun después de la entrada al siglo XXI.

      Esta asociación entre las demandas de la industria y los esfuerzos de los investigadores ha sido objeto de críticas que atraviesan la historia de la POT y que son continuamente reactualizadas (Malvezzi, 2016; Rentería y Malvezzi, 2018; Rentería, 2009). Esto puede ser observado, por ejemplo, en la llamada psicología social del trabajo (PST), como lo señalan Bernardo, Oliveira, Souza y Sousa (2017). Aquí


Скачать книгу