Dinero y felicidad. Alberto Tovar

Dinero y felicidad - Alberto Tovar


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Cuadro 1.8. Toma de decisión: escenarios

      En este momento hay que incorporar los rendimientos o costos esperados de cada una de las opciones. Si estamos considerando una inversión bancaria, debemos saber cuál es la expectativa, o si una opción es comprar un terreno, averiguar cuál es la plusvalía esperada.

      Hay que hacer tiempo para investigar y preguntar a quienes pudieran saber más sobre los mercados o a quienes hayan tomado con anterioridad esa opción. Todo lo que se averigüe es útil para descartar o cimentar alguna de las opciones que se tienen.

      Los escenarios son responder a la pregunta clásica: ¿Qué pasa si sí sucede tal circunstancia? El cuestionamiento nos permite investigar cuáles son las probabilidades de ocurrencia como, por ejemplo, una depreciación del tipo de cambio súbita o el alza en las tasa de interés.

      En el siguiente nivel tenemos que incorporar los riesgos, como se observa en el Cuadro 1.9.

       Cuadro 1.9. Toma de decisión: riesgos

      Como había comentado previamente, toda alternativa tiene asociado un nivel de incertidumbre y de posibilidades de error, incluso algo aparentemente seguro, al tener asociados los costos de oportunidad, éstos se transforman en un riesgo.

      Por ejemplo, las personas que ponen su dinero debajo del colchón, ya sea porque son desconfiadas de las instituciones o simplemente porque quieren tener recursos para imprevistos. Ellos están incurriendo en un costo de oportunidad inmediato, considerando la tasa de interés dejada de percibir en un banco y, por supuesto, la misma inflación que se está «comiendo» su poder adquisitivo. Esto sin considerar la posibilidad de que se lo roben.

      Por tanto, las decisiones son individuales; es decir, una alternativa que es buena para uno, probablemente será mala para otro.

      Recordemos que el rendimiento está asociado con el riesgo y por eso es conveniente considerar cuáles son estos elementos que me pueden perturbar en el futuro, porque esa elevada ganancia podría convertirse en una gran pérdida.

      Tal vez hayas escuchado que alguien se suicidó por una crisis bursátil. Bueno, pues es probable que esa persona haya dejado de evaluar el riesgo de ese acontecimiento y prevenido que algo así sucediera. Cuando uno evalúa los riesgos, se permite dejar de escuchar el «canto de las sirenas», aquellas que nos dicen: «Acércate, aquí ganarás mucho dinero».

      Esto no significa evitar las opciones con alto grado de incertidumbre, sino al menos ser conscientes de los costos asociados y, que de ocurrir, sepamos qué hacer.

      Surge, por tanto, la necesidad de los famosos «planes B», en donde el tomador de decisiones se prepara para las contingencias.

      Ya habiendo analizado los riesgos de cada alternativa resta sólo decidir Cuadro 1.10.

      Una advertencia es que analizar muchas opciones puede generar indecisión o miedo, al grado de quedarse pasmado sin escoger un camino específico. Ayuda también utilizar el método del descarte que permite reducir las alternativas.

      Como he repetido insistentemente, siempre incurrimos en un riesgo y, en este caso lo que tenemos es un conocimiento más cercano del mismo y se aceptará en caso de ocurrir.

       Cuadro 1.10. Toma de decisión: resolución

      Un ejemplo muy obvio sería evitar depositar todo el patrimonio familiar en una inversión de alto riesgo, que provoque quedarse sin pensión o dejar a los hijos sin universidad.

      Por eso se habla de «portafolios de inversión», en lo cual abundaré en el capítulo de inversión, y es simplemente el concepto de «no depositar todos los huevos en la misma canasta». La idea es diversificar para tener un riesgo moderado en su conjunto.

      Una perspectiva que en ocasiones olvidamos es que una posible resolución es dejar pasar la decisión. Por ejemplo, en un cambio de trabajo se analizan diferentes ofrecimientos y es probable que ninguno cubra los requerimientos y se dejen pasar las alternativas. Es decir, tal vez la mejor decisión es no hacer nada.

      El miedo es algo parecido a cuando uno evita al doctor porque teme le detecten un mal incurable. Lo curioso es que dejar de ir con el médico seguramente empeorará la enfermedad. Cuando uno está considerando opciones financieras también es un temor a vencer, porque quedarse pasmado puede costar recursos significativos o dejar pasar oportunidades que nunca más se presentarán. La indecisión en algunos casos es como quedarte a la mitad de la calle esperando a que te atropelle el camión.

      Finalmente, después de la resolución se dan los efectos (resultados) y de inmediato la retroalimentación, como se observa en el Cuadro 1.11.

       Cuadro 1.11. Toma de decisión: retroalimentación

      Una máxima es que la toma de decisiones nunca termina, pues el resultado dará un nuevo estímulo para ser analizado y evaluar si cumplió con la expectativa y si debe ser tomado en cuenta para otro periodo.

      Otra circunstancia es un cambio en el contexto que te lleve a evaluar las alternativas iniciales. Por ejemplo, una depreciación de la moneda o un alza repentina de las tasas de interés.

      En ocasiones hay alternativas que surgen y es necesario valorar, como sería el ofrecimiento de un terreno por abajo del precio del mercado o el hecho de tener un mayor monto para invertir, lo que abre un abanico de oportunidades que antes no eran consideradas.

      En este momento podrías estar pensando que la metodología consume tiempo y es excesiva. Tienes razón, hay situaciones en las que es innecesario tanto análisis como, por ejemplo, qué película voy a ver o qué camino tomaré para llegar a un determinado lugar. En casos con poca trascendencia sería inútil utilizar una metodología compleja.

      Otra caso sería estar en una extrema emergencia, en donde la respuesta tiende a ser intuitiva e inmediata; incluso, destinar tiempo a analizar cómo resolverla iría en nuestra contra.

      Sin embargo, cuando se trata de una decisión para determinar tu futuro o tu patrimonio, valdría la pena invertir tiempo y esfuerzo para estar seguro de haber elegido el camino adecuado.

      Cuando uno participa en una familia debe considerar, además de los fines individuales a perseguir, los de todo el clan y su participación activa será muy útil para saber qué camino tomar y, desde luego, al presentarse dificultades, todos estarán más dispuestos a enfrentar los tiempos difíciles.

      Una visión de largo plazo es esencial para contar con una guía en el camino y sugiero un ejercicio de planeación como el realizado por las empresas.

       Cuadro 1.12. Ejercicio de planeación

      Para ello, transformemos ese ejercicio de planeación corporativo a uno individual. Los pasos son los mismos, pero con un sentido diferente, como se muestra en el Cuadro 1.12.

      Visión


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