Pequeñas grandes... cuentos a cualquier hora para niñas soñadoras. Federico Olavarri Gutiérrez
se pudieran identificar y sentir que hay muchos mundos por recorrer y numerosas vidas por elegir y cambiar —siempre— bajo el respeto más absoluto a los demás.
Cuando las protagonistas de nuestras historias comenzaron —siendo aún «pequeñas»— sus andaduras, aún no existía lo que con posterioridad descubrirían, ni seguramente soñaban en convertirse en esas «grandes» mujeres.
Ojalá los niños y niñas sigáis imaginando que «otras cosas» son posibles… Que «otras» profesiones que aún no existen, podrían ver la luz… Que «otras» utopías, quizás sean realizables… ¡Que el mundo es igual en derechos y obligaciones para todos y todas!
Algunas de las protagonistas aquí recogidas fueron incluso olvidadas o ninguneadas en su tiempo. No obstante, la historia y las generaciones posteriores se han encargado de recuperar su memoria y alguna de sus hazañas. Como aquel o aquella pintora, escultor o escritora, que fueron aún más apreciados cuando ellos y ellas ya no lo pudieron ver, pero su legado y herencia cobraron brillo y admiración en los años siguientes.
Independientemente de que triunfes o no, el mundo está lleno de aventuras por emprender, investigaciones por realizar, hechos por demostrar y descubrir… ¿No te gustaría ser partícipe? ¡Seguro que sí!
Sé audaz… inténtalo… sueña… piensa… pregunta aquello que no sepas… aprende… imagina más allá de lo que se conoce...
Es importante que seas consciente de que las cosas y los desafíos pueden no ser a veces inmediatos —ni fáciles—, pero tendrás siempre la capacidad de superarlos si crees en ello. ¡Que nadie te convenza de lo contrario!
Quizás aquello que tú construyas, sea observado por otras niñas y mujeres actuales o del futuro que —fijándose en ti— soñarán que es posible y abrirás un nuevo camino a otros «personajes», al igual que hicieron las grandes intérpretes de este libro y otras muchas que no tuvieron la oportunidad de estar en él.
No hay que ser siempre la «más alta», ni la «más guapa» ni la «más veloz»… Tú lo puedes hacer porque hay espacio para todos y todas.
¿Lo tienes claro…? Díselo a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y hermanas, a tus tíos y tías, a tus amigas y amigos, a tus profesores y profesoras… Que sepan que estás llena de ilusión, de pasión, de fuerza, de libertad, de igualdad, de cualidades, de ganas, de sueños, de poder, de capacidad, de imaginación, de voluntad, de curiosidad, de solidaridad, de entendimiento…
Ayúdanos a que —dentro de unos años— este libro se haya quedado «escaso» y otras muchas historias entren a formar parte de las nuevas heroínas «pequeñas», de esas luchadoras que conseguirán ser «grandes» porque acabarán logrando aquello en lo que crean.
¿Preparadas? ¡A por ello!
ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA
DISEÑADORA DE MODA Y EMPRESARIA
Había una vez una niña a la que no le gustaba estudiar. Su madre estaba a veces algo triste y Ágatha pensaba que el mundo tenía que ser más alegre. Así que dijo: —¡Llenaré la vida de colores divertidos para luchar contra la tristeza!
Ágatha era una persona autodidacta y empezó a diseñar sus propios vestidos repletos de colorido y formas increíblemente distintas. ¡Se proclamó enemiga del color negro!
Se fue haciendo un hueco en el mundo de la moda e hizo su primer desfile con solo ¡veinte años! Había cursado Arquitectura y Bellas Artes antes de dedicarse profesionalmente a la moda y el diseño. Desde sus comienzos, ya destacaba por sus creaciones originales. Siempre eran «diferentes».
—¡No me gustan! —decían unos…
—¡A mí, me encantan! —replicaban otros…
¡Así que se decidió a abrir su tienda-estudio en Madrid! Exponía unos diseños característicos muy atrevidos, extremadamente divertidos y dotados de un aire juvenil, infantil a veces... Combinaba sin complejos prendas de colores vivos y chillones: amarillos, rojos, verdes, azules, naranjas, fucsias… Lo decoraba todo con corazones, estrellas, flores, lunares… introducía cortes asimétricos... Si una mujer quería ir «distinta» y «llamativa», ¡ese era el diseño!
Tanto éxito tenía y tanto se divertía ella, que pensó:
«¿Y si hago ropa para los niños y colecciones de baño? ¿Y si lleno las casas de vajillas, sillas, mesas, papeles pintados repletos de colores? ¿Y si hago gafas, zapatos, accesorios para mascotas, perfumes con mi estilo…?».
Creó un mundo único de ensueño que todos acabaríamos identificando.
Sus trajes han desfilado por las mejores pasarelas: Nueva York, Kioto, París, Milán, Barcelona… ¡Y ha vestido a Miley Cyrus!
NACIÓ EL 22 DE JULIO DE 1960
MADRID
AGUSTINA DE ARAGÓN
ARTILLERA Y HEROÍNA
Una de las historias que a mí me contó mi abuela, es que una vez una niña llamada Agustina, llegó a ser muy valiente de mayor.
—¡Abuela!… pero ¿qué es lo que hizo? —preguntamos mi hermana y yo.
—Os lo contaré. ¡Escuchadme atentamente! —respondió mi abuela.
“Nuestros vecinos franceses querían «quedarse» con nuestro país. Se empeñaban en «venir» y asediar las ciudades. Un ejército muy grande rompió las murallas de entrada a Zaragoza. Llevaban días peleando por pasar, pero…
¿Sabéis lo que ocurrió…?
Un día, Agustina —que ayudaba a transportar munición y asistir a los heridos— llevaba la comida a su marido y vio cómo le malherían. Se enfadó tanto que —con rabia incontenida— saltó, tomó la mecha de un artillero y corrió hasta un cañón disparando así a las tropas francesas. Estas, que ya pensaban que estábamos casi rendidos, ¡se asustaron y se retiraron!
Dice la leyenda que —al finalizar la batalla— semejante logro llegó a oídos del capitán al mando y allí mismo, reconoció su mérito y fue nombrada «subteniente» y «defensora de Zaragoza».
El pueblo necesitaba héroes y Agustina pasó a ocupar un lugar relevante en los libros de nuestra historia.
Increíble su valor, ¿verdad, niños? ¡Acababa de nacer el mito de Agustina de Aragón o como otros la llamarían: «La Artillera»!
Ella continuó animando sin descanso a los ejércitos, pues por su gesta se había hecho muy famosa. Se convirtió para siempre en un símbolo de la resistencia.
Hoy existen calles, monumentos y colegios por todo el territorio español con su nombre y su figura, e incluso una «peli» con su historia”.
—¿Os