El aula es la respuesta. Leonardo García Lozano
“entre reformas”: no habían terminado de asentarse las reformas del sexenio 2006-2012 cuando en el sexenio 2012-2018 se hizo una nueva reforma, la cual para el 2018 se derogó por el inicio del nuevo sexenio; o sea que no sabemos a ciencia cierta lo que pasará en el periodo 2019-2024. Sin embargo, la experiencia nos dice que hay algunas cosas que no cambiarán, por ejemplo, la centralidad del alumno en el proceso de aprendizaje y la atención cada vez más precisa al desarrollo integral del estudiantado.
Al ser un libro escrito y publicado entre reformas, nos hemos planteado hacerlo como una obra “transreformas”, esto es, soñamos compartir aquellas cuestiones que desde hace más de treinta años se vienen enunciando con diversos nombres y dándoles distintos énfasis, lo cual muchas veces ha llevado a la confusión de los docentes, cuando no a su apatía e inmovilismo.
Las propuestas que presentamos reconocen en la docencia la semilla para la transformación de la sociedad en que vivimos, pues es esta sociedad la que dota de significatividad a las escuelas y al profesorado y, como consecuencia, crea las condiciones del futuro para la práctica docente.
Para transformar ese futuro, estamos convencidos de que gran parte de los docentes poseen ciertos saberes que se experimentan dispersos, en gran medida por el poco tiempo que hay para asimilar las reformas que no paran de sucederse y, por otro lado, por los mecanismos en que estas reformas son llevadas al profesor “de a pie”.
Ponemos esta obra a discusión, sin embargo, lo hacemos con una advertencia: sugerimos hacer un ejercicio científico, es decir, controlado y documentado. De manera concreta, se puede ir a la sección de anexos y evaluar qué área de la práctica docente se quiere mejorar, sea por preferencia o por los resultado obtenidos al responder los cuestionarios, para después incorporar mejoras a un área por semestre o ciclo escolar, de manera sostenible. De esta forma, quizá, y sólo quizá, el programa completo de mejoras (si se toma como eso esta obra) esté concluido en un lapso de tres a seis años.
Así, proponemos tres ideas que quisiéramos que acompañaran la lectura de los subsiguientes capítulos:
a. La consideración de aquello que es básico de la educación obligatoria en México.
b. Algunas ideas clave sobre el papel del aprendiz que debiesen haber quedado claras con las diferentes reformas.
c. La necesidad de transversalizar ciertos aprendizajes y prácticas sin necesidad de sobrecargar los programas de más y nuevos contenidos.
Entre lo obligatorio y lo básico: la pertinencia de la educación escolarizada
La educación escolar básica, comprendida entre el mal llamado —a nuestro entender— nivel preescolar1 y el nivel medio superior (bachillerato o equivalentes), es obligatoria en nuestro país porque así lo señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, concretamente en sus artículos tercero y cuarto. En el artículo tercero constitucional se señalan los rasgos que debiese imprimir la educación escolar en los ciudadanos:
La educación se basará en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva. Tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a todos los derechos, las libertades, la cultura de paz y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia; promoverá la honestidad, los valores y la mejora continua del proceso de enseñanza aprendizaje (Diario Oficial de la Federación, 15/05/2019).
Dicho de otra manera, la identidad de cualquier mexicana y mexicano se asegura en las instituciones de educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. Tal identidad tiene dos ejes: a) el pleno desarrollo de las personas para b) convivir en sociedad respetando los derechos humanos y la solidaridad.
El carácter obligatorio es la justificación por la que la sociedad, por intermediación del Estado, crea instituciones para ofertar educación. Si esto es así, ¿cuáles son los saberes mínimos comunes que dichas instancias deben desarrollar? El mismo artículo, en sus fracciones I y II, los indica:
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Además:
a. Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
b. Será nacional, en cuanto —sin hostilidades ni exclusivismos— atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura;
c. Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la naturaleza, la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de las familias, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos;
d. Será equitativo, para lo cual el Estado implementará medidas que favorezcan el ejercicio pleno del derecho a la educación de las personas y combatan las desigualdades socioeconómicas, regionales y de género en el acceso, tránsito y permanencia en los servicios educativos;
e. En las escuelas de educación básica de alta marginación, se impulsarán acciones que mejoren las condiciones de vida de los educandos, con énfasis en las de carácter alimentario. Asimismo, se respaldará a estudiantes en vulnerabilidad social, mediante el establecimiento de políticas incluyentes y transversales;
f. En educación para personas adultas, se aplicarán estrategias que aseguren su derecho a ingresar a las instituciones educativas en sus distintos tipos y modalidades;
g. En los pueblos y comunidades indígenas se impartirá educación plurilingüe e intercultural basada en el respeto, promoción y preservación del patrimonio histórico y cultural;
h. Será inclusivo, al tomar en cuenta las diversas capacidades, circunstancias y necesidades de los educandos. Con base en el principio de accesibilidad se realizarán ajustes razonables y se implementarán medidas específicas con el objetivo de eliminar las barreras para el aprendizaje y la participación;
i. Será intercultural, al promover la convivencia armónica entre personas y comunidades para el respeto y reconocimiento de sus diferencias y derechos, en un marco de inclusión social;
j. Será integral, educará para la vida, con el objeto de desarrollar en las personas capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar;
k. Será de excelencia, entendida como el mejoramiento integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos.
Conviene recalcar que dichos saberes deberán emanar tanto del laicismo como del progreso científico. De manera breve subrayemos, por su relevancia, los saberes básicos o mínimos que cualquier ciudadano debe experimentar:
▶ Ser democrático.
▶ Comprensión