Cuando el cuerpo habla. Teresa Díaz Varela
en pequeña escala, sino también una variedad de conflictos con los fundamentos de la conducta personal.
- Estómago: facilidad de asimilación, aceptación y flexibilidad para asumir los cambios.
- Garganta: es un canal que va directo al interior del individuo. Lo que pase por allí es una causa de múltiples emociones. Cuando algo se atraganta, genera inquietud; la garganta es la zona que representa a la angustia por lo que no se puede decir o hacer.
- Genitales: el erotismo y la aceptación de la propia sexualidad.
- Hígado: facultad de discernimiento, reconocimiento de lo conveniente, ejercicio de la moral.
- Huesos: la estructura ósea simboliza la fortaleza, el edificio imaginario que alberga la firmeza de carácter, la tenacidad y la disciplina.
- Intestino delgado: instancia de la reflexión que pone en juego facultades analíticas.
- Intestino grueso: lugar del inconsciente, de la sombra y de lo que parece estar muerto.
- Manos: habilidad para manejar situaciones y personalidades difíciles, facilidad para asimilar información y comprender.
- Músculos: facilidad para el cambio, movimiento y flexibilidad. El estado muscular representa también el nivel de actividad del sujeto.
- Nariz: zona del instinto, del placer erótico y del orgullo. Popularmente, se considera que las personas de “nariz respingada” o “nariz parada” son vanidosas.
- Oídos: reflejan la obediencia, aquello de lo que no se puede hacer acto de rebeldía. El grado de acatamiento de una persona se manifiesta en su estado auditivo.
- Ojos: constituyen la zona del horizonte, la capacidad de ver a lo lejos —hacia el futuro— o, por el contrario, de ser una persona corta de miras. Por extensión, refiere al entendimiento.
- Pene: es una parte importante de la agresividad y la energía típicamente viril.
- Piel: implica la noción de frontera entre lo interior y lo exterior, en relación con la cual se juegan los conceptos de aislamiento, erotismo, conflictividad, estimulación, etcétera.
- Piernas y brazos: partes esenciales del movimiento, representan la agilidad mental, la flexibilidad frente a los cambios y la afición a la actividad.
- Pies: constituyen el sostén del individuo, por lo tanto, simbolizan el arraigo, el sentido común, la firmeza y la modestia en cuanto son las partes del cuerpo que están más cerca del piso, o mejor dicho, sobre este.
- Pulmones: todos los órganos que forman pares involucran aspectos de las relaciones humanas. En este caso, el funcionamiento pulmonar representa la libertad enlazada con la comunicación, el crecimiento personal arraigado en un vínculo compartido.
- Riñones: conforman un par también, pero se vinculan directamente con las relaciones amorosas y, dentro de estas, el compañerismo y la generosidad para con el otro.
- Sangre: es el fluido de energía. Refleja la vida, y dentro de esta, la vitalidad, puesto que se puede estar vivo y no ser vital.
- Uñas: son las garras humanas y representan la agresividad del individuo.
- Vagina y útero: simbolizan la capacidad de entrega, la generosidad y el grado de conciliación con lo femenino.
- Vejiga: es importante para analizar el ritmo marcado por la contención y la distensión de recuerdos, conflictos, emociones, entre otras cosas.
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