A tu lado. Cristina G
Cristina G.
A tu LADO
© Cristina G.
© Kamadeva Editorial, marzo 2021
ISBN papel: 978-84-122884-6-9
ISBN ePub: 978-84-122884-7-6
www.kamadevaeditorial.com
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Índice
Quién me iba a decir que después de varios años estudiando medicina, una aguja de nada continuaría asustándome como cuando era pequeña.
—Oiga, ¿va a pincharme algún día?
Intenté no mirar de forma molesta a aquella señora impertinente. ¿Por qué la gente no tenía un poquito de paciencia? Era difícil para mí. Observé el pequeño objeto, me infundí todo mi valor y clavé la aguja en la carne de la mujer. Ella profirió un leve gemido y mi estómago se revolvió. Una vez hecho la mujer se marchó y yo suspiré. Verónica entró a la sala de curas y se rio de mí.
—¿Qué es esa cara?
—No preguntes —contesté sacudiendo la mano.
—Ay, Em, tienes que acostumbrarte, llevas casi medio año aquí.
Me crucé de brazos. Ya sabía eso, no hacía falta que me lo recordara cada día.
—Ya lo sé, ¿vale? —bajé la voz a un susurro—. Con los muñecos era más fácil…
—Claro, porque no se quejan.
Verónica comenzó a reír, y dejó de hacerlo poco a poco cuando divisó mi mirada fulminante. O quizás no había sido yo.
—Menos risitas y más trabajar.
Mi compañera asintió y volvió a su puesto de trabajo, no sin antes rodar los ojos en mi dirección. Miré a Jase con una disculpa y me giré para ordenar la sala. Jase, alias Médico Estreñido. A Vero y a mí nos había tocado la lotería con ese fantástico jefe/mentor. Actualmente éramos internas y él estaba sobre nosotras, el todopoderoso, o al menos así se creía Jase. Siempre de mal humor, siempre con algún comentario molesto en su boca, siempre a disgusto con nuestro trabajo. Lo escuché merodear a mi alrededor, y miré sobre mi hombro para ver qué hacía. La bata le venía un poco pequeña a Médico Estreñido, el hombre tenía sus músculos. Vale, era odioso, pero era atractivo como el diablo. Supongo que si Satanás