El hombre y el arma. Vo Nguyen Giap
utilización de los recursos tomados al enemigo en el combate como el medio para armar al ejército popular y a las masas.
–La necesidad de ligar la lucha armada con las necesidades populares como la reforma agraria y otras conquistas sociales.
–La educación para elevar la conciencia del ejército y el pueblo, destacar el plano político en todo momento y la democracia más amplia al interior de la fuerza combatiente, entre el ejército y el pueblo y entre soldados y oficiales.
–La relación entre las estrategias políticas y los tipos de lucha: insurrección general, guerra de resistencia, guerra de liberación, guerra civil revolucionaria.
Por último, hay que advertir que la doctrina del General Giap es lectura obligada para los que investigan el arte militar revolucionario, lectura que remitirá a profundizar en las obras marxistas, en especial las obras militares de Marx, Engels, Lenin, Mao Tse-Tung y Ernesto “Che” Guevara.
El General Giap es una leyenda viva, que a sus más de cien años, sigue combatiendo al capitalismo. Las banderas libertarias que enarboló siguen flameando como símbolo de la irreductible decisión de vencer en la lucha por un mundo sin explotadores y sin explotados, donde los hombres y mujeres construyan otra sociedad sin opresión de ninguna clase, una moral nueva y una tierra más habitable. Aunque suene paradójico y moleste a algunos pacifistas inconducentes, la guerra del general Giap y de su pueblo fue una guerra por la paz.
Para finalizar, tomamos como propias las palabras del Comandante Hugo Chávez Frías, quien en 2006 visito Vietnam y mantuvo un encuentro personal con el General en el que le manifestó que había estudiado profundamente su pensamiento militar y que uno de sus sueños habría sido servir bajo su mando “como un simple soldado en la conquista de la libertad y el socialismo”.
Maximiliano Thibaut
Buenos Aires, Abril de 2014
Puntos de vista sobre la guerra y la paz
El problema de la paz y la guerra se relaciona con el destino de centenares de millones de seres en el mundo. Por culpa de la frenética preparación bélica hecha por los imperialistas, la paz de los pueblos está gravemente amenazada. Por eso, el problema de la paz y la guerra se convierte en problema candente de la época actual.
El problema de la guerra y la paz es la preocupación diaria de las numerosas masas populares; los comunistas no deben ser indiferentes ante este problema; por eso, los comunistas de todos los países ponen mucha atención en su estudio y discusión y buscan medidas para resolverlo. Mientras que los comunistas de todos los países prosiguen deliberando entre sí de manera seria y sincera sobre este candente problema de nuestra época, los revisionistas contemporáneos, cuyo representante es la camarilla de Tito, buscan medios para intervenir en el asunto a fin de provocar, dividir y crear una cortina enceguecedora de humo en torno al problema, mezclando lo negro con lo blanco, contraponiendo lo correcto a lo incorrecto, tergiversando el marxismo-leninismo y propagando el revisionismo. Por eso, en este momento es necesario insistir en los argumentos marxistas-leninistas acerca del problema de la guerra y la paz, conjugándolos con la situación internacional actual, elucidando el problema de la guerra y la paz, distinguiendo lo blanco de lo negro, aclarando lo correcto y lo incorrecto.
El origen y el carácter de la guerra
La guerra es un fenómeno social. Al igual que los otros fenómenos sociales, la guerra tiene su principio y su fin. Los fundadores del marxismo-leninismo aclararon que la guerra es producto de la sociedad de clases. La guerra es un fenómeno histórico de la sociedad, nace conjuntamente con la aparición del régimen de propiedad privada sobre los medios de producción y con la división de la sociedad en clases opuestas. La guerra depende del modo de producción y de la estructura de las clases sociales. El modo de producción tiene influencia decisiva sobre los métodos de llevar a cabo la guerra. Cuando en la sociedad humana no existan más clases opuestas la guerra dejará de existir. En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels han declarado: “En la misma medida en que sea abolida la explotación del hombre por el hombre, será abolida la explotación de una nación por otra”.
“Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de nación a nación”. La vía de eliminar la guerra es llevar a cabo la lucha revolucionaria por el triunfo del socialismo y el comunismo en el mundo entero.
La guerra es una lucha armada organizada entre las clases sociales o entre los distintos Estados para lograr un determinado objetivo político o económico. En el régimen comunista primitivo, no hubo clases ni Estados, por lo tanto no hubo guerra. Cuando desapareció el comunismo primitivo con la división del trabajo en la sociedad nació el régimen de propiedad privada sobre los medios de producción y engendró la aparición de las clases y la formación del aparato estatal para defender los intereses de la clase dominante. Simultáneamente con la aparición del Estado, surgió el ejército. La guerra se volvió desde entonces función permanente del Estado representante de los intereses de la clase explotadora, convirtiéndose en medio para que el Estado amplíe su poder dominante y saquee a los pueblos de los otros países.
Al nacer el capitalismo ensanchó la escala de la guerra. Desatar la guerra de agresión por la conquista de colonias, saqueando sus materias primas o mano de obra a bajo precio y convirtiendo esas naciones en mercado dedicado al consumo de las mercancías, es una cosa necesaria para que pueda desarrollarse el capitalismo. En el período del imperialismo, el capitalismo entró en su estado supremo: la dominación de los organismos monopolistas y del capital financiero fue establecida, la exportación de capitales tomó importancia de primer orden, el reparto del mundo fue realizado entre los trusts internacionales, las potencias capitalistas han determinado entre sí la repartición de la tierra del mundo. El capitalismo monopolista agrava las contradicciones inherentes al capitalismo. Los países imperialistas “avanzados posteriores” que acaban de alzarse ven que ya casi todas las colonias están en manos de los imperialistas “avanzados anteriores” y no dejan de reclamar su parte. El imperialismo abre la era de la lucha enconada entre los países imperialistas para repartir de nuevo el mundo. Las naciones “atrasadas” desgarradas por los países imperialistas no pueden dejar de rebelarse en contra del imperialismo. Los pueblos de los países imperialistas que no pueden soportar más la explotación y el ser utilizados como carne de cañón, también se levantan para luchar contra los dominantes. Por eso el período del imperialismo es el período de guerras cada vez más amplias con una envergadura nunca vista en la historia.
El origen de la guerra es en general la sociedad con clases opuestas y, en particular, el capitalismo y el imperialismo. ¿De dónde emana la guerra? La fórmula siguiente de Lenin lo demuestra claramente: “Guerra = un hecho de intereses vertiginosos = producto directo e inevitable del capitalismo”1. Los revisionistas contemporáneos niegan los puntos de vista del marxismo-leninismo sobre el origen de la guerra. Buscan todos los medios posibles para esconder el verdadero origen de la guerra. Consideran que el origen de la guerra es el armamento, sobre todo el arma termonuclear. Por eso afirman que si se quiere luchar contra la guerra se debe luchar contra las armas, eliminar todo tipo de armamento, y no se debe hacer la lucha antiimperialista, anticapitalista, ni aniquilar el régimen de la explotación del hombre por el hombre. Dicen que el origen de la guerra es la carrera armamentista. En el texto titulado La guerra no es fatal, Tito ha escrito: “Las experiencias del pasado demuestran que toda carrera armamentista conduce inevitablemente a la guerra”2. El hecho de que los países socialistas acrecientan sus fuerzas de defensa nacional es considerado por ellos como “una carrera armamentista” y también como origen de la guerra. Difunden que el motivo de la guerra se halla en la formación de “los bloques” en el mundo. En dicho texto Tito escribió: “La creación de los bloques de muchos países obstaculiza la aplicación de la política de coexistencia y amenaza la paz y la independencia de los pueblos y países”. El sistema socialista mundial, compuesto por los países amantes de la paz ya liberados del yugo capitalista, también fue considerado por los revisionistas como parte de