El hombre y el arma. Vo Nguyen Giap
y la opresión a los otros pueblos) en favor de “su” nación. Las consignas deben ser planteadas con miras a explicar a las masas, con la propaganda y agitación, la diferencia irreductible entre el socialismo y el capitalismo (el imperialismo), y no para reconciliar dos clases y dos políticas enemigas con un llamamiento a la unificación de cosas perfectamente distintas”25.
En cuanto a las formas de la guerra si hay guerras dentro del mismo país —guerra civil—, guerra entre dos países —“guerra exterior”— (según las palabras de Lenin en el texto Palabras proféticas), guerra entre varios países del mundo o guerra mundial, pues, existe también la paz en cada país, la paz entre dos países y la paz mundial. La guerra agresora es desatada únicamente por los países imperialistas, ya que los países socialistas nunca desencadenan la guerra, por lo tanto, los comunistas rechazan, por principio, el desencadenamiento de la guerra entre dos países así como la provocación de la guerra mundial. Partiendo del principio que dice que cada pueblo tiene el derecho de decidir sus propios asuntos, los comunistas, en general, están de acuerdo con la paz entre los países y la paz mundial. Al mismo tiempo, reconocen el derecho de desatar por parte de los pueblos agredidos y oprimidos la guerra para rechazar a los imperialistas fuera de sus países. Acerca de la paz interior de cada país consideran que el carácter de ésta no puede apartarse del régimen social del país. Si es un país capitalista o precapitalista, “la paz” en éste es, sustancialmente, provechosa para los explotadores dominantes y negativa para el pueblo trabajador; los comunistas reconocen que el pueblo trabajador de ese país tiene el derecho de llevar a cabo la lucha revolucionaria, incluso la lucha armada, es decir, a desatar la guerra civil destruyendo “la paz” capitalista o precapitalista, derrocando la clase explotadora dominante, conquistando el Poder a fin de establecer una paz democrática favorable al pueblo.
Lenin subrayó que la propaganda por la paz cuando no marcha paralela con el llamamiento a las masas para hacer la revolución y derrocar la clase explotadora dominante, sólo siembra ilusiones y corrompe ideológicamente a la clase obrera engañada por el espíritu de “humanidad” de la burguesía. Lenin escribió: “Una de las formas de mistificación de la clase obrera es el pacifismo y la propaganda abstracta sobre la paz. Bajo el régimen capitalista, y especialmente en su fase imperialista, las guerras son inevitables. Pero, eso no significa que los social-demócratas pueden negar el valor positivo de las guerras revolucionarias… o las guerras tendientes a defender a los éxitos del proletariado vencedor en la lucha contra la burguesía”26. Lenin subrayó que quien desea una paz firme y democrática debe estar de acuerdo con la guerra civil contra la burguesía y sus gobiernos. Señaló que el verdadero luchador por una paz democrática no es el que pronuncia y repite la pacifista misa rezada, sino el que lucha resueltamente contra la guerra imperialista y “la paz” imperialista, el que llama a los pueblos a hacer la revolución para derrocar los gobiernos reaccionarios.
Los revisionistas contemporáneos plantean el problema de la paz de manera general, abstracta, sin contenido de clase; están de acuerdo con todo tipo de paz, incluso “la paz” antidemocrática, “la paz” imperialista, “la paz” en que los imperialistas se distribuyen entre sí el hueso y la sangre de los pueblos trabajadores. Plantean también el problema de la guerra de manera abstracta y general. Rechazan todo tipo de guerra, incluso las guerras revolucionarias y de liberación nacional. Los revisionistas contemporáneos metafísicamente oponen la paz a la guerra. Pretenden esconder el carácter de clase de la guerra y la paz. Cualquier guerra que sea, al igual que cualquier paz sirve a una clase determinada. La guerra o la paz no son más que medios diferentes de realizar la política de una clase. Entre la guerra y la paz no existe sólo el lado contradictorio (distintas en los medios), sino el lado unido (sirviendo a los intereses de una clase). En su Informe sobre la guerra y la paz, Lenin dijo: “La historia nos enseñó que la paz es una tregua para la guerra y ésta última es un medio para llegar a una paz un poquito mejor o peor”27. En el texto Por el pan y la paz, Lenin escribió: “Si no triunfa el socialismo, la paz entre los Estados capitalistas significará únicamente una tregua, una pausa, la preparación de una nueva matanza de los pueblos”28. No se sabe exactamente todavía desde cuando surgió, en el lenguaje de los pueblos, la palabra paz, pero seguramente no existió más que después de haber estallado la guerra en la sociedad. En la época de la comunidad primitiva no existían ni clases ni guerra y, pese a que vivían en paz, no se daban cuenta de ello. Solamente cuando apareció la guerra, empezó a existir la palabra para designar la guerra en el lenguaje humano y la palabra para expresar la paz, que era el estado de la sociedad sin guerra. En el futuro, cuando el comunismo triunfe totalmente en el mundo y no existan más las clases, no existirá más la guerra, esta pesadilla desaparecerá gradualmente en la mente del hombre y desaparecerá también poco a poco la palabra paz en los idiomas de las naciones. La paz se convertirá en una cosa ordinaria de la vida y nadie recordará más la palabra paz, Al igual que la guerra, la paz es solamente una categoría de la historia.
La lucha contra la guerra por la conquista de la paz es solamente una parte de la lucha de clases en la sociedad con clases. Lenin subrayó claramente que la lucha contra la guerra imperialista solamente puede existir si es la lucha de las clases revolucionarias contra las clases dominantes en escala mundial. Y la paz perpetua en la tierra solamente podrá lograrse con el triunfo del socialismo: “Con el socialismo y solamente con el socialismo, se puede salvar a la humanidad de las guerras, del hambre, y de nuevas hecatombes para millones y millones de personas”29.
Pero el camino hacia el socialismo está lleno de dificultades, exige la superación de grandes privaciones y sacrificios, y no es fácil y agradable como lo han cantado los pacifistas. En el Programa militar de la revolución proletaria, Lenin escribió: “Los popes ‘sociales’ y los oportunistas están siempre dispuestos a soñar con un futuro socialismo pacífico, pero se distinguen de los socialdemócratas revolucionarios precisamente en que no quieren pensar siquiera en la encarnizada lucha de clases y en las guerras de clases para alcanzar ese bello porvenir”30.
Marx mismo inculcó a los obreros resuelta decisión en la lucha revolucionaria, incluso la guerra civil y la larga guerra revolucionaria para adelantarse hacia el socialismo. En el texto Denuncia del proceso de los comunistas de Colonia, Marx expresó, con los obreros, lo siguiente: “Deben ustedes pasar 15, 20, 50 años de guerras civiles y luchas internacionales, no solamente para cambiar la situación existente, sino para cambiar ustedes mismos y para que tengan capacidad para empuñar el poder político”.
Los revisionistas contemporáneos hablan a menudo acerca de la ruina y el horror de la guerra con la intención de atemorizar a los demás para que no osen levantarse contra el imperialismo. La ruina y el horror existirán mientras exista el imperialismo porque son creados por este último. Gemir y llorar ante la ruina y el horror creados por el imperialismo no es más que manifestación de impotencia. El problema planteado es el del aniquilamiento del imperialismo para terminar con ellos. Los revisionistas contemporáneos aconsejan a los pueblos no realizar la revolución y la guerra revolucionaria porque provocarán una situación de ruina y horror. Ya hace mucho tiempo Lenin rechazó ese argumento. En su Carta a los obreros norteamericanos, de agosto de 1919, Lenin escribió: “En la época revolucionaria, la lucha de clases en todos los países transcurre siempre bajo la forma de guerra civil, y es imposible imaginar que en una guerra civil no haya las peores destrucciones, el terror y las restricciones sobre la democracia formal por los intereses de la guerra”. En esa carta, Lenin también escribió: “La burguesía imperialista internacional ha matado a 10 millones de personas y estropeado a otros 20 millones con “su” guerra, desatada para ver entre los tiburones ingleses y alemanes cuál sería el dominador del mundo. Si nuestra guerra, la guerra de los oprimidos y explotados contra los explotadores causara la muerte a medio o un millón de personas, la burguesía diría que los primeros sacrificados fueron justos y los segundos un crimen”.
En Palabras Proféticas (1918), Lenin mencionó que ninguna revolución grandiosa ha ocurrido en la historia sin guerra civil, ningún marxista serio puede concebir el tránsito del capitalismo al socialismo sin guerra civil y sería imposible que existiera una guerra civil sin ruinas y horrores. En dicho