El hombre y el arma. Vo Nguyen Giap
No estamos de acuerdo con el modo de enfocar el problema de la guerra en abstracto, pero bueno, pese a todo, con paciencia, vamos a escuchar la razón de ¿por qué hoy la guerra ha cambiado de carácter? Dicen que porque han surgido las armas nucleares. Afirman: “El arma nuclear es un tipo de arma con calidad perfectamente nueva, se diferencia de todas las armas anteriores y hace que la guerra futura lleve un carácter de ‘calidad’ perfectamente nueva. Si no logran comprender esto significa que no ven todavía la evolución que está desarrollándose en el mundo”. A causa de que “el carácter de la guerra ha cambiado”, el principio, según el cual la guerra es la continuación de la política, pierde su valor, y la distinción entre la guerra justa e injusta carece de significación.
Si tenemos en cuenta la aparición del arma nuclear debemos contar a partir del año 1945. Pero si enumeramos todas las guerras desatadas en el mundo, desde entonces hasta ahora, son demasiado numerosas (más de 10). Hablamos solamente, pues, de algunas guerras recientes. ¿La aparición del arma nuclear hubiera hecho inexistente la distinción entre la guerra justa del pueblo cubano contra el dictador Batista, lacayo de los EE.UU., y la guerra injusta, de saqueo del imperialismo norteamericano en Vietnam del Sur? No, en absoluto.
El carácter de la guerra depende de su contenido de clase. Solamente con el cambio del contenido de clase la guerra podrá cambiar su carácter. No lo será si no se cambia la clase que rige la guerra. En su discurso en la Conferencia de Petrogrado del Partido Obrero Social-Demócrata (bolchevique) Ruso, Lenin dijo: “La guerra es la continuación de la política de una cierta clase. Si se quiere cambiar el carácter de la guerra, debe reemplazarse por otra la clase que está en el poder”19. En el mes de abril de 1917 en el Bosquejo de un artículo o alocución sobre el programa de Abril, Lenin escribió: “Solamente el pueblo podrá acabar con la guerra o modificar su carácter cambiando el carácter de clase del gobierno”20.
Ciertas personas consideran actualmente como caduco el punto de vista de guerra que se basa sobre la lucha de clases. Preconizan que ¡se debe tomar los medios de llevar a cabo la guerra, es decir las armas, como el fundamento de la teoría marxista-leninista de guerra! Dicen: “Las armas coheteriles y nucleares creadas en nuestro siglo cambian las concepciones anteriores sobre la guerra”. Añadieron: “la frase ‘la guerra es la continuación de la política por otros medios’ de Lenin fue exacta solamente antes de la aparición de la bomba atómica, hoy, en el período en que existen bombas atómicas de varias megatoneladas y cohetes intercontinentales, aquella frase ya no es correcta, porque la guerra termonuclear no puede ser el método para lograr el objetivo político, que tendría que ser pagado con un precio demasiado caro, incomparable con ese objetivo”. Además, afirman: “La bomba atómica no sigue ningún principio de clase, destruye a todas las personas que están ubicadas dentro de su radio de acción”. Por eso, piden “los cambios sobre el concepto de guerra”, es decir, renegar de la doctrina marxista-leninista sobre ella. Reclaman su estudio tomando como base el análisis del desarrollo de las armas y no el de la clase y de la lucha de clases, pues, cuando estalla la bomba, todas las personas ubicadas dentro de su radio destructivo resultarán muertas o heridas. Esto es correcto no solamente con la bomba atómica sino con la ordinaria, Pero ¿por qué estalla esa bomba? ¿Quién hace estallar esa bomba? y ¿estalla para servir a los intereses de quién? Éste es el problema clave. No porque la bomba atómica haya sustituido a la ordinaria ya no existe más el carácter de clase de la guerra y el objetivo político de la guerra. No es que con la existencia de la bomba atómica, el carácter de la guerra agresora de los EE.UU contra la URSS, una vez desatada, será igual que la guerra de autodefensa de la URSS contra los agresores norteamericanos. Es un error considerar que a causa de la aparición de las armas nucleares el análisis de la guerra no debe “obedecer más al principio de clase”. La guerra desencadenada por los imperialistas reaccionarios, pese a que las armas usadas sean atómicas u ordinarias, sigue siendo una guerra injusta. Lenin recalcó muchas veces que la guerra imperialista es, ni más ni menos, sólo la continuación de la política de la burguesía. “La clase dominante decide también la política en el tiempo de guerra. La guerra no es más que la política desde el comienzo hasta el final, es el seguimiento de los mismos objetivos por las mismas clases con otros medios”21.
El comunista examina el problema de la guerra con su punto de vista de clase; también parte de él para examinar el problema de la paz. Una paz continua y que pone fin a una guerra no es más que una estadística de esa guerra, un testimonio del cambio de la correlación de fuerzas real creado por esa guerra. Al igual que la guerra es la continuación de la política de la clase dominante dentro del país beligerante durante un largo tiempo antes de la guerra, la paz no es nada más que la continuación de esa política en la nueva situación de correlación de fuerzas creada por las acciones militares en la guerra. En el discurso pronunciado en el Primer Congreso de los Soviets Rusos, en junio de 1917, Lenin dejó al desnudo el falso argumento de los reaccionarios sobre una paz en general, superclasista. Lenin dijo: “Cuando hablan de paz no precisan cuál es el tipo de paz que desean”. Lenin rechazó el tipo de paz basado sobre “el mantenimiento del statu quo”, estuvo en contra de “la paz capitalista”, “la paz imperialista” y dijo que si los fundamentos de las relaciones de producción capitalistas no cambian, la guerra imperialista no puede más que terminar en “la paz imperialista”, paz en la cual los imperialistas pueden saquear y explotar libremente a los pueblos de la metrópoli y de las colonias. Tal paz, que fue establecida después de la primera guerra mundial con el Tratado de Versalles, Lenin la denominó “paz de los usureros, paz de los estranguladores, paz de los carniceros”. Lenin escribió acerca de “esta paz” lo siguiente: “¿Qué es el Tratado de Versalles? Es una paz extraña, una paz saqueadora que convierte millones de personas, incluso un cierto número de más civilizadas, en esclavos. Eso no es paz, sino condición impuesta con el cuchillo en mano por los piratas a la víctima sin defensa”22. El comunista rechaza “la paz” imperialista, porque “esta paz” es perjudicial al pueblo y el pueblo no la desea; solamente la aceptan los pacifistas burgueses. Lenin escribió: “Terminar la guerra como lo entienden los pacifistas es solamente una utopía. Se puede terminar la guerra con una “paz” imperialista, pero esa no es la paz deseada por las masas”23.
La paz deseada por el pueblo es la paz democrática en la cual no existe el reparto de las tierras coloniales, de las ganancias gigantescas entre los tiburones capitalistas. En el texto ¿Existe el camino hacia una paz justa?, escrito en el año 1917, Lenin planteó la pregunta: “¿Existe el camino hacia una paz sin cambio de anexiones (conquistas), sin reparto de botín entre los piratas capitalistas?” y Lenin contestó: “Sí, con la revolución de los obreros contra los capitalistas en todos los países”. Lenin señaló claramente que considerar que se puede obtener una paz democrática con la guerra imperialista, es engañar al pueblo y paralizar su espíritu de vigilancia política. Lenin dijo: “No podría existir una paz democrática si no hubiera una serie de revoluciones”24.
Desde el punto de vista marxista-leninista de clase el comunista distingue claramente dos tipos de paz: la paz democrática, en la cual los intereses del pueblos trabajador son garantizados, “la paz” antidemocrática, “la paz” imperialista, en la cual los imperialistas reparten entre sí los intereses y las esferas de dominio a fin de explotar y oprimir a los pueblos trabajadores y naciones oprimidos. El comunista rechaza “la paz” antidemocrática y está de acuerdo con la paz democrática. La distinción de esos dos tipos de paz es una distinción elemental, fundamental y necesaria en el estudio sobre el problema de la paz.
El comunista se opone al planteamiento del problema de la paz de manera abstracta, general, sin precisar a qué clase interesa la guerra. Lenin criticó a los socialistas en la Segunda Internacional que propugnaron “la paz en general”, convirtiéndose en agentes de los imperialistas. En El problema de la paz Lenin escribió: “La consigna de la paz puede plantearse o bien relacionada con las condiciones pacíficas determinadas, o bien sin ninguna condición, como una lucha, no por una paz determinada sino por una paz en general. Está claro que, en este último caso, estamos frente a una consigna que, lejos de ser socialista, es hueca, sin contenido, sin significación. Todos, sin