El hombre y el arma. Vo Nguyen Giap
la política que aboga por los intereses de los pueblos oprimidos en contra de la explotación y opresión de los imperialistas extranjeros, entonces la guerra resultante de esa política es la guerra de liberación nacional. Mientras que en la sociedad humana existan clases antagónicas, lucha de clases, existe aún la posibilidad de desatar la guerra, pues dicho argumento de Lenin sigue siendo válido. En su obra El programa militar de la revolución proletaria Lenin escribió: “Desde el punto de vista teórico sería totalmente erróneo olvidar que toda guerra no es más que la continuación de la política por otros medios”7. Esta tesis leninista conserva hasta hoy su auténtico valor. Considerarla pasada de moda significa renegar del leninismo.
Guerras justas y guerras injustas, paz democrática y paz antidemocrática
No es que el comunista rechace todo tipo de guerra y esté de acuerdo con cualquier tipo de paz. En La Guerra y la Revolución Lenin escribió: “Existe la guerra, y la guerra se debe aclarar por las condiciones históricas que la engendran, las clases que la despliegan y el objetivo seguido por esas clases”8. En su Informe ante el VIII Congreso del Partido Comunista Ruso (bolchevique) del mes de marzo de 1919, Lenin dijo: “Decimos a menudo que existe la guerra y la guerra. Condenamos la guerra imperialista y no rechazamos la guerra en general”9. La actitud de un comunista hacia una guerra (o una paz) depende del carácter de esa guerra (o de esa paz). Esa guerra (o esa paz) ¿a quién le interesa? y ¿a los intereses de qué clase sirve? El comunista toma el punto de vista de clase del marxismo- leninismo para estudiar el problema de la guerra y la paz. “El punto de vista proletario consiste en definir netamente el carácter de clase de la guerra…”10. El marxismo-leninismo nos da la guía para analizar el enredo de los fenómenos sociales; esa guía es la teoría de clase y la lucha de clases. Lenin nos enseñó que: quien no logre todavía percibir los intereses de una u otra clase a través de las palabras, las declaraciones y las promesas de carácter moral, religioso, político y social, será más o menos un inocente que se dejó engañar y que se engaña a sí mismo políticamente.
Durante el estudio y la discusión sobre el problema de la guerra y la paz no debemos apartarnos del punto de vista de clase del marxismo-leninismo; si nos apartamos, caeremos en los errores que Lenin señaló hace medio siglo. En su obra La guerra y la revolución, hablando sobre las discusiones acerca de la guerra y la paz en aquel momento, Lenin escribió: “A mi juicio, me parece que el punto más importante, el que a menudo la gente olvida en el problema de la guerra y no le presta suficiente atención, causa principal de tantas discusiones que considero estériles, vanas, sin objetivo, es la cuestión fundamental del carácter de clase de la guerra, la causa que hace estallar la guerra, las clases que la hacen, las condiciones históricas e histórico- económicas causantes de la guerra”11. Lástima que hasta ahora, un número de comunistas cometa los errores que Lenin señaló ya hace como cincuenta años. En esa obra, Lenin añadió: “Según el punto de vista del marxismo, es decir del socialismo científico contemporáneo, el problema primordial para los socialistas que deliberan acerca de la valorización de una guerra y la actitud justa hacia ella es el de buscar el objetivo que persigue y el ver cuáles son las clases que la han preparado y dirigido”12. En su obra La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Lenin puso el problema del punto de vista de clase en la valorización de la guerra como un “problema fundamental”, y lo consideró como criterio de un socialista: “¿Cómo es el carácter de clase de la guerra?, éste es el problema fundamental planteado para todo socialista (si no es un renegado)… Quien se aparta de este punto de vista, no será un socialista”13.
Basado sobre el contenido de clase de la guerra, el marxismo-leninismo distingue claramente dos tipos de guerra cuyo carácter es perfectamente distinto: la guerra justa y la guerra injusta. La guerra justa es una guerra liberadora, y no lleva carácter expoliador. Es la guerra de la clase obrera, del campesinado y de otras capas trabajadoras en un país que luchan contra los capitalistas, los terratenientes dominantes. Es la guerra de un pueblo oprimido contra los imperialistas extranjeros. Es la guerra de autodefensa de uno o de muchos países socialistas que luchan contra la agresión armada de uno o de muchos países imperialistas u otros reaccionarios agresores. La guerra injusta es la guerra de rapiña. Es la guerra de los imperialistas y otros reaccionarios que pretenden reprimir las insurrecciones del pueblo dentro del país, agredir y esclavizar a las otras naciones, y agredir a los países socialistas. La distinción clara de las dos guerras, la justa y la injusta, es una cuestión de principio del marxismo-leninismo. Lenin escribió: “Se debe distinguir con absoluta claridad las guerras imperialistas para el reparto del botín, para la estrangulación de las naciones pequeñas y débiles, de las guerras revolucionarias con miras a preservarse de los capitalistas contrarrevolucionarios y a sacudir su yugo”14. En el mitin del día 23 de agosto de 1918, hablando sobre la actitud del comunista hacia la guerra, Lenin dijo: “Todas las guerras engendradas por los intentos rapaces de los reyes y de los capitalistas son, según nuestra apreciación, criminales, porque son funestas para las clases trabajadoras y traen a la burguesía dominante enormes ganancias. Pero hay guerras que la clase obrera debe llamarlas justas; es la lucha para liberarse del régimen esclavista y de la opresión de los capitalistas. Y esas guerras son necesarias porque no podríamos liberarnos si no lucháramos”15.
La actitud del comunista hacia la guerra se diferencia perfectamente de la de los pacifistas burgueses. El comunista ve clara la relación estrecha entre la guerra y la lucha de clases dentro del país. El comunista considera que no se puede aniquilar la guerra si no se aniquila a las clases y se establece el socialismo. Precisamente por ese sentido, el comunista reconoce el carácter justo, progresista y la necesidad de las guerras revolucionarias. El comunista no pone en la misma canasta todas las guerras, sino que hace el análisis concreto de la historia de cada guerra y precisa su actitud hacia ella. El comunista condena las guerras injustas, guerras saqueadoras, guerras imperialistas; los comunistas aprueban, prestan ayuda, y, cuando es necesario y tienen condiciones, llevan a cabo la guerra revolucionaria. Muchas veces, Lenin nos dijo: “No olvidar que en ciertas condiciones no evitamos una guerra revolucionaria”. Lenin escribió: “Ninguna clase revolucionaria puede renunciar ante la guerra revolucionaria sin atarse con el pacifismo ridículo”16. Además, Lenin criticó enérgicamente a los que plantean de manera indeterminada y abstracta el problema de la guerra para rechazar todos los tipos de guerra. Escribió: “Los socialistas no pueden declararse adversarios de cualquier guerra sin dejar de ser socialistas”17. Lenin criticó severamente a los que rechazan la guerra civil. Escribió: “Las guerras civiles son también guerras. Quien reconoce la lucha de clases no puede dejar de reconocer las guerras civiles, porque dentro de toda sociedad dividida en clases, la guerra civil es la prolongación, la extensión y la agravación naturales y, en ciertas condiciones, inevitables, de la lucha de clases. Todas las grandes revoluciones lo confirman. Negar la guerra civil u olvidarla es caer en un oportunismo extremo y abandonar la revolución socialista”18.
Hoy, existe aún un número de compañeros que dice que clasificar la guerra basándose en el contenido de clase como lo hizo Lenin, está ya pasado de moda. No dividen las guerras en justas e injustas. Dicen: “En nuestra época, hace falta distinguir tres tipos de guerras distintas: la guerra mundial, la guerra local y la guerra insurreccional de liberación de los pueblos”. ¿En qué principios basan tal división de las guerras? Al clasificar las guerras de esta manera, hay casos en que toman como base la envergadura de la guerra (la guerra mundial, local), y otros en que se basan sobre el carácter de la guerra (la guerra insurreccional de liberación de los pueblos). Tomar la envergadura de las hostilidades como principio para clasificar las guerras y determinar la actitud hacia la guerra es apartarse del punto de vista de clase del marxismo-leninismo acerca de la guerra. En una guerra de cualquier escala existen dos beligerantes. Si son todos reaccionarios el comunista les rechaza; al contrario, si un beligerante es progresista y el otro, reaccionario, el comunista se pone al lado del progresista protestando contra el reaccionario. No se puede decir a tontas y a locas que “el comunista es el adversario resuelto de todas las guerras mundiales y locales”. Analizar la guerra sin basarse sobre el contenido de clase y el carácter del conflicto, tomando solamente como base la envergadura de las hostilidades es cometer un grave error y estar en contra